En la Mira

Héctor Estrada

 

Entre mentiras y golpes desesperados

 

Las presiones al interior del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Chiapas por parte del Sindicato Independiente y Democrático de los Trabajadores al Servicio del CECyTE Chiapas para imponer sus condiciones a la Dirección General no cesan. La determinación del líder sindical, José Luis Guzmán Jiménez, ha sido tajante: hacer valer sus condiciones a como dé lugar y cueste lo que cueste.

La marcha del pasado lunes, donde Guzmán Jiménez exigió la destitución de la actual Directora General, dejó de manifiesto la convicción del líder del SIDET para usar lo que esté a su alcance a fin de extorsionar a la voluntad institucional. Para José Luis Guzmán no hay límite económico o ético para buscar la imposición de sus condiciones. Así de simple.

Y lo anterior quedó demostrado este mismo miércoles con la filtración de supuestas listas de nómina donde se exponían a presuntos “aviadores” (personas que cobran salario sin trabajar) al interior del CECyTE Chiapas. La filtración que no tuvo mayor trascendencia mediática fue desmentida de manera inmediata por la institución educativa, procediendo, incluso, con la interposición de una denuncia de hechos ante la Fiscalía General del Estado de Chiapas.

Aunque la filtración de la documentación falsa no acreditó ninguna autoría resulta evidente la procedencia de los hechos. José Luis Guzmán ha declarado en múltiples ocasiones su plena determinación para sabotear a la actual Dirección General como represalia por haber permitido la conformación del nuevo sindicato y no acceder a sus exigencias de basificaciones y recategorizaciones donde él mismo aparece como propuesta de beneficiario.

Las filtraciones de información desde su propio sindicato lo señalan directamente a él y a su grupo cercano como autores de ese tipo de intentos errados para desacreditar a sus enemigos políticos. Lo que no sabe José Luis Guzmán Jiménez es que en las entrañas del propio SIDET existe ya una inconformidad creciente debido a sus métodos y autoritarismo. Entre sus más cercanos está quien asestará el golpe de poder que seguramente no le gustará nada.

Y es que, más allá de los conflictos personales entre Guzmán Jiménez y la Dirección General del CECyTE Chiapas, la serie de señalamientos y acusaciones que pesan en torno a este personaje requieren urgentemente de investigaciones serias. El nepotismo, tráfico de influencias, abuso de autoridad y corrupción registrados durante su gestión como Secretario General no son asuntos menores.       

José Luis Guzmán debe explicarles a sus agremiados cómo es que sí pudo basificar y recategorizar a su esposa, a su cuñada y otro familiar, mientras a otros los mantiene a la interminable espera. Debe explicar cómo es posible que entre él y su esposa se embolsen un salario familiar de 600 mil pesos al año, más prestaciones. Debe aclarar también el destino de los más de 80 mil pesos mensuales que recibe por concepto de cuotas gremiales y demás prestaciones sindicales.    

El líder del SIDET es sin duda uno de los peores ejemplos de los liderazgos sindicales autoritarios y desproporcionados que tanto daño hacen al verdadero valor de las organizaciones laborales y gremiales. Lamentablemente ejemplos como los de José Luis Guzmán abundan en Chiapas y México, pero sólo el silencio y la complicidad los hacen fuertes; por eso la importancia de denunciar y exponer comportamientos de este tipo de dictadores sindicales tan dañinos… así las cosas.