EN LA MIRA

La SEDESPI, herencia entre caciques

 

Por Héctor Estrada

 

La Secretaría para el Desarrollo Sustentable de los Pueblos Indígenas (SEDESPI) en Chiapas está convertida en un verdadero botín de caciques. Así quedó demostrado este lunes con el repentino nombramiento de Roberto Aquiles Aguilar, quien, pese a las denuncias en su contra y sus oscuros antecedentes, terminó relevando al frente de la dependencia estatal al también controversial Dagoberto Hernández Gómez.

La era de Dagoberto Hernández como titular de la SEDESPI concluyó en la peor de las circunstancias. Con el relevo de un personaje igual o más turbio que el antecesor. Y es que, las cosas en dicha dependencia estatal han estado complicadas desde hace algunos años. El caso más reciente tiene que ver con juicio que actualmente se sigue en contra de Hernández Gómez por acoso, hostigamiento y despido injustificado contra trabajadoras de la dependencia.

El caso al que Roberto Aquiles deberá dar seguimiento inició desde a principios del 2016 cuando comenzaron los hostigamientos del ahora ex titular de la SEDESPI en contra de las trabajadoras Dulce Ángela López Martínez, Dolores Patricia Castellanos Zavala, Margarita Guadalupe Zavaleta Castillo, Antonia Hernández Girón (todas madres de familia) y el trabajador Julio Cesar Méndez Sánchez; a quienes se intentó presionar para que dejaran sus puestos laborales.   

Tras el fracaso de las presiones iniciales, en 2016 Dagoberto Hernández ordenó comisionar a las trabajadoras antes mencionadas para enviarlas a municipios lejos de su residencia. Pero el acto de evidente hostigamiento tampoco surtió efecto, por lo que el 2 de marzo de ese mismo año, de forma deliberada y arbitraria, fueron levantadas las tarjetas del control de asistencia, recibiendo únicamente una notificación verbal de que habían sido despedidas por “instrucciones del titular de la dependencia”.

Desde ese momento, las trabajadoras comenzaron actos de resistencia, acudiendo a laborar bajo su propio sistema manual de registro de asistencia e iniciando una serie de procesos legales que concluyeron con la emisión de medidas cautelares (el 1 de marzo de ese mismo año) a afecto de suspender cualquier acción de cese o despido injustificado; y, lo más importante, la sentencia emitida el 6 de mayo de 2016 por el Juzgado Primero de Distrito de Amparo y Juicios Federales que, mediante el expediente 831/2016, ordenó la reinstalación de las trabajadoras despedidas injustificadamente y la prohibición de cualquier tipo de hostigamiento laboral sobre ellas.

Así fue como por instrucciones del PJF las trabajadoras fueron reinstaladas en la SEDESPI, pero los actos de acoso no cesaron hasta el 15 de mayo pasado cuando fueron nuevamente despojadas de sus puestos laborales. Y es que, de manera arbitraria y por demás sospechosa, Dagoberto Hernández inició procedimientos de cese administrativo, con fecha del 20 de abril de 2016, ante el Tribunal del Trabajo Burocrático de Chiapas, sin que informara al tribunal ni de la resolución de restitución ni de los procesos mediante el Juicio de Amparo y su respectiva sentencia definitiva.

Dagoberto Hernández se fue de la dependencia realizando previamente un importante un recorte a la plantilla laboral. Y las cosas no pintan a mejorar mucho. La llegada de Roberto Aquiles a la SEDESPI fue recibida con profundas reservas y recelo por quienes aún se encuentran dentro de la dependencia. Los antecedentes del nuevo secretario no advierten buen futuro y la “solución” genera hoy más temor que alivio.

El ex diputado local ha sido denunciado en múltiples ocasiones por habitantes del municipio de Ixtapa debido a supuestos actos de extorsión, abuso de autoridad, nepotismo, delincuencia organizada y actos vandálicos que nunca han podido ser efectivos ante las autoridades judiciales por la protección de la que presuntamente goza. Sin embargo, hoy Aquiles Aguilar enfrena una nueva responsabilidad pública que lo deja frente a dos posibilidades: o resolver el cochinero heredado por su antecesor o mantener a la SEDESPI como el nido de abusos y corrupción en la que actualmente está convertida… así las cosas.