A Mastodon ya nadie los puede ignorar

Brann Dailor, baterista de la banda, cree que la comunidad alternativa del mundo es esencial para el desarrollo de la industria musical, comercial e independiente

Nota y foto: Excélsior

CIUDAD DE MÉXICO.

Asociar a un metalero con un Grammy es cero común.

Los tatuajes, expan­siones, el cabello, la barba… para pronto el estereotipo, aún escon­dido dentro de un es­moquin, sigue castigado por el prejuicio social y la industria. Poco a poco se abre el panorama. Mastodon lo vivió este año, su disco Emperor of Sand y particularmente Sultan’s Curse, la primera rola del álbum, les dio un gramófono.

 

“Te llueven micrófo­nos, te voltean a ver per­sonas que no te conocían. Digamos que te vuelves un chico popular en ese momento y, de ahí, para adelante, querrán ver qué es de lo que eres capaz de hacer como banda. Lo importante, más allá de la ‘fama’, es la discusión.

Cada grupo enfren­ta y reacciona diferente a sí nuestras categorías se televisan o no, si es irrespetuoso o lo dejas pasar; que muchos de nosotros estemos en nominaciones de esa magnitud debe ser una apertura para que la in­dustria vea que el metal, el punk, el hardcore o lo que sea, tienen un nicho gigantesco y popular, justo lo que ellos bus­can”, contó a Excélsior Brann Dailor, baterista de la banda estadunidense, fundada en 2000.

Sus argumen tos, dice, son una re­flexión que hizo después de amanecer con el reconocimiento.

Las redes sociales los mencionaban, los porta­les especializados y los fans los felicitaban. Pero recordó que Trent Rez­nor, Josh Homme y, re­cientemente, Avenged Sevenfold, habían ma­nifestado descontento por respectivas razones: cortes de señal duran­te su show y la ausencia de transmisión de sus premiaciones.

El triunfo particu­lar es también un llama­do colectivo. Pienso que poco a poco las cosas van a mejorar, porque somos muchos en esta esce­na y no pasamos nunca desapercibidos, ahí tie­nes los festivales masi­vos en México, Estados Unidos, Francia, Inglate­rra y todo el mundo con más de 100 mil perso­nas asistiendo”, agregó el músico.

Atlanta, Georgia, en realidad todo Estados Unidos ya le queda chico a Mastodon. Apenas siete discos y ya son el futuro del género.

La revista Rolling Sto­ne los acreditó como la mejor banda de metal dentro de la nueva ola; la BBC, NME, Al­ternative Press y All Music se deshacen en elogios hacia ellos.

“Es gracioso, ni idea tenemos de todo eso. Es más fácil no creerlo porque así pue­des hacerte más grande con cada disco y show. Lo que hacemos se ha etiquetado como metal progresivo, por ejemplo. Pero con esa clasifica­ción te quieren asociar con Dream Theater, y nosotros no queremos ser ellos.

Mastodon comenzó con cuatro tipos que cre­cieron en la secundaria en conciertos de punk, hardcore, thrash, no con Dream Theater. Ellos tie­nen su público y nosotros el nuestro, pero un adje­tivo, un nombre o señala­miento como ‘progresivo’ no te tiene que remitir a una sola banda. Somos muchos haciendo cosas diferentes”, opinó.

Emperor of Sand re­sultó ser un disco bastan­te personal.

Dailor cuenta que este álbum nació después de vivir de cerca los estra­gos del cáncer en familiares y amigos bas­tante cercanos. La angustia, el miedo, la muerte; la es­peranza y la vida los em­pujaron a grabar, quizá, el mejor disco en 18 años como alineación.

Y te curas. Cuando comenzamos estába­mos llenos de mierda, de pensamientos oscuros y desahogar todo en una rola te hace comprender muchas cosas. Digo, sigo pensando que el cáncer es una mierda, pero te sana rabiar, gritar, tocar y pensar que la persona, a final de cuentas y sea cual sea el destino, encuentra salvación”, contó.