Hasta 4000% de energía sismo-tectónica ha liberado Chiapas

 

Por ENRIQUE GONZÁLEZ

Tuxtla Gutiérrez 

De acuerdo con el Registro Sísmico Moderno divulgado por el Servicio Sismológico Nacional, de 1996 al 2017 la liberación de energía sismo-tectónica en Chiapas se incrementó en más del 4000 por ciento, además de que nuestra entidad detenta en el ámbito nacional los sismos de mayor magnitud registrados en los últimos años.

 

En entrevista, Marco Antonio Penagos Villar, reconocido geofísico chiapaneco, comentó que el cambio climático de la Tierra ha acelerado cada vez con mayor frecuencia y magnitud diversos fenómenos perturbadores de origen geológico, geofísico, hidrológico y de clima espacial que someten a muy alto riesgo y vulnerabilidad a grandes centros poblacionales del mundo.

La región Sureste de México (Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Tabasco) abriga a más de 33 millones de habitantes. Sólo Chiapas, cuya superficie territorial es de 73 mil 311 km2, y que representa el 3.8% del territorio nacional, estructurado en 125 municipios e integrado en 15 regiones socioeconómicas, alberga a 5 millones 217 mil 908 habitantes, por lo que ocupa el séptimo lugar demográfico en el ámbito nacional.

Asimismo, subrayó que las erupciones volcánicas en otras regiones del planeta, la del “Chichonal” en 1982, las severas inundaciones del 2005 (huracán “Stan”), además de los recientes terremotos de septiembre del 2017 en Chiapas, así como la actual actividad volcánica muy reciente en el país vecino de Guatemala, donde colindamos con el volcán “Tacaná”, obligan a todo buen gobierno, a revisar  las políticas públicas y los protocolos de seguridad y de emergencia que en materia de Protección Civil, tiene establecido el territorio local con fines eminentemente preventivos y no reactivos en caso de algún desastre de esta o cualquier otra índole de mayor impacto.

“La reciente actividad volcánica en Guatemala y la intensa actividad sísmica del año pasado en Chiapas, Oaxaca y otros estados del país, preocupan y obligan a cuestionar, si los actuales modelos geométricos de placas tectónicas que aplican para Chiapas, Sur y Sureste de México, siguen siendo válidos y vigentes para continuar desarrollando urbanísticamente y construyendo infraestructura de caminos, obra pública y vivienda, sin el conocimiento geofísico y geológico de los suelos y subsuelos y de otras estructuras geológicas, en donde se localizan las cabeceras municipales y las más de 20 mil comunidades dispersas en toda la agreste orografía de Chiapas”, detalló.

El anterior comportamiento tectónico, añadió el experto, resulta trascendental e importante, además de preocupante, ya que el SSN ha informado que se tiene registrado hasta el 18 de junio del 2018, alrededor de 23 mil 756 réplicas del terremoto de magnitud 8.2 del pasado 7 de septiembre del 2017 en Chiapas.

“Esas réplicas que, por su alineamiento y localización geográfica en el Sur- Sureste del país, obligatoriamente deben ser estudiadas por geofísicos y geólogos como especialistas en la materia, ya que existe una alta probabilidad de que en donde se están presentando dichas réplicas, se manifieste un nuevo límite geométrico de placas tectónicas, que someten a algún tipo de riesgo a más de 33 millones de habitantes del Istmo de Tehuantepec, Veracruz, Chiapas y Tabasco”, mencionó.

Si bien es cierto la región contigua al Istmo de Tehuantepec, como son los municipios de Cintalapa, Jiquipilas y Arriaga detentan un mayor número de eventos sísmicos y liberación de energía sísmica por kilómetro cuadrado anualmente, la región del Soconusco, integrada por 15 municipios, es y ha sido históricamente, por su elevada densidad demográfica y por la presencia de diversos peligros geológicos e hidrológicos, la más propensa a sufrir contingencias y catástrofes como: sismos, vulcanismo, inundaciones y otros fenómenos que someten a algún tipo de riesgo a la población sus bienes y al entorno natural, explicó.

Además, consideró que si en este momento se registrara una erupción del volcán “Tacaná”, de acuerdo con el Plan Operativo de Protección Civil de ese coloso, la población en riesgo sería de 404 mil 070 habitantes, lo que afectaría a siete municipios, 756 poblados y 88 mil 883 viviendas.

En cuanto al diagnóstico sísmico, puntualizó que entre Chiapas, Oaxaca y Veracruz se han registrado 19 mil 563 eventos sísmicos, lo cual representa el 74.3% del total de energía sísmica liberada en todo el país en el año 2017, de los cuales 13 mil 127 se dieron en territorio oaxaqueño, correspondiéndole el 49.7% del total de energía sísmica liberada.

Asimismo, cinco mil 987 eventos se registraron en Chiapas, correspondiéndole el 22.9% del total de energía sísmica liberada. “No existe un solo municipio en nuestro estado que detente cuando menos un epicentro de sismos”.

También dijo que 449 eventos se registraron en territorio de Veracruz, correspondiéndole el 1.7% del total de energía sísmica liberada.

En cuanto al Diagnóstico por tsunami o maremoto, especificó que la carencia de estudios e información en las Costas de Chiapas, sobre las evidencias de este fenómeno geológico en particular, se considerará como modelo conceptual el tsunami registrado por el terremoto de magnitud 8.6 con epicentro en las costas de Pochutla, Oaxaca en el año de 1787.

“Se conoce que existen en la región costera de Chiapas cientos de localidades que se localizan asentadas por debajo de la Cota de 12 metros, elevación máxima topográfica que se considera que el tsunami de 1787 alcanzó en el Istmo de Tehuantepec”, recordó.

Ante tal situación de vulnerabilidad de peligros por estos fenómenos antes aludidos, sugirió la instauración de un Instituto de Investigación Centroamericano de Fenómenos Geofísicos y Geológicos en donde se profundice aún esta problemática y se generen nuevas oportunidades de investigación, docencia y aplicación de los conocimientos de las nuevas generaciones de chiapanecos.

Asimismo, agregó, que coadyuven a generar políticas públicas en materia preventiva, que hoy por hoy, es una demanda y reclamo sentido de la población chiapaneca, además una gran oportunidad de generar y ofertar empleos a los egresados de los Centros Educativos de las Ciencias de la Tierra en Chiapas, Sureste y Centroamérica.