Rusia olvida la presión y lo cambia por placer

Los seleccionados rusos descartan que a estas alturas tengan presión como la que vivieron antes del Mundial. Se centran en el juego ante Croacia

Nota y foto: Excélsior

MOSCÚ.

Rusia reemplazará la presión por el placer y luchará por mantener en alto el orgullo nacional en el partido del sábado ante Croacia por los cuartos de final del Mundial.

 

La selección, que llegó al Mundial como la peor clasificada en el ranking de la FIFA entre las 32 participantes, ha desafiado las expectativas de sus aficionados alcanzando los cuartos de final.

Los futbolistas rusos se han convertido en héroes nacionales, lo que obligó al alcalde de Moscú a abrir una nueva área pública para los seguidores de cara al choque del sábado.

Ahora no hay tanta presión, comparado con la presión que sentimos antes del torneo. Ahora estamos en cuartos de final y solo queremos llevar placer a nuestros seguidores y llegar más lejos", dijo el centrocampista Aleksandr Samedov.

Los reconocimientos a nivel local incluyen un bisonte bautizado como el delantero Artem Dzyuba y un águila recién nacida que lleva el nombre portero Igor Akinfeev, quien atajó dos penales contra España en los octavos de final.

El técnico ruso, Stanislav Cherchesov, sabe que la mayoría de las 48 mil personas que vayan al estadio apoyarán a los locales, pero el exportero ha mostrado poco interés en la efusividad emocional de la nación.

Las emociones son simples, las muestras cuando diriges el equipo. Ahora solo estoy pensando en el próximo juego", dijo Cherchesov tras la victoria sobre España.

El técnico tiene varios problemas que resolver, y su mayor preocupación aparece en el mediocampo. Alan Dzagoev se ha recuperado de una lesión en el tendón, pero no pudo completar ningún entrenamiento, mientras Samedov estuvo al margen el martes con un problema físico no especificado.

El también centrocampista Yuri Zhirkov está lesionado y es poco probable que vuelva a jugar en el Mundial, a menos que los anfitriones lleguen a la final en Moscú el 15 de julio.