CHIAPA DE CORZO El recuento de daños

Enrique Vázquez Palacios

Tuxtla Gutiérrez

 

Por primera vez en la historia de los medios informativos, el mundo cibernético pudo conocer y ver en tiempo y forma, la manera de cómo un pueblo se manifestaba en contra de un Presidente de la República, como lo ocurrido este lunes en la histórica y colonial Chiapa de Corzo, donde el primer mandatario pudo constatar de manera directa el repudio que mucha gente le tiene por su mala administración; información que fue ocultada por muchos medios nacionales y locales, salvo raras excepciones. 

 

Anticipadamente, la población chiapacorceña había dado a conocer que no permitiría que el jefe del ejecutivo federal llevara a cabo el evento conmemorativo al “Día Internacional de los Pueblos Indígenas”, por lo que por “razones de seguridad”, se implementó un impresionante despliegue policiaco en toda la ciudad, lo que exacerbó los ánimos de sus habitantes, que comenzaron a organizarse para reforzar su protesta. 

De igual forma, centenares de turistas nacionales y extranjeros que se encontraban en esos momentos, vieron cortadas sus aspiraciones de poder realizar recorridos por todo el Cañón del Sumidero, debido a que el Estado Mayor Presidencial y la policía local, cerraron los accesos a los embarcaderos, para que Enrique Peña Nieto, Manuel Velasco Coello y toda su comitiva, pudieran “pasear” sin ser molestados. 

Sin embargo, Peña Nieto no pudo evitar ser vilipendiado por centenares de manifestantes que arremetieron en su contra cuando abordó su vehículo blindado, lo que hizo que las fuerzas federales y estatales comenzaran a repeler a la ciudadanía, iniciándose la trifulca que se prolongó hasta altas horas de la noche. 

La molestia llegó a tanto que, apoyados por la misma iglesia, se permitió al pueblo hacer sonar las campanas de la iglesia mayor, para llamar al pueblo entero a manifestar su repudio, mientras que la policía lanzaba granadas y bombas de gas lacrimógeno en contra de los manifestantes que ya sumaban miles y comenzaban a impedir que los policías federales y estatales se retiraran del lugar. 

Así, el pueblo retuvo a casi una decena de elementos de la Policía Federal, en su mayoría mujeres, mientras que varios habitantes también eran detenidos por las fuerzas del orden, mientras que decenas de vehículos comenzaron a ser vandalizados en distintos puntos de la ciudad. 

La enardecida población comenzó a incendiar y a destruir camiones y vehículos, como medida de presión para que los detenidos fueran intercambiados por los elementos federales que durante horas, permanecieron en manos de los chiapacorceños, hasta las primeras horas de la madrugada de este martes que “las partes en conflicto” llegaron a un “arreglo armonioso”.