Críticas al color Verde

Tiempos electorales los que estamos viviendo, breves tal vez pero tiempos al fin.

Todavía, en los casi 90 días que faltan, habremos de presenciar acontecimientos que a más de cinco le provocará bochorno y estremecimiento por lo que habremos de ver, oír y leer en ese orden de importancia. La cábala descarada apunta a la guerra de lodo y porquería, avalada por comentarios de analistas destacados que quieren ver una lucha libre de dos de tres caídas sin límite de tiempo en donde los efluvios y el estiércol fluya, como así están acostumbrados en otros países -dirían algunos de ellos-, a ver el espectáculo que las mayorías exigen.

 

Aquí, en este mismo espacio, se dio cuenta de la suma impresionante de los spots de radio y televisión que habrán de emitirse a lo largo de las campañas hasta la media noche del miércoles anterior al primer domingo de junio. Serán millones de emisiones que habrán de llegar a través de los tiempos oficiales  hasta los más de 80 millones de mexicanos empadronados que ya tienen la edad para votar y su correspondiente credencial para tal fin.

Cuántos lectores de este editorial habrán visto en los últimos días y horas en la prensa y televisión nacional largas críticas al partido que en Chiapas llevara a Manuel Velasco Coello al gobierno constitucional del estado en alianza con el PRI y con el PANAL, en unas elecciones históricas por el número impresionante de sufragios y el orden ciudadano en el día de la votación.

Son críticas de intelectuales de derecha y de izquierda -más de lo primero que de lo segundo-, intelectuales destacados en su especialidad de análisis profesional y que también se han ganado un lugar  en el espacio radiofónico, televisivo o impreso,  en donde hacen periodismo plasmando sus ideas.

Han dicho mucho y demasiado; quizá con más víscera que idea en esta que será una lucha encarnizada electoral, atendiendo esta aseveración a los escritos, videos y audios que este editorial ha leído con detenimiento y observancia.

Al final de cuentas, viendo las palabras de más y las palabras de menos que son juicios de valor convertidas en señal de que lo dicho tiene una carga emocional indiscutible, se rescata una palabra recurrente a lo largo y ancho de los escritos y dichos vertidos con especial fruición.

Esa palabra es: Funciona.

Al final de cuentas, la enorme crítica vertida por lo que ellos creen está mal, fuera de lugar y altamente ofensiva a la inteligencia de los electores que reciben lo que ellos emiten o escriben al grado de que algunos solicitan la cancelación del registro del Partido Verde por lo que ellos consideran violaciones a la ley electoral sin ser peritos al respecto. Pero también hay otros que argumentan que el único que le puede quitar su registro es el pueblo de México, en las urnas, a la hora de votar y no hacerlo por ese partido para que pierda su registro. 

El reconocimiento tácito de que todos esos dichos funcionan, que los argumentos son recibidos por los electores de manera positiva al grado que las encuestas colocan ya al Verde como un partido que habrá de competirle fuertemente el primer domingo de junio al PRD y a MORENA, es argumento suficiente para pensar que las campañas por las que han sufrido múltiples sanciones económicas que ya inciden porcentualmente significativas en el presupuesto otorgado, han sido efectivas y altamente comunicativas para con el electorado nacional. 

El mundo de la comunicación cambia constantemente y nuestro país no es ajeno a esas transformaciones. Los mensajes políticos de antaño pudieran resultar poco efectivos, anticuados, en estas fechas para con los electores que están inmersos en la utilización de las redes sociales como vehículos informativos.

Los códigos modernos de acercamiento para el buen entendimiento, tal vez sean otros en donde el Partido Verde ha avanzado al respecto, de tal manera que sus probables electores ya hayan recibido esos mensajes propagandísticos y ya  optaron desde estas fechas por el Verde, por el que habrán de emitir el sufragio a la hora de la votación.

Eso, sin duda debe de fortalecer el espíritu de triunfo de un partido que presume de ser el primer partido ecologista de México pero que, dicen sus detractores en este enredijo que ha dado pie a la escritura de este editorial, han recibido el rechazo de las organizaciones serias del Planeta que se dedican a la conservación ambiental de la Tierra que habitamos.

Si la estrategia de comunicación le ha sido especialmente halagüeña al Partido Verde al grado que las encuestas al respecto lo registran y lo catalogan como un partido que repunta conforme pasan los días, el funcionamiento de los candidatos en el campo de batalla en su lucha por la búsqueda de los votos, debe ser especialmente inteligente y argumentativa.

Los candidatos de Chiapas no son ajenos a estas consideraciones.

Los candidatos chiapanecos deben de hacer campañas sumamente ingeniosas, de propuestas que le sirvan a la gente, que estén vinculadas a las leyes que habrán de promover en la Cámara de Diputados como partido, para que una familia del campo o de la clase media sienta que puede ser beneficiada con la propuesta que habrá de llevar el Partido Verde. Solo así se promueven los votos: interesando a los electores. Las despensas no llevan al elector a las urnas. Las ideas claras y bien dichas, convincentes pues, sí.

Un Legislador Federal es, antes que nada, un diseñador de leyes para el bien común, que se habrán de aprobar o no en función de la defensa que haga en comisiones o en el pleno. Un legislador es un mexicano que debe de trabajar mucho durante tres años y es la historia quien lo habrá de aprobar o reprobar. Las últimas legislaturas han estado invadidas de vergüenza, en donde los legisladores han llegado a enriquecerse con el dinero del pueblo, promoviéndolo ante el mejor postor, que generalmente son presidentes municipales que piden recursos para sus municipios. Allí, los diputados corruptos hacen de las suyas, llevándose tajadas del dinero que sería para el desarrollo municipal. Esto está documentado y denunciado ante las cámaras de televisión. Ya no puede pasar de nuevo porque el pueblo ya no lo habrá de soportar.

Chiapas necesita enviar diputados inteligentes y propositivos; honrados y con profunda dignidad de chiapaneco que quiere lo mejor para su pueblo.

Este periódico habrá de vigilar su gestión, allá y acá. Habremos de estar pendientes.

Chiapas necesita que su bancada se distinga por ser ejemplo de honestidad y trabajo fecundo a favor de México. El país lo necesita y los legisladores también. Al día de hoy, el 70% del pueblo de México considera ajenos a los legisladores federales, que no corresponden a las necesidades de los habitantes de México.

En pocas palabras, que no sirven para nada.

¿Se imaginan ustedes por qué se piensa así?