Taberna estratégica en Portugal

País invitado de honor de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2018, existe un sitio antiquísimo construido por los romanos en el siglo IV antes de nuestra era y cuyo esplendor duró hasta el año 711 d.C

Nota y foto: Excélsior

SANTIAGO DO CACÉM, Portugal.

Un edificio cuadrangular, con un patio central y diez tiendas o “tabernas” alrededor, donde, según los vestigios, se vendían alimentos como pan, carne, pescado preparado y aceite de oliva. Así era el primer mercado de Portugal hallado en el sitio arqueológico de Miróbriga.

 

Famosa por tener los baños termales mejor conservados del país ibérico y el único hipódromo que se conoce en la región, esta ciudad romana construida en el siglo IV antes de nuestra era, cuyo esplendor duró hasta el año 711 d.C., se alza tras los nuevos hallazgos como una urbe de gran importancia comercial, a donde llegaban productos importados y existían casas de comerciantes y artesanos.

El arqueólogo José Carlos Quaresma detalla que “se han encontrado cerámicas utilitarias, como ollas, sartenes, cazuelas, fragmentos de huesos de animales como el cerdo y metales, que van de los siglos I al VII de nuestra era”.

El coordinador de los trabajos de exploración que se realizan en el sitio cada verano desde hace tres años explica que, con estos objetos, queda de manifiesto que Miróbriga poseía una zona comercial bien delimitada, cuya cronología y tipología arquitectónica se busca definir.

“Las tabernas miden cinco y cuatro metros. Algunas tenían puerta, para protegerse del clima gélido en el invierno. Este año hemos excavado la número 1 y 2, y el próximo exploraremos la 3, 4 y 5. La sexta tiene una argolla de hierro en la entrada, imaginamos que para amarrar a los caballos”, describe.

El egresado de la Universidad Nueva Lisboa agrega que en 2019 se abordará el edificio central con maquinaria pesada y se le quitará unos 50 centímetros de tierra. “Es el único sitio que posee un área comercial central. Es el primer mercado que hemos descubierto en Portugal”.

Clasificado como Inmueble de Interés Público desde 1940, la existencia de este sitio se conoce desde el siglo XVI, aunque las primeras excavaciones datan de principios del siglo XIX, de 1801, cuando se descubrieron el templo dedicado a la diosa Venus y el destacable complejo termal (siglo II d.C.), constituido por dos edificios contiguos de cronologías diferentes, además de zonas residenciales e incluso una hospedería.

El arqueólogo Rafael Alfenim destaca, en entrevista por separado, que el edificio más interesante de Miróbriga se encuentra a un kilómetro por una de las calzadas que arrancan de la ciudad. “Se trata del magnífico hipódromo o circo, con capacidad para unos 25 mil espectadores, donde se hacían corridas de coches con dos o cuatro caballos. Es el único descubierto en el país”.

El titular de la Dirección Regional de Cultura del Alentejo señala, durante el recorrido, que los restos de las calles y la traza urbana que aún se observan y, sobre todo, los baños públicos o Termas, que evidencian la importancia que para los romanos tenían estos espacios de relajamiento, ejercicio y convivencia.

“Se empezaba con una sala de agua muy caliente (caldarium), después seguía una con agua tibia (tepidarium) y, al final, se pasaban a una sala con baño frío
(frigidarium). El pavimento de las salas estaba recubierto de mármol”, indica el especialista.

Asegura también que los edificios de las Termas llegaban a ser muy complejos, pues, además de los ya mencionados, algunos integraban salas de vapor, un espacio para nadar, otro para hacer ejercicio (la palestra) y un patio grande. “Los había públicos y privados. Se separaba a los hombres y a las mujeres, ya sea en áreas u horarios diferentes. Eran lugares muy especiales”.

Una red estratégica

Alfenim comenta que Miróbriga es una de las ciudades que formaron parte de la red construida por los romanos a su llegada a Portugal, en una lógica de ocupación del territorio. “Aquí la fundaron sobre un poblado preexistente en la Edad del Hierro. Son sitios con ubicación estratégica, cerca del mar. Una red organizada de urbes conectadas por carretera. Fue la romanización del territorio”.

Dice que estas ruinas han sido referidas por autores antiguos como Plinio El Viejo, en el siglo I a.C; y, después, en el periodo Humanista (siglo XVI), por el portugués André de Resende. “Tendría, máximo, unos nueve mil habitantes. No se ha determinado todavía la amplitud de Miróbriga, pues carece de muralla, pero se cree que mida unas diez hectáreas. Lo que implica un todo reto para su exploración”, apunta.

El museo de sitio que marca la entrada a la urbe romana resguarda los hallazgos encontrados en las diversas excavaciones: cerámica, ánforas, porcelanas importadas de Turquía, Italia y España, instrumentos quirúrgicos, peines, lámparas de aceite y copas que tenían una función ritual en las casas, que conservan huesos de pájaros adentro, entre cientos de objetos.

El funcionario reconoce que hace falta que el gobierno portugués dedique un mayor presupuesto a esta zona, porque cada edificio todavía esconde secretos que, al salir a la luz, ratificarán la grandeza de Miróbriga.