Romper el silencio para estar juntos

Por Juan Rivero Valls

 

Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.

Martin Luther King

 

En mi entrega anterior hablé sobre una teoría de la comunicación, “la espiral del silencio” y de cómo las opiniones mayoritarias hacen callar a las discordantes por temor a le exclusión desde un punto de vista político, pero no sólo es en la política donde esas opiniones y actitudes, digamos, rebeldes, son acalladas por el miedo de quedar fuera del grupo social que frecuentamos.

 

Así, si la gente está segura de que sus opiniones están en sintonía con las de la mayoría, se podrán expresar con mas confianza, tanto en las conversaciones públicas como en las privadas, pero no solamente a través del habla; esas manifestaciones se dan, también en las actitudes, formas de vestir o cualquier elemento visual o sonoro que los identifique con la opinión mayoritaria; por eso, cuando la gente se da cuenta de que su opinión va en contra de lo que la mayoría piensa, prefiere adoptar una actitud precavida y, por lo mismo, “silenciosa” y este silencio permanece hasta que esas opiniones contrarias desaparecen; sin embargo, quienes se mantienen firmes en sus opiniones divergentes, llegan a formar lo que en esta teoría se denomina como “núcleo duro”.

Estas personas que se apegan a la opinión mayoritaria sin conocimiento profundo y sin demasiada reflexión considerando que lo que está publicado es “vox dei” o “palabra divina”, que incide de manera directa en la conformación de una “opinión mayoritaria”, basándose en el precepto de Walter Lippman de que no existe aquello que no se cuenta,  provoca una cadena de sucesos que desembocan en hábitos: el pensamiento provoca palabras, las palabras  acciones y la acción repetida, un hábito; tal vez por eso, el escritor argentino Juan Carlos Onetti, dijo alguna vez “…las únicas palabras  dignas de existir, son aquellas mejores que el silencio”.

Quienes aprovechan esta situación para “formar” una opinión mayoritaria a través de las redes sociales especialmente, lo que lanzan a la red son, en realidad, toneladas de miedo, porque el ser humano es siempre reticente al cambio, a aquello que, de manera desconocida, puede privarle de cierto confort; el miedo a lo desconocido, pues, ya que la lógica indica que todo cambio implica un riesgo cuando es, precisamente, a través del riesgo, cuando se logran los avances. El sistema internacional de poder dice el gran Eduardo Galeano, fallecido este lunes, hace que la riqueza se siga alimentando de la pobreza ajena. Sí, las venas de América Latina todavía siguen abiertas".

Pero estas opiniones mayoritarias no están siempre apegadas a la lógica, pues  el ser humano busca encontrar el lado mas oscuro de la condición humana. Veamos; en el mundo actual existe la tecnología y los recursos suficientes para acabar con el mayor flagelo de la humanidad: el hambre; sin embargo ésta persiste e incluso se acrecienta, lo que no es lógico y entonces intervienen otros elementos que tienen que ver con las emociones: el poder, el odio, el amor, la envidia..

Esta situación no es, para nada, nueva, es tan vieja como el propio ser humano y sus primeros análisis los podemos encontrar en la misma Revolución Francesa, documentada en la historia de la propia Revolución por Alexis de Toqueville, publicada en 1856 que, ante la decadencia de la iglesia católica en Francia su denotación se convirtió en una pasión general de la que Toqueville dice que el silencio de la iglesia ante esta situación fue un factor preponderante para ello, pues los que mantenían su fe católica tenían miedo a quedarse solos, temiéndole mas a la soledad que al error, convirtiendo así a la opinión de unos cuantos en la voluntad de todos.

Y hay quienes de manera intencional, filtran informaciones falsas aprovechando la tendencia que en las redes sociales se ha logrado para formar una “opinión pública” ad hoc a los intereses de quienes la suben a la red. Un caso por demás claro de esto lo da la revista Proceso, en su número del 12 de abril de este año, donde un par de reporteros acusan que el secretario de Gobernación, Osorio Chong, posee dos casas en las Lomas de Chapultepec  que adquirió de Grupo Higa; ante el desmentido hecho por el propio secretario de gobernación, los reporteros reconocen que las casas no son de él, que efectivamente las rentaba, pero… siempre ese pero que permita sostener una mentira retorciéndola para, al final de cuentas, salir bien librados; al fin y al cabo la opinión mayoritaria se sostendrá en contra del secretario pues, quien se atreva a cuestionar la mentira, podría ser excluido del selecto grupo de lectores de la revista, apostándole, tal vez a lo que alguna vez dijo Paul Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler: “una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad”.

Las voces discordantes, por otro lado, a las que podríamos calificar de independientes, son las que permiten avanzar, romper inercias; un principio básico de la ciencia nos dice, la duda ante todo. Por eso, y tal vez, aunque suene utópico, deberíamos reflexionar sobre lo que dice Galeano: “Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos”.