HOSPITAL DEL ALMA

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque de Santo Ton:

Soy heterosexual, pero me gusta que los hombres me miren las nalgas, aunque no me gustaría tener sexo con ellos, es decir, no me gustaría ser penetrado, ni hacer sexo oral ni manual a otros varones, pero sí me gusta ver pornografía gay y fotografías de muchachos desnudos ¿Por qué tendré estas ideas si en realidad no me gustan los hombres? No me veo amando a uno o viviendo con él como pareja.

Eduardo

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Eduardo:

Aunque no lo podría asegurar del todo, tu atracción hacia el erotismo homosexual es una prueba irrefutable de que estás encerrado en el clóset y que necesitas pasar la dolorosísima prueba de salir de él. Sin embargo, es lo mejor que puedes hacer si quieres disfrutar de tu sexualidad, recuerda que la vida no retoña y que es preferible que te critiquen y te rechacen a cambio de tener una vida sexual plena. Tu rechazo a ser penetrado o a interactuar sexualmente con otros hombres, es una señal de que tu cerebro está creando mecanismos de defensa para no liberar tus impulsos verdaderos, pero creo que es mejor que liberes a la loca que llevas dentro si no quieres que ella misma destruya tu salud emocional.  Recuerda que la naturaleza siempre termina por aflorar, independientemente de los disfraces de macho que quieras ponerte encima. 

 

Querido Duque de Santo Ton:

Mi psicólogo me pidió que le platicara mi vida, y yo no tuve ningún reparo en contarle que mi marido tiene más de cinco años sin tocarme y que yo daría lo que fuera por volver a sentir un hombre dentro de mí. Al terminar la sesión, le di la mano para despedirme y él me jaló, me tomó por la cintura, me restregó su moco de guajolote y yo le di una cachetada para quitarle lo pendejo. Eso se llama no tener ética y pensaba en denunciar al psicólogo de pacotilla pero creo que con no volver a su consultorio será suficiente ¿tú qué opinas?

Candelaria

San Cristóbal

 

Querida Candelaria:

Me parece que ese psicólogo quería vacunarte contra la abstinencia, y usar su cuerpo para calmar tu libido insatisfecho, pero es una medida tan extrema, que debió preguntarte primero si estabas conforme con la terapia.

 

Querido Duque:

Desde niña había tenido problemas de sobrepeso, pero ahora que cumplí cuarenta años y estoy divorciada, me sometí a varias cirugías y regímenes alimenticios, además de que invierto casi todo mi sueldo en mi corte de cabello, mi ropa, mis perfumes, mis zapatos, mis bolsas y todo lo que me ayuda a ser una mujer guapa. Ahora no me faltan pretendientes y tengo sexo cuando quiero, pero nadie me toma en serio, todos los hombres que me buscan solamente lo hacen por tener sexo y yo quiero algo más, yo busco una relación seria que me llene de amor y felicidad.

Doris

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Doris:

Te voy a comentar algo por experiencia: las relaciones serias no te dan la felicidad ni el amor, en cambio, el que no te falten pretendientes ni sexo pueden colmarte de placer que es lo más parecido al amor.

 

Duque de Santo Ton:

Tengo 23 años y mi marido 28. Nos casamos muy jóvenes y nos estaba costando mucho trabajo salir adelante, hasta que mi esposo empezó a trabajar con un hombre muy rico que además se dedica a la política. A raíz de eso nuestra vida cambió, el dinero empezó a fluir hacia nuestra casa y hasta nos cambiamos a una nueva. Sacamos a los niños del colegio de gobierno y los metimos al Colegio Americano para que se relacionaran con niños ricos. El martirio para mí empezó, cuando en un desayuno, una señora me comentó que el jefe de mi marido es gay, y que los aumentos de sueldo se debían a los favores sexuales que mi esposo le brinda al viejo. De inmediato se lo pregunté a mi esposo y él me puso una madriza tal que casi me manda al hospital ¿Qué debo hacer?

Raquel

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Raquel:

Lo que debes hacer es no andar de preguntona, fingir que nada ocurre y siempre usa preservativo al tener sexo con tu marido, pues por ambicioso él ya forma parte de las huestes de los grupos de alto riesgo.

 

 

Querido Duque de Santo Ton:

Tengo 42 años y me gustaría hacer realidad una fantasía, tengo la idea de un trío con mi esposa y con otro señor que igual que yo, quiera cumplir con esa fantasía. Para mí es como hacer algo en donde todos disfrutemos de nuestros cuerpos con respeto y educación, pero no es fácil conseguir una pareja para eso.

Rogelio

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Rogelio:

Si tu mujer está de acuerdo, entonces úsala a ella como gancho para conseguir a ese muñeco que te hace tanta ilusión.

 

Duque:

Con tristeza he notado que ya no llegan turistas gringos a nuestra ciudad, ya que por lo general van a San Cristóbal o a Palenque, pero no se quedan en la capital de Chiapas. Antes no era difícil para mí ligarme a viajeros norteamericanos o europeos y llevármelos a la cama. Ahora que ya ni los mormones güeritos se acercan, procuro tener sexo solamente con mi marido, pero extraño mucho la carne blanca.

Carmen

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Carmen:

A falta de pan, buenas son las tortillas.

 

Duque querido:

Tengo sífilis, ya se lo comuniqué a mi novio. ¿Hay probabilidad de que no lo haya contagiado?

Aurora

San Cristóbal

 

Querida Aurora:

El simple hecho de decirlo no es suficiente para evitar un contagio, sobre todo si no se usó una barrera de protección (condón). Te sugiero que vayas de inmediato a un médico y te pongas en sus manos. La sífilis es una enfermedad que tiene periodos de mayor virulencia por lo que tu pareja también debe someterse a una minuciosa revisión porque aunque es una enfermedad de la Edad Media, si no se trata adecuadamente puede tener consecuencias funestas.

 

Querido Duque:

Mi esposo me compró un coche último modelo precioso, un vehículo realmente de lujo, pero no tenía ni quince días con él, cuando una mañana llegó mi suegra y me lo pidió prestado para ir a un desayuno al Club Campestre. La verdad es que no encontré pretexto para negarme y la señora se llevó mi auto. Antes de que pasaran dos horas, la señora me llamó para decirme que había tenido un leve accidente contra otro coche. Me trasladé al lugar de los hechos y aunque mi suegra estaba ilesa, mi carro estaba deshecho, pérdida total. Ahora se está arreglando que el seguro pague el auto para comprar uno nuevo, pero los trámites son muy tardados y al parecer el hecho de que mi suegra manejara sin licencia cuando fue el percance, está dificultando los trámites. Te juro que por más que trato, no puedo evitar sentir odio por la vieja ¿es normal?

Angélica

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Angélica:

No tiene caso decírtelo, pero jamás debiste haber prestado ese auto a tu suegra. Sin embargo, lo hecho, hecho está y ni modo. De todas maneras el coche fue comprado por tu esposo y no creo que intente nada en contra de su propia madre para reclamarle por lo sucedido. Mejor hazte la sufrida y ruega que pronto te repongan el carro.