HOSPITAL DEL ALMA 22-04-15

Por Duque de Santo Ton

 

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Duque de Santo Ton:

Mi abuelita quiere heredarle su rancho a una de mis tías que no se casó y ya tiene 30 años. Mi papá y sus hermanos están de lo más bravos y se preguntan que para qué va a querer rancho una mujer vieja, sin hijos y sin nadie a quien mantener.

 

Leslie

Cintalapa

 

Querida Leslie:

Tu abuela es una señora inteligente. Una mujer como tu tía necesita por lo menos un  rancho para conseguir marido.

 

Duque:

¿Es cierto que parte de tus antepasados se fueron con Porfirio Díaz a Europa en el Ypiranga?

Yolanda

San Cristóbal

 

Querida Yolanda:

Si no me gusta hablar de mi vida privada mucho menos lo hago de la de mis antepasados.

 

Duque de Santo Ton:

Desde que mi hija tenía doce años, le expliqué el asunto del sexo, de la menstruación, de los condones, de los hijos no deseados, de las enfermedades de transmisión sexual y todas esas cosas. Ahora la niña tiene 19 años, cambia de novio como cambiar de medias y, me da pena decirlo, la que salió embarazada sin quererlo fui yo. Como estoy a punto de cumplir los 45 años pensé que ya no era fértil pero resultó que sí y ahora estoy esperando un pichito de un hombre casado ¿qué puedo hacer?

Lorena

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Lorena:

Perteneces a la famosa generación X. No eres conservadora ni tienes principios morales, pero tampoco te prepararon para vivir en libertad. Si estás embarazada vas a tener que dar a luz al bebé y partirte el lomo criando niño tierno a tus casi 50 años. Parece mentira, pero tu hija resultó más apta que tú para enfrentar la vida.

 

Duque de Santo Ton:

Mi familia estaba casi arruinada, aunque siempre ha tenido un gran prestigio en Chiapas, en donde se le estima y se le tiene un gran respeto. Gracias a mi inteligencia, mis estudios, mis relaciones y mi nombre, yo logré salir a flote y amasé una gran fortuna en sólo un sexenio. Estaba todavía soltero cuando deposité mi primer millón de pesos en un banco suizo, y todas las niñas de la alta sociedad de Tuxtla Gutiérrez querían conmigo. Sin embargo, yo conozco el ambiente de esas muchachas, con las que estudié desde el kínder hasta la preparatoria, y la verdad no me gustan por su amor al reventón y al desmadre, por lo que preferí casarme con una joven sencilla, medio ranchera, que conocí en el antro. Además, al ser yo el rico y ella la pobre tendría la sartén por el mango y la podría dominar mejor. Sin embargo, la primera vez que la llevé a Europa y nos invitaron a una fiesta de unos chiapanecos que viven en Roma, mi esposa, la humilde, la que no rompía un plato, terminó revolcándose con varios de los invitados. Obviamente, al llegar a México, me divorcié de ella, le quité a mis hijos y la mandé a volar. Por buscar mujer decente terminé con la más piruja.

Marco Antonio

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Marco Antonio:

Eres muy severo al juzgar a las mujeres y tal vez por eso te pasó lo que te pasó. Recuerda no dejarte llevar por las apariencias ni los prejuicios, todas las personas tenemos virtudes y debilidades. Al parecer, a tu exesposa la traicionaron las debilidades.

 

Querido Duque:

Quiero estudiar una carrera que sin mucho esfuerzo me permita vivir como reina, tener una gran casa, coche de lujo con chofer, viajar, usar joyas, conocer gente importante y descubrir los placeres que hasta ahora la vida me ha negado. Soy bonita, güera, alta y de ojos azules. El próximo lunes cumplo 17 años y todavía soy señorita.

Fanny

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Fanny:

Me parece que la mejor carrera que puedes hacer es la de conseguirte un esposo millonario y generoso. Procura que sea un hombre viejo, estable, que además de mujer necesite quien lo cuide. Recuerda no dejar que te toque de la cintura hacia abajo hasta estar casados y no pienses en convertirte en su heredera, mejor concéntrate en que escriture bienes inmuebles a tu nombre, ya que las propiedades raíces son la mejor forma de tener dinero productivo y seguro.

 

 

Duque:

Cuando estudiaba la universidad, tenía relaciones sexuales ocasionales con el hijo de un político, quien aunque era flaco y prieto, vestía como príncipe y me llevaba de vacaciones a Las Vegas, a Los Ángeles, a Houston, a Nueva York y a otros lugares. Con el tiempo ambos nos casamos con distintas personas y yo no lo volví a ver hasta hace poco, que me tocó sentarme junto a él en un vuelo de México a Tuxtla. No me lo vas a creer: está hecho un cerdo, todo grasiento y feo, además de calvo y más prieto que cuando era joven. Lo traté con mucha distancia, pero al despedirme de él antes de bajar del avión, me dijo que le gustaría volver a verme como cuando éramos jóvenes y me dio una nalgada sin que nadie se diera cuenta. Yo me sentí muy humillada, pero ya no me quedó más remedio que sonreír y fingir que nada había pasado.

 

Maricarmen

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Maricarmen:

Si cuando eras joven no tenías decencia ¿por qué esperas que ahora te traten de una manera distinta? El que se ríe se lleva.

 

Duque de Santo Ton:

Desde que era niña, mi mamá me había prometido que me iba a regalar el aderezo de perlas y brillantes que usó el día de su boda, en 1951. Crecí pensando que esa joya sería mía, pero ahora, en su vejez mi mamá tuvo que venderla para pagar los gastos de sus achaques, ya que todo el dinero que se supone iba a heredar se fue como agua de borrajas. Yo me casé con un hombre trabajador pero pobre que ni de chiste pudo comprarme el aderezo, la compradora fue mi hermana mayor, quien siempre me tuvo envidia y que ha hecho fortuna relacionándose con hombres ricos y poderosos. Mira Duque, ella podrá haberse quedado con la alhaja pero yo, por lo menos, tengo decencia.

Alfonsina

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Alfonsina:

Lástima que la decencia no te sirva de mucho para provocar la envidia que genera un aderezo de perlas y brillantes. Los papeles se invirtieron, así es la vida.

 

Querido Duque de Santo Ton:

Mi esposa insiste en negarlo pero yo estoy seguro de que uno de mis hijos es homosexual. Le gusta jugar con muñequitas de papel, odia los deportes, nunca se pelea a golpes en la escuela y encima me salió con que quiere que le pague clases de pintura al óleo. Duque, el niño tiene ocho años y ya me sale con esas cosas, dime cómo le puedo quitar lo joto.

Aurelio

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Aurelio:

 

Si el muchachito es marica no se lo vas a poder quitar ni metiéndolo a clases de boxeo. Sin embargo, ninguna de las cosas que me escribes es indicio de que tu hijo tenga orientaciones homosexuales, también hay hombres que no son rudos por naturaleza. Sin embargo si al nene le gustan los nenes, siempre le van a gustar, así que tómalo con calma y edúcalo para que aprenda a cuidarse del Sida, del herpes, de la discriminación y de todas esas cochinadas. Él puede llevar una vida perfectamente normal a pesar de que le guste tomar el arroz con popote.