Una gota de sangre para develar el historial de virus en el cuerpo

(BBC)

 

Investigadores estadounidenses afirman haber desarrollado un examen que permite identificar todas las infecciones a las que ha estado expuesta una persona, causadas por un virus, con tan solo una gota de sangre.

La técnica decodifica el historial de la infección que queda en el sistema inmunitario.

 

Los científicos esperan que este descubrimiento ofrezca información detallada acerca de cómo los virus contribuyen al desarrollo de una amplia gama de enfermedades.

La investigación fue publicada en la revista Science.

Cuando en el cuerpo se desarrolla una infección ocasionada por un virus, el sistema inmunitario genera anticuerpos para combatir al organismo externo.

Cada anticuerpo reconoce un fragmento minúsculo del virus e interactúa con él de manera muy específica, como la llave que le sirve a una cerradura.

La vida de estos organismos es larga, suelen encontrarse en el cuerpo muchos años después de que la infección desapareció. Es por esto que el repertorio de anticuerpos constituye un registro histórico de los virus que han afectado a un individuo.

Técnica revolucionaria

Este catálogo inmunológico se ha utilizado durante años para identificar la exposición a virus pasados, pero los exámenes realizados para detectarlos se han limitado a una de las cepas del mismo, en el mejor de los casos a unas cuantas.

Virus.

La nueva técnica podría servir para determinar el vínculo entre un virus y una enfermedad de causas desconocidas.

"En vez de recopilar la información de un virus por análisis, con esta técnica se obtienen datos de todos los virus", le dijo a la BBC Stephen Elledge, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, quien dirigió el estudio.

"Esto permite -añade el científico- descubrir conexiones entre diferentes grupos y multiplicidad de enfermedades en poblaciones particulares. Es totalmente revolucionario".

Durante muchos años, los investigadores han tratado de determinar la secuencia genética de los virus que afectan a los seres humanos.

El equipo que realizó el estudio utilizó esta información para generar un conjunto de bacteriófagos -virus que se pueden desarrollar en laboratorios- capaces de mostrar en su superficie el minúsculo fragmento del virus que estuvo en el cuerpo de la persona.

Los anticuerpos presentes en una gota de sangre pueden entonces utilizarse como carnada para pescar en esta piscina de bacteriófagos. De este grupo, únicamente los que tienen proteínas reconocidas por los anticuerpos, serán "cazados".

Es así como la secuencia del ADN del bacteriófago expone los virus a los que el individuo ha estado expuesto.

Más edad, más virus

Los investigadores utilizaron el examen para evaluar el suero de más de 500 personas de diferentes edades que viven en lugares distintos.

Células en la sangre.

Los expertos analizaron el suero sanguíneo de 500 personas.

La información obtenida reveló que, a medida que el tiempo transcurre, la gente desarrolla más infecciones virales.

El estudio también indica que quienes estaban residenciados en EE.UU. estaban expuestos a menos infecciones que las personas que viven en Sudáfrica, Tailandia o Perú.

"No sabemos por qué pasa eso. Puede tener relación con las diferentes cepas del virus y nuestra incapacidad de detectarlo. También podría explicarse por la estructura de la población, su sensibilidad a las infecciones o costumbres del país", indica Elledge.

El mayor número de virus detectados en un individuo ascendió a 80, pero el promedio fue de 10.

El profesor explica que esto puede ocurrir porque los fragmentos proteínicos del virus en algunas personas pueden exponer muchos relacionados.

Fortalezas y debilidades

Con respecto a la importancia del descubrimiento, Will Irving, profesor de virología de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, dijo que esta tecnología podía tener una mejor aplicación en muestras de poblaciones grandes, en vez de con pacientes individuales.

"Me inquietaría un poco utilizar este examen para determinar si una persona tiene VIH. Pero es una herramienta maravillosa para encontrar asociaciones entre un virus y enfermedades desconocidas o sobre las que no hay mucha información", dice Irving.

Pipetas en un laboratorio.

Los científicos trabajaron con bacteriófagos, que son virus que se pueden desarrollar en laboratorios.

Un ejemplo es el caso de la cirrosis biliar primaria, ya que los reportes acerca de que puede ser ocasionada por una infección viral han generado controversia.

"Sería útil para ofrecer pistas acerca de los agentes que causan enfermedades cuyos orígenes se desconocen", comenta Irving.

La técnica también arrojaría luces para entender por qué tratamientos novedosos como la inmunoterapia, que se está utilizando en algunos casos para combatir el cáncer, funciona en algunos pacientes y no en otros.

 

"Puede que esas personas respondan a la terapia porque están aprovechando la existencia de respuestas inmunitarias a los virus, así que podemos analizar la interacción de estos pacientes con virus que tuvieron previamente para determinar si la exposición a uno particular incrementa las posibilidades de que el tratamiento sea exitoso", concluye Elledge.