HOSPITAL DEL ALMA 08/05/18

 

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque de Santo Ton:

Desde hace varios años me di cuenta de que tengo una manía por los hombres sudados.

Un día fui con mis amigas a comprar ropa a  una boutique que está en una plaza y justo en la entrada habían unos cristales de un gimnasio. Desde ahí se podía ver a todos esos hombres con abdominales marcados y me llamó la atención uno que llevaba una camiseta gris toda sudada por la espalda y las axilas, me lo quedé mirando por unos largos segundos y me excité tanto que me dieron hasta cosquillas ahí abajo. Estuve todo el día pensando en aquello y me dio un poco de vergüenza. Otra vez, cuando estaba en clase de educación física, el niño más guapo de mi salón se quitó la camiseta y también estaba todo sudado; tuve que ir al baño rápidamente porque me puse muy caliente y me mojé todita. No creo que deba ir al psicólogo como me han dicho algunas amigas, no creo que esto sea un problema mental. Además no solo me ha pasado con hombres, también con mujeres. En Puerto Arista vi a una señora joven y guapa haciendo ejercicio y tenía la espalda toda sudada. La estuve mirando como 10 minutos, como si fuera acosadora, y menos mal que no se dio cuenta, probablemente hubiera llamado a la policía.

Ángeles

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Ángeles:

No cabe duda de que si existieran olimpiadas para perversos sexuales, te llevarías todas las medallas de oro. En lugar de estar pensando tanta pendejada, mejor ponte a trabajar. 

Duque de Santo Ton:

Quiero saber si es posible que el pene crezca por masturbarse muy seguido. Por aquello de que, al fin y al cabo, uno se lo jala.

Mauricio

San Cristóbal 

Querido Mauricio:

La longitud y grosor dependen de la genética de cada persona y ésta a su vez tiene que ver con su código racial. Los hombres que tienen ancestros de raza negra tienen más posibilidades de tener penes más grandes que los de familias asiáticas, los europeos y latinos están en un promedio de tamaño entre los 13 y los 16 centímetros. Confórmate con lo que Dios te dio. 

Mi duque:

No dejo de leer tu Hospital del Alma cada vez que sale publicado en “Oye Chiapas”, pero quiero pedirte un gran favor, además de mandarte un saludo cordial. Estoy en busca de alguna dama que le guste el sexo, pero sin compromiso porque honestamente tiene rato que no estoy con una dama en la cama. Te soy sincero, soy adicto al sexo pero no he tenido oportunidades aquí en Tuxtla. Te dejo el número de mi celular por si alguna señora me quiere contactar. No dejes de escribir el Hospital y espero pronta respuesta.

Roger

Tuxtla Gutiérrez 

Querido Roger:

Ser adicto al sexo y no poder desahogarte, debe ser como  ser adicto a la cocaína y no tener ni una grapa. Lo que se me hace extraño es que teniendo esa adicción, recurras a mí para conseguir un coño. De todas maneras tu petición está publicada y proporcionaré tu celular a quien me lo solicite, aunque me parece que deberías haber proporcionado más datos sobre tu persona para interesar a las posibles candidatas a meterse a tu cama. 

Querido Duque Precioso:

Tengo varias relaciones por semana con hombres diferentes, todos los hombres guapos que conozco me llaman la atención, al grado de que termino en algún momento acostándome con ellos, si no tengo sexo un día me pongo mal y al otro me buscó hasta a tres hombres diferentes para quedar más o menos satisfecha y no lo puedo evitar, he llegado a estar con tres hombres diferentes en un mismo día, ¿Es normal o soy adicta al sexo? ¿Qué puedo hacer?

Fátima

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Fátima:

No es normal ni eres adicta al sexo, eres una golfa de porquería. 

Querido Duque:

Quiero saber por qué mi novio prefiere masturbarse el lugar de hacerme el amor. Cada vez que estamos a punto de hacerlo se levanta y se va, ya me fue infiel una vez, aunque él lo niegue y no fue con una, sino con tres. Tengo temor que eso vuelva a suceder.

Ana

Berriozábal 

Querida Ana:

Estoy seguro de que eso ya sucedió y sigue sucediendo. 

Duque de Santo Ton:

Mi esposo, mis hijos y mis hermanas me critican, porque no me dejo ver por nadie, si no estoy maquillada, vestida y con mis joyas puestas. Te juro que para mí andar sin aretes o sin pintura de labios es como andar desnuda ¿es normal?

Jacqueline

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Jacqueline:

Claro que es normal. Eres una mujer con clase y eso es todo. Si puedes darte el lujo de desayunar con un brazalete de brillantes y esmeraldas ¿por qué no? 

Duque de Santo Ton:

Tengo 51 años y nunca había tenido la curiosidad de leer mi acta de nacimiento, pero el otro día lo hice, y me di cuenta de que mi padre no es mi padre, que mi mamá me registró como madre soltera, y que en el espacio de “ocupación de la madre” dice “empleada doméstica”. De un solo golpe descubrí varias verdades que me han dolido mucho, como el no tener padre y el haber sido hija de una criada. Me siento muy mal.

Yuli

Tuxtla Gutiérrez

Querida Yuli:

A tus cincuenta y tantos años ya no deberías ser tan delicada ¿total? La mayor parte de tus días ha quedado atrás. Por otra parte, cabe la posibilidad de que en realidad seas la hija secreta de un archi millonario y de buenas a primeras te toque una herencia de esas que no te permitan volver a trabajar. Por último, el que tu madre haya sido sirvienta no es ninguna gracia, pero por lo menos encontró quien la sacara de trabajar y cargara con su engendro (o sea tú). 

Duque:

A mí siempre me ha gustado vivir bien y el hombre que era mi marido siempre lo supo. Cuando nos casamos lo hice jurar que en diez años tendría el suficiente dinero como para sostener el tren de vida al que a mí me han acostumbrado desde niña, pero después de ese tiempo estaba peor que cuando nos casamos, por lo que me dispuse a dejarlo y él se deprimió tanto, que se pegó un balazo en la cabeza, en el departamento en el que vivíamos en Monterrey. Todos, hasta mi propia madre, me culparon de su muerte, pero yo me siento tranquila porque yo no lo maté y él sabía perfectamente que yo no iba a resignarme a ser una pobretona. Ahora soy novia de un chiapaneco muy rico, con el que me voy a casar muy pronto.

Diana

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Diana:

Si te sientes tranquila ¿para qué me escribes? 

Querido Duque de Santo Ton:

Ya voy a cumplir mis quince años y mis papás me preguntan si prefiero que me hagan fiesta o mandarme en un viaje de “quinceañeras chiapanecas por Europa”. A mí las dos cosas me dan mucha flojera, porque no quiero protagonizar un baile de “La Cenicienta” ni pasarme casi un mes metida con una bola de criadas en un camión, viendo Europa desde la ventanilla. Yo lo que quiero de regalo es el amor de un hombre mayor de cuarenta años, que sepa tratar a una niña como mujer. Te juro que soy niña buena ¿tú qué piensas?

Soledad

Tuxtla Gutiérrez 

Querida Soledad:

A veces el cuerpo nos pide cosas extrañas y si no se las damos nos reclama. Sin embargo, no debes olvidar que los seres humanos somos racionales y eso nos permite ser cautelosos. Ten mucho cuidado con lo que haces