Juan José Gurrola; digitalizan 10 años

La fundación creada tras la muerte del artista recauda fondos para trabajar con los documentos que generó en la década de los años 50

Nota y foto “Excélsior”

CIUDAD DE MÉXICO.

Juan José Gurrola (Ciudad de México, 1935-2007) produjo 105 mil 750 documentos: notas de prensa, textos, libretas de apuntes, guiones, bocetos de escenografía, programas de mano, correspondencia. Además 18 mil 413 imágenes fijas, 418 filmaciones y 326 audios. Material que resultó de la experimentación en el teatro, la pintura, el dibujo o el cine. Un acervo que da cuenta de más de 50 años del enfant terrible del arte conceptual en México a partir de los años 60.

 

Una década después de su muerte, la Fundación Gurrola emprende una campaña para financiar la digitalización de una parte de este acervo. Serán los documentos de los primeros diez años de su trabajo en el teatro. En total es el material de 33 montajes producidos entre 1957 y 1967. Sus años de formación en el arte que el actor, dramaturgo y escritor entendió como una acción poliédrica, y vivió en “libertad total”.

Los documentos ya están catalogados, asegura Flor Edwarda Gurrola, hija del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2004. La catalogación y conservación del material se ha hecho de manera paulatina desde hace diez años con el trabajo de voluntarios, pero para la digitalización se necesita un equipo especializado y nuevas herramientas tecnológicas.

Para ello, la Fundación Gurrola inició en la plataforma Kickstarter un fondeo para recaudar poco más de 340 mil pesos.

Lo que queremos es digitalizar en seis meses esta sección del archivo, por eso estamos pidiendo este apoyo para pagar a cinco personas que trabajen en un horario fijo y seguido porque se necesita un orden. Tenemos a tres estudiantes de arte e historia, un archivónomo profesional, una investigadora profesional y la coordinación general la hará Rosa Gurrola, viuda del artista. Finalmente lo que sacaremos será un PDF descargable gratuito donde estarán los detalles de estas 33 obras”, explica en entrevista la también actriz.

La digitalización iniciará con la producción escénica porque fue el primer acercamiento de Gurrola al arte. Mientras estudiaba arquitectura en la UNAM formó un grupo de teatro universitario y en 1958 montó Despertar de primavera en el sótano de la Facultad de Arquitectura; la obra fue considerada como el inicio del arte escénico moderno en el país.

Además participó en el encuentro de Poesía en voz alta donde conoció a Juan José Arreola, Juan Soriano y Octavio Paz. En esta década también dirigió La hermosa gente y El alfarero, entre otras.

Son años de formación: en 1961 recibió la beca de Fundación Rockefeller para estudiar en Estados Unidos dirección y producción teatral.

Nos parece importante esta década del 57 al 67 porque son años base para lo que después hace en todas las artes. También son años en México muy fértiles en todas las disciplinas, es una época fértil para el arte y él supo aprovecharla”, apuntó Gurrola al precisar que los archivos digitalizados estarán disponibles para consulta libre a través de internet.

Incluso una parte del dinero recaudado se destinarán también para actualizar el sitio web de la fundación.

MONTAÑAS DE PAPELES 

El artista, también Premio Xavier Villaurrutia 1958, tenía una habitación en su casa saturada de papeles. Montones de documentos arrumbados que Rosa Gurrola comenzó a organizar desde sus primeros años de matrimonio. Fueron 28 años que se dedicó a preguntarle a su esposo los nombres de quienes aparecían en las fotografías o películas, los autores de los artículos de prensa o los títulos de los proyectos. Mucho material tiene una inscripción con su letra del registro amateur que sirvió para hacer la catalogación formal a partir de 2008, cuando se creó la fundación.

Mi madre es una fuente imprescindible para la digitalización porque ella sabe perfectamente quienes son los personajes que aparecen en cada fotografía o a qué refiere el material, por eso nuestra idea de no vender el archivo a una universidad extranjera, que ya hemos tenido ofertas, sino hacerlo nosotras porque nos parece que estaría mejor trabajado y al final lo queremos conservar en México”, señala al lamentar que las propuestas para trabajar el acervo sean del extranjero y no de instituciones del país que hasta ahora no han mostrado interés.

Si se logra la digitalización del acervo completo, la fundación buscará una colaboración con una universidad o dependencia para resguardar el material físico, y dejar el virtual para la consulta pública. “La fundación es muy humilde, no tenemos las habitaciones necesarias para las fotos, o proyección de videos y cine, y este material no se puede mantener por muchos años así”, acotó.

En diez años, dijo, han buscado apoyo de la Cámara de Diputados y el entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, pero han sido escasas las becas. Tal vez, dice, por la actitud irreverente de quien trabajó también como director y productor en el departamento de radio y televisión de la UNAM. “Para él en su vida fue difícil ser reconocido por las instituciones culturales, pues era un enfant terrible, no tenía pelos en la lengua y mucha gente le tenía mucho miedo, pero ahora los jóvenes, artistas e investigadores, buscan mucho su acervo para trabajar y hay dibujos que se cotizan en tres mil o cuatro mil dólares”.