Habitantes reclaman desplazamientos

Durante la marcha que conmemora la matanza de Acteal, cientos también se pronunciaron en desacuerdo con la aprobación de la Ley de Seguridad Interior.

 

 

Agencia

Ciudad de México

 

Cientos de personas marcharon este sábado en Acteal, Chiapas, para conmemorar los 20 años de la matanza de 45 indígenas ocurrida el 22 de diciembre de 1997 en esa localidad.

Con música y fuegos pirotécnicos, familiares y supervivientes de la matanza celebraron una procesión que partió del crucero Majamut y concluyó en Acteal con reclamos para que ya no existan más desplazados en el estado de Chiapas.

La caminata de más de una hora tuvo como punto de llegada la pequeña iglesia cristiana pentecostal en la que fueron asesinados 45 indígenas tsotsiles de la organización Las Abejas, 21 mujeres, 15 niños y 9 hombres.

Al frente de la manifestación estaba el obispo Raúl Vera, de la diócesis de Saltillo, Coahuila, además de familiares y supervivientes de esa masacre perpetrada por grupos paramilitares.

"Acteal seguirá siendo Acteal, seguirá siendo una llama viva desde donde renacen. Si esto es muy importante que lo sepan ustedes, son un motor, son una fuerza muy grande para que México finalmente cambie", declaró el obispo Vera.

Organizaciones de Derechos Humanos, sociales y religiosas se sumaron a la conmemoración.

Los indígenas de la organización Las Abejas se pronunciaron en desacuerdo con la aprobación de la Ley de Seguridad Interior, que regula la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad y que fue promulgada este viernes por el presidente Enrique Peña Nieto.

Guadalupe Vázquez Luna, una de las sobrevivientes de Acteal, aseguró que están a la espera de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se pronuncie por la responsabilidad del Estado mexicano, ante lo que calificó como "crimen de lesa humanidad".

 

20 años de la masacre

El 22 de diciembre de 1997, indígenas de la agrupación civil Las Abejas fueron atacados por paramilitares, también indígenas, que mataron a 45 personas.

Los supuestos agresores eran simpatizantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y estaban enfrentados con sus víctimas, en un estado dividido entre simpatizantes y detractores del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), alzado en armas desde 1994.