HOSPITAL DEL ALMA

Por El Duque de Santo Ton

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Duque de Santo Ton:

Desde que era niña he soñado con ser artista de telenovelas, pero la protagonista, no la mala, pero en Tuxtla no sé a quién dirigirme para que me meta al medio.

Nashelly

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Nashelly:

En Chiapas no existen ese tipo de negocios, pero sí una bola de charlatanes que se aprovechan de chicas ingenuas e ilusionadas como tú, así que tienes que ponerte muy lista porque si no solo lograrás que te metan, pero otra cosa que no te va a gustar.

 

Duque de Santo Ton:

Tengo una hija de 17 años y el otro día la sorprendí muy temprano maquillándose para irse a la Universidad. Me molesté mucho y le pregunté que si no se daba cuenta de que iba a estudiar no a cabaretear y ella se ofendió mucho, me gritó que jamás pensó que yo que soy que soy su madre le dijera que era una prostituta. Confieso que me excedí con el comentario, pero no creo que haya sido para tanto.

Cristina

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Cristina:

Claro que en realidad no fue para tanto, a los 17 años las niñas tienen muy bonitos colores como para embadurnarse el rostro con afeites y menos para ir a estudiar. Si te vuelve a gritar, dale un par de cachetadas para que se eduque y aprenda a respetar a su madre.

 

Duque:

Quiero que me digas por qué ya no publicas mis E Mails en los que me ofrezco para hacer compañía a mujerea maduras y deseosas de placer. Yo tengo treinta años y creo que podría apagar sus pasiones, pero ¿cómo quieres que me contacten si no publicas mis mensajes?

Sergio

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Sergio:

No publico tus mensajes porque después de haberlo hecho más de diez veces nadie te responde. Las que no te quieren en su cama son las lectoras.

 

Duque de Santo Ton:

Mi esposo y yo tenemos un solo hijo que se casó hace 10 años y tiene dos hijos. Uno de ellos tiene 7 años y el otro 6. Los dos son varones y nos sentimos bendecidos por nuestro hijo y por nuestros nietos. Son unos niños adorables y muy bien portados. Nos quieren mucho y les gusta mucho visitarnos y vienen a vernos una o dos veces por semana. Para nosotros es la gloria verlos, atenderlos y consentirlos. Pero hace dos semanas nos llamó mi hijo para decirnos que los niños “se habían portado mal” y que por eso no les permitirían visitarnos. Cuando sugerimos que buscara otra forma de castigarlos dijo que eso era lo que más les dolía a los niños, pues no les importa si no ven televisión o no salen con sus amigos, que el verdadero castigo es no venir a vernos ¿Crees que sea justo que se use el amor hacia los abuelos como una herramienta de castigo? También nos está castigando a nosotros, pues estamos desolados sin ver a los niños y quién sabe por cuánto tiempo.

Dolores

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Dolores:

Realmente es una pena que ustedes como abuelos reciban los daños colaterales de las medidas disciplinarias que tu hijo adopta con los niños, pero son sus hijos y tiene todo el derecho a castigarlos como lo considere prudente. Yo recomiendo que ustedes mejor sean pacientes y se abstengan de opinar porque de lo contrario podrían ser eliminados de manera permanente del núcleo familiar.

 

 

 

Querido Duque de Santo Ton:

Sinceramente, no soy de escribir este tipo de cartas, pero mis amigas me dicen una cosa, mis padres otra y yo quedo en medio. Necesito un punto de vista neutral. Ayúdame. Tengo 27 años y estoy saliendo con un amigo bastante mayor que yo. Él es amigo de mi ex novio. De hecho, mi ex novio y yo terminamos porque mi amigo me besó y yo de honesta fui y le dije a mi ex lo que había sucedido y, claro, me cortó. Hace como un mes nos volvimos a encontrar mi amigo y yo, y hemos estado saliendo. Me siento muy bien a su lado, me cuida, me consiente, me hace pequeños regalos y me hace el amor como cochi. En resumidas cuentas, me gusta mucho. Lo malo es que lleva tres divorcios y tiene dos hijos. Algunas de mis amigas me dicen que no hay problema, que voltee los papeles y que me ponga en su situación; que es válido que quiera reiniciar su vida. Por otro lado, está el resto de mis amigas, mis padres y mis valores, que me inculcaron ellos, quienes dicen que merezco estar con alguien sin compromisos; dicen que no empiece mi vida de matrimonio con un hombre divorciado, que busque un hombre soltero y sin problemas. Sinceramente el matrimonio no es una de mis prioridades, pero si voy a pasar un buen tiempo o el resto de mi vida a su lado, pues sí me da algo de inquietud.

Esther

Tuxtla Gutiérrez 

 

Querida Esther:

A tus 27 años no solamente no mereces nada, sino que deberías darle gracias a Dios por haber encontrado a un hombre que te quiera de verdad. Lo único malo es que el tipo tenga dos engendros de sus relaciones anteriores que aunque vivan con sus respectivas madres nunca dejan de ser un motivo potencial para un disgusto. Por último, no te dejes llevar por lo que los demás digan de ti, en las relaciones de pareja la mejor amiga suele ser la intuición.

 

Querido Duque de Santo Ton:

Tengo un amigo al que aprecio mucho. Es uno de mis mejores amigos. Es un hombre excelente. Está casado y sé que tiene problemas económicos de los cuales ni está enterado, porque su esposa se lo ha mantenido en secreto. A ella le gusta jugar baraja, pero o no sabe o no ha tenido buena suerte, el caso es que ha perdido y como le gusta el juego, no ha dejado de hacerlo y ha pedido préstamos sin que mi amigo se entere. Él ni siquiera tiene idea de lo que está sucediendo y continúa tan tranquilo y llevando la vida de siempre, pensando que puede hacerlo. Él de ninguna manera es dilapidador, pero le gusta ir a restaurantes a comer y le gusta vestir bien. Pobre, no sabe que su esposa está endeudada hasta el copete. Y pues claro que él, en cuanto se descubra el pastel, tendrá que pagar las deudas de ella.

Jacobo

San Cristóbal

 

Querido Jacobo:

Ese tipo de deudas no son solidarias, así que quien tendrá que responder por ellas es la mujer. A menos que la pareja posea bienes mancomunados, en cuyo caso sí, tu amigo se las verá negras. Te recomiendo que no te metas tanto en los problemas maritales de los demás por muy amigos tuyos que sean.

 

Duque de Santo ton:

Mi papá, de 79 años y viudo desde hace 10 años, se encontró con una mujer de la que creyó estar enamorado y ella le pidió que se fuera a vivir con él. No se casaron, pero estuvieron viviendo juntos por unos tres años. Al principio él parecía estar muy contento, pero luego vimos que ya no lo estaba tanto, pero cuando le preguntábamos, no permitía que la conversación continuara y se molestaba. Hace tres meses mi papá sufrió un infarto, que afortunadamente no fue muy grave y poco a poco fue recuperándose. Sin embargo, esa triste situación dio pie para que nosotros, sus hijos, comenzáramos a buscar papeles en su casa donde vivía con ella. Buscábamos escrituras de las propiedades, cuentas de cheques, etcétera. No sabes todo lo que encontramos. En las cuentas de cheques la puso como beneficiaria, encontramos unos papeles de un notario y al preguntarle a él, nos dijo que dos meses antes del infarto, ella había ido con él, con las escrituras de varias propiedades de mi papá diciéndole que el propietario deseaba ponerlas a nombre de ella, también había ido a la compañía de seguros donde mi papá tiene sus seguros y ya empezaba a hacer trámites para cambiar beneficiarios, supuestamente había ido con mi papá y él estaba de acuerdo. Cuando papá salió del hospital, le pedí que fuera a recuperarse a mi casa y él aceptó y cuando el doctor ya lo dio de alta, con mucho cuidado y sin mostrar enojo, le dije lo que encontramos. Él dijo que no había dispuesto nada y que le dijera a esa señora que se fuera de su casa. Así lo hicimos. Ella juraba que todo lo había hecho por instrucciones de mi papá, que seguramente con el infarto lo había olvidado. Todavía no sabemos qué pasó. Yo le creo a mi papá que dice que no quería hacer cambios en nada. El infarto le echó a perder los planes a esa señora.

Rosaura

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Rosaura:

Esa zorra estuvo a punto de despelucarlos, pero gracias a ese infarto se salvaron. Espero que la experiencia le sirva a tu padre para no andar de caliente a sus años.