IMSS ya no tendrá cabida en La Pimienta ni en otras comunidades: Marcelo Pérez

Por ENRIQUE GUTIÉRREZ

 

Tuxtla Gutiérrez, Chis.- Aunque los 29 bebés y niños están “fuera de peligro” en sus hogares, luego de que la salud de la mayoría se agravara con la aplicación de vacunas contra la hepatitis B, rotavirus y tuberculosis, la comunidad La Pimienta del municipio de Simojovel, acordó ya no darle entrada al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por lo que será sector Salud de Chiapas el encargado de todas las acciones a desarrollar en ese sitio, manifestó el párroco Marcelo Pérez Pérez.

 

En una entrevista, aclaró que se acordó eso tras una plática con las autoridades gubernamentales y, aunque “no tengo un dato exacto”, resaltó que de repente los menores se enferman, “pero ahí van, salen adelante y no hay reportes de algo grave”.

Aunque rechazó que haya algún avance significativo en cuestiones de salud no sólo en La Pimienta sino en todas las comunidades de Simojovel, “aún falta ver qué se mejorará, porque no es de la noche a la mañana; aunque sí han estado pendientes de todo (instancias de salud), los padres quisieran mejor atención médica, pero eso irá dándose de forma paulatina”.

 

INSEGURIDAD ES PREOCUPANTE

En cuanto a la inseguridad que impera en la región, Marcelo Pérez afirmó que continúan las amenazas en su contra, sólo que “ya es con más sutileza, por ejemplo el 26 de abril pasado se me acercó una persona armada, a mis espaldas, y quienes me acompañaron se dieron cuenta; fue en Simojovel, frente a la iglesia”.

Apuntó que quienes orquestan dichas amenazas son los ex alcaldes Juan Gómez Domínguez y Ramiro Gómez Domínguez, “éste último quiere contender por un puesto de elección popular, pero hasta donde sé los dos están prófugos de la ley, pero siempre se han peleado por estar en el poder”.

Enfatizó que ellos serían los responsables de contratar a quienes lo hostigan y persiguen, “no son tanto los cantineros, porque ellos son manejados por los Gómez, sólo porque pedimos un alto al narcotráfico, el alcoholismo, entre otras demandas”.

En un principio, rememoró el prelado, el Estado le ofreció escolta para cuidarlo, “pero no acepté, porque lo que pedimos es seguridad para el pueblo, no sólo para mí”.

Agregó: “El problema no soy yo, es el pueblo que está inseguro; yo no puedo presumir de una escolta cuando el pueblo es víctima de asaltos, golpes, robos y asesinatos, entonces he planteado de forma clara que lo que pedimos es la paz”.

No obstante que las personas que lo cuidarían están facultadas para matar con tal de defenderlo, externó que en ningún momento quiere que se muera alguien, “incluso a quien me quiera matar yo no le deseo eso, sino al contrario, estoy dispuesto a dar mi vida con tal de que él reflexione, conozca el camino de la salvación”.

 

En ese sentido, comentó que “si ofreciendo mi vida, él o ellos cambiarán o recapacitarán, estoy dispuesto (a dar su vida); como somos pacifistas, nunca hemos caminado en la violencia, y esa sería la razón por la que no pido protección sólo para mí”.