La transparencia necesaria

Hace unas horas, el Senado de la República aprobó el dictamen emanado de la Cámara de Diputados sobre el Sistema Nacional Anticorrupción en la búsqueda de la Transparencia consecuente  que deberá regir al país, una vez que al menos 17 entidades federativas lo hagan suyo para que el Ejecutivo Federal lo promulgue y se publique en el Diario Oficial de la Federación. De inmediato se abocarán  a pergeñar las leyes reglamentarias necesarias y suficientes para que el dictamen convertido en ley, empiece a operar.

 

Esta parafernalia habrá de llevarse un tiempo para que los temas fundamentales de transparencia y anticorrupción que son demandas fundamentales y urgentes de la población mexicana y compromiso ineludible hecho por el propio Presidente de la República, empiece a operar formalmente, en virtud de que la confección de dictámenes y leyes tienen siempre, necesariamente, un tiempo determinado por todas las variables que implica hacer un desarrollo como el que se acaba de aprobar.

Por su parte, la Cámara de Diputados está comprometida para resolver favorablemente el jueves 23 de abril, ayer pues, la Ley de Transparencia y Acceso a la información enviada por el Senado de la República como cámara de origen para ser aprobada por el pleno y sufra la misma valoración que el Sistema nacional Anticorrupción ya señalada líneas arriba de al menos 17 estados que integran la República para poder ser promulgada por el Presidente de México.

La Ley de transparencia aprobada por el Senado de la República en lo general abre, en un hecho realmente histórico y necesario, la información de sindicatos, partidos políticos, legisladores, órganos autónomos del Estado y cualquier persona física o moral que reciba y ejerza recursos públicos. De este tamaño, como de ese tamaño o más grande  es la desconfianza que el pueblo de México tiene acerca de los destinos de los fondos públicos.

A partir de su aprobación y posterior hechura de las leyes reglamentarias que habrán de poner en práctica las nuevas leyes, podrá ejercerse un control estricto de los gastos del gobierno, que es producto de las contribuciones obtenidas de todos los que pagamos impuestos. A partir de ellas, el ejercicio del dinero público tendrá un estricto seguimiento de entrega y buen uso que de él se haga. Por eso es que la ley habrá de ir hacia todos los mexicanos que ejercen fondos públicos, que no son suyos, para que su utilización sea estrictamente apegada a la ley. Con esto, se habrá de acabar el gasto discrecional de esos recursos que enriquecieron a miles para convertirse en un gasto estrictamente supervisado por el Poder Legislativo, que habrá de obrar en consecuencia cuando el caso lo amerite y haya una acción anormal en el ejercicio presupuestal, que implicará la cárcel entre otras muchas sanciones.  

Es importante señalar que los siete comisionados del Instituto Federal de Acceso a la Información -IFAI-,  le han solicitado a la Cámara de Diputados que aprueben la nueva Ley de Transparencia tal y como la aprobó y envió el Senado de la República. El IFAI considera que el documento emanado del Senado de la República, la Cámara Alta, es congruente con la reforma constitucional en la materia promulgada en febrero del 2014. Esperemos programas y el resultado de la aprobación en el Pleno de la Cámara Baja, la Cámara de Diputados.

El revuelo es auténtico por la magnitud de lo que va abarcar y los trabajos de ambas cámaras ha sido provechoso y rendidor, como ha sido la tónica de la actual administración que ha sabido coordinar los esfuerzos de los poderes que integran a la República para que, en actos que consagran el funcionamiento de la democracia en un país como el nuestro, han sabido responder a lo que México necesita para enfrentar el futuro con leyes adecuadas en la búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida de los mexicanos.

Las leyes reglamentarias que habrán de poner en sintonía y aplicación al Sistema nacional Anticorrupción y a la Ley de transparencia, habrán de ser analizadas por los nuevos diputados federales que habrán de arribar a San Lázaro en septiembre, después de haber sido elegidos el primer domingo de junio.

Esto implica a nuestras diputadas y a nuestros diputados. Nada más en eso, en la elaboración de las reglamentarias, tienen un enorme compromiso. Ambas leyes reúnen el sentir profundo de los habitantes pensantes de México, la clase media en particular, que están hartos de que los fondos públicos se hayan convertido en los bancos de abastecimiento de dinero de los funcionarios públicos y privados, líderes sindicales y partidistas así como  legisladores quienes, gracias a sus malos oficios se han ganado la animadversión y repulsa del 80% los ciudadanos de México que no los sienten suyos.

Los mejores legisladores que lleguen al Congreso de la Unión después de haber sido elegidos, tienen que revertir ese sentimiento nacional de rechazo de la ciudadanía, con actos al servicio de la nación para construir una mejor Patria que reclaman las generaciones futuras.

Las leyes reglamentarias para el Sistema Anticorrupción y la Ley que habrá de combatir lo mismo, requieren del total interés y atención de los nuevos legisladores para recuperar la confianza nacional. No puede ser posible que un diputado que es elegido por el pueblo tengas de éste, el pueblo, el 80% del rechazo. Por algo ha de ser.

Los chiapanecos esperaremos, impacientes, el funcionamiento y resultados del rendimiento de los nuevos legisladores que arribarán a San Lázaro a partir de septiembre. Es una necesidad real de los habitantes del estado más pobre de todos los que integra nuestra federación.

Estaremos muy pendientes de su actuación a partir de septiembre.

¡Chicharito!

Lo hizo. La porfía, el corazón, la gana del triunfo, la vergüenza ante los mexicanos y su familia, el compromiso consigo mismo, la presencia de sus seguidores en España que ya lo quieren, entre más cosas, hizo que el mejor futbolista de México al día de hoy -¿Alguien lo duda?-, estuviera en el momento preciso, ni un centímetro más pero también ni un centímetro menos -Cualidad de muy pocos en el mundo del futbol, llamados crack-, llevara a su equipo, el Real Madrid, a las semifinales de la Champions League en la búsqueda de un título internacional más para su club, el del mejor equipo de Europa, derrotando al Atlético de Madrid con un único gol, el suyo, al minuto 88 del segundo tiempo.

Fue un partido difícil, muy peleado, como suele ser el clásico de la capital española.

Ante una jugada individual del colombiano James que pudo servir al portugués Cristiano Ronaldo en un palmo de terreno y éste, con la serenidad que da el ser el mejor jugador del mundo, pudo ver al Chicharito Hernández muy bien ubicado como el sólo lo sabe hacer, dispuesto al anote si remedio: le pone el balón al mexicano quién, sin clemencia, dispara a la meta de los colchoneros para realizar la hazaña que hoy tiene de cabeza al mundo y por supuesto a los mexicanos que lo admiramos.

 

Si los legisladores de México tuvieran las cualidades de el Chicharito, otra cosa sería nuestro país. Lo decimos en serio. También en las cámaras se necesita porfía, vergüenza y pundonor.