Preocupa a iglesia católica, fallo de la SCJN: Arizmendi

 

El obizpo de San Cristóbal de Las Casas señaló que los matrimonios con personas del mismo sexo, no se puede ir contra los mandatos naturales y divinos de ser hombre o mujer.

 

Por Guillermo Enríquez

 

San Cristóbal de Las Casas, Chis.- La Diócesis de esta ciudad, consideró que a pesar de las determinaciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), sobre los matrimonios con personas del mismo sexo, no se puede ir contra los mandatos naturales y divinos de ser hombre o mujer.

 

En su mensaje de mitad de semana, Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de la Diócesis de San Cristóbal, señaló que en días anteriores se proclamaron determinadas leyes que preocupan a la iglesia y por ello emite un pronunciamiento.

“La Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó algo que nos preocupa mucho y que no podemos dejar de comentar. Indicó: "La Ley de cualquier entidad federativa que, por un lado, considere que la finalidad del matrimonio es la procreación y/o que lo defina como el que se celebra entre un hombre y una mujer, es inconstitucional". Se ordenó la publicación de esta jurisprudencia, que tendrá que ser acatada por todos los jueces del país y ser tomada en cuenta en todas las legislaciones locales”.

Además agregó que los Ministros dicen que definir el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, constituye una "enunciación discriminatoria en su mera expresión", pues afirman que bajo ninguna circunstancia se puede negar o restringir a nadie un derecho con base en su orientación sexual.

“Ante esta determinación, lo primero que debo decir es que una ley civil no puede cambiar la naturaleza humana; una decisión jurídica como la presente, no elimina la diferencia de sexos, en su sentido físico y psíquico. Los Ministros, con su visión legalista, quieren hacer a un lado lo que es obvio: un hombre no fecunda ni complementa a otro hombre, ni una mujer a otra mujer. Esto no es cuestión de religión, sino de configuración de la misma naturaleza humana”, sostuvo.

De igual forma mencionó que es una verdad que a nadie se le puede prohibir cohabitar con quien quiera, del sexo que sea ni que conviva, incluso sexualmente, con quien sea de su misma orientación sexual.

“Dios nos hizo libres, incluso para pecar, para destruirnos, para degradarnos. Debemos, por ello, respetar a todo mundo y a nadie discriminar, sea de la tendencia sexual que sea. Es pecado despreciar o condenar a alguien por la forma como vive su género; toda homofobia es reprobable. Pero eso de identificar lo que en todas las culturas se ha entendido por matrimonio, como la unión entre un hombre y una mujer, con cualquier otra cohabitación sexual, es tener una visión muy simplista, acomodaticia y legalista”, señaló.

También consideró que estos señalamientos carecen de bases morales sólidas y permanentes, ya que “es querer cambiar la configuración sexuada de la humanidad. A esas cohabitaciones se les puede llamar como quieran, pero no es un matrimonio, como lo hemos entendido en todos los tiempos y en todas las culturas”, sostuvo.

Para terminar, Felipe Arizmendi, considero que nadie puede ir contra la conformación de los seres humanos, ya que hay sólo hombres y mujeres y no otro sexo.

 “Diga lo que diga la Suprema Corte, los cristianos tenemos un camino más seguro. Nosotros nos basamos, como criterio último, en lo que dice la Palabra de Dios. Si otros no la quieren seguir, los respetamos; pero los creyentes hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres. Nuestra moral y nuestros criterios no dependen del vaivén de los tiempos, sino que se asientan en lo que está inscrito por Dios en la misma conformación de los seres humanos” finalizó.

El obizpo de San Cristóbal señaló que una ley civil no puede cambiar la naturaleza humana y una decisión jurídica, no elimina la diferencia de sexos

 

 

 “Diga lo que diga la Suprema Corte, los cristianos tenemos un camino más seguro. Nosotros nos basamos, como criterio último, en lo que dice la Palabra de Dios. Si otros no la quieren seguir, los respetamos; pero los creyentes hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres”

Felipe Arizmendi

 

Obispo de San Cristóbal de Las Casas