ENTRELÍNEAS 13/06/17

¿Quién enterró al PRD?

Por Jorge Ceballos

Durante el tercer Congreso Nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador envió el adjetivo con el que define al PRD y a muchos de sus militantes: mercenarios, con ello cerró toda posibilidad de ir en alianza durante la elección del próximo año en la que se renovará la presidencia de la República, así como todas las posiciones del Congreso de la Unión –diputados y senadores-.

 

Los miembros de Morena a propuesta de su futuro abanderado presidencial, aprobaron aliarse únicamente con el PT, la negativa a toda posibilidad de alianza con el sol azteca, obedece a la actitud que algunas facciones del PRD han adoptado a lo largo de los últimos años, en los que inclinan la balanza más hacia las decisiones gubernamentales que a la lucha a favor de las clases sociales desprotegidas, principal ideología con la que nació ese partido en la década de los 90.

Algunos dirán y pensarán que la alianza con el PT no es más que tratar de darle vida a un partido moribundo, a un instituto político que apenas en 2015 estuvo a punto de perder el registro ante la paupérrima votación lograda en las elecciones intermedias.

Además la negativa de una alianza Morena-PRD para el 2018, no surgió a raíz de que los candidatos del sol azteca que compitieron apenas el 4 de junio no hayan declinado por los abanderados de Morena en los comicios que se celebraron hace una semana en Nayarit, Estado de México, Coahuila y Veracruz, no, todo tiene su origen desde 2012, cuando los líderes del sol azteca firmaron el Pacto por México al inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto, lo cual además fue el parteaguas para la salida de López Obrador del partido que lo abanderó en dos ocasiones.

Tampoco se tiene que perder de vista qué en las últimas elecciones, el PRD se ha aliado electoralmente hablando con el PAN, partido que postuló a quizá uno de los más acérrimos adversarios del fundador de Morena: Felipe Calderón Hinojosa, de ahí pues que ahora los morenistas con el PRD no quieran ir ni a la esquina.

Habrá quienes piensen que es un error negarse a la alianza Morena-PRD, sin embargo, muchos también creen que el pragmatismo que caracteriza a algunas tribus perredistas les ha hecho perder la esencia por la que fue formado, con el correr de los años, los líderes del sol azteca se han convertido en verdaderos negociadores a quienes les importa más el qué en lugar del cómo.

Si trasladamos al plano local la negativa de alianza entre Morena y el PRD, surgiría la interrogante entre ¿quién gana y cual pierde entre esos partidos?

Se tendría que analizar a fondo lo que representan ambas fuerzas políticas, en primera instancia se tiene que evaluar en lo que se ha convertido el PRD en nuestra entidad.

Morena por su parte, es el partido al que la mayoría de los cuadros políticos chiapanecos quieren aterrizar, porque saben que el efecto que provocará la popularidad de Andrés Manuel López Obrador, les puede augurar triunfos electorales.

Morena en tan solo cuatro años, ha venido creciendo en Chiapas y en México, pero en el plano estatal, le ha robado la tranquilidad a muchos políticos dinosaurios que no quieren perder las prebendas que les otorga el poder, de ahí que esos cuadros de apellidos rimbombantes y encumbrados, pierdan el sueño por ser parte del padrón de afiliados, lo que les pueda abrir la posibilidad de estar en las boletas.

En Chiapas, son pocos los personajes que ahora le coqueteen al PRD, tan le huyen que la desbandada no es silenciosa, quienes en algún momento fueron parte de ese instituto político, gritan a los cuatro vientos que con el sol azteca no quieren nada, eso pensando que a dos manos serán recibidos en las filas de Morena.

El PRD se olvidó que hace más de 25 años surgió a la vida política del país, gracias a la lucha por la igualdad que encabezaron personajes como Cuauhtémoc Cárdenas, Heberto Castillo, Andrés Manuel López Obrador, Porfirio Muños Ledo entre otros, gente que actuaron como reales opositores al régimen de su tiempo.

Con el correr de los años, al PRD fueron arribando ratones de escritorio, perfumados, personajes que luego de saludar a la clase jodida, corrían a lavarse las manos para no contraer bacterias.

¿Quién pierde y quién gana al cerrar el paso a la alianza Morena-PRD? Eso lo sabremos los mexicanos durante la mañana del 4 de junio, un día después de las elecciones presidenciales, lo único seguro es que las del año entrante, será la madre de todas las batallas electorales, las más vigiladas y sobre todo en la que los mexicanos decidiremos el futuro de país que queremos para las próximas generaciones.

Muy buena ubre

Parece que a Roberto Albores Gleason ni lo inmutan las exigencias de cientos de priistas que piden su salida de la dirigencia estatal del PRI, el junior de San José sigue despachando y manejando a su antojo en ese partido, a como lo hace desde hace cinco años. Millones de pesos producto de las prerrogativas han sido manejados a su antojo para construir una candidatura que en ocasiones se ve débil.

Pese a lo que digan priistas de cepa y de la vieja guardia, a Roberto Albores parece que nada lo mueve, él sigue en lo suyo, recorrer el Estado para posicionar su imagen, si el escándalo por la utilización de Prospera no le hizo ningún daño con la cúpula de su partido, las cartas y voces que exigen su salida del tricolor menos.

Ahora bien, se tiene que ver los efectos de no tomar en cuenta a los militantes del tricolor, seguramente esos mismos que están pidiendo su cabeza, serán los que operarán políticamente en su contra, para evitar que llegue a gobernar Chiapas.