Los resultados fueron decisión de la mayoría: Felipe Arizmendi

Arizmendi Esquivel reflexionó que los cambios no dependen sólo de una persona o  de un equipo de trabajo, sino de toda la ciudadanía.

La mayor parte de los mexicanos consideró que se requería dar una oportunidad a quien parecería ofrecer una mejor alternativa, destacó el obispo emérito de San Cristóbal 

Santiago López

San Cristóbal de Las Casas 

“Podemos estar o no de acuerdo con los resultados, satisfechos o no con las personas que fueron elegidas, pero ésta ha sido la manifestación de la voluntad popular mayoritaria, y en una sana democracia, esto es lo que cuenta. La mayoría consideró que se requería dar una oportunidad a quien parecería ofrecer una mejor alternativa para que cambie la situación en el país, y en eso hemos de fincar nuestra esperanza”.

 

Así lo consideró el obispo emérito de esta ciudad, Felipe Arizmendi Esquivel, luego de subrayar que a pesar de los muchos asesinatos previos y de algunos incidentes en el día de las votaciones, éstas transcurrieron en paz, resaltando que creció el porcentaje de participación, llegando a un 63% a nivel nacional, y en algunos municipios rebasó el 90%, y a pesar de toda la propaganda que se hizo para que la gente emitiera su voto, “todavía hay un elevado porcentaje que no lo hace, por indolencia, por falta de facilidades para hacerlo, como en los lugares más pobres y alejados de las casillas, o por definición ideológica”.

“No nos quedemos en criticar a los gobernantes. Si puedes, habla con uno de ellos personalmente, o mándale algún mensaje por algún medio, y compártele tus puntos de vista. No los dejemos solos. Necesitan nuestro consejo y nuestra fraterna corrección”, señaló en un comunicado difundido a los medios de comunicación.

Refirió que ha terminado la fase del proceso electoral con la emisión del voto popular y los resultados preliminares, con una clara definición de las opciones partidistas para el siguiente período de gobierno a nivel federal, estatal y municipal.

Arizmendi Esquivel reflexionó que los cambios no dependen sólo de una persona o  de un equipo de trabajo, sino de toda la ciudadanía; “aunque los elegidos quieran combatir la corrupción, la impunidad, la violencia y la inseguridad, estos males están en el corazón humano de los ciudadanos, y éstos los convierten en sistema corrupto y destructor”.

“¿Qué nos toca hacer ahora? Por una parte, dar un margen de tiempo a los elegidos, a partir de que tomen posesión de su cargo, para que pongan en práctica sus promesas. Por otra, colaborar en todo lo que podamos para mejorar al país, empezando por nuestras personas y familias”, sumó.

Finalmente pidió orar por quienes no fueron elegidos, para que sigan luchando por el bien común, demostrando así su amor a la patria.

 

El obispo emérito de San Cristóbal también destacó la importante participación ciudadana en la jornada electoral del 1 de julio.