El poder político en Chiapas

Por José Luis Castro Aguilar, Cronista de Tuxtla Gutiérrez.

 

La lucha por detentar el poder político en Chiapas se resolvía a golpes y a balazos.

Después de las elecciones, los políticos emigraban a la capital de la república para evitar represalias.

 

Un importante grupo de políticos tuvo que emigrar a la capital de la república por miedo a las posibles represalias políticas de sus contrincantes o enemigos políticos. La emigración de políticos

El ejercicio del poder político en Chiapas, del poder político, económico, social y cultural, propiamente se inicia, por parte de los chiapanecos, a raíz de la federación de Chiapas a México, hecho consumado el 14 de septiembre de 1824. Antes de esta fecha, el poder lo ejercían las autoridades españolas a través de tenientes de gobernador (1528–1577), alcaldes mayores (1577–1786) o intendentes (1786–1821).

Como todos sabemos, el 28 de agosto de 1821 la ciudad de Santa María Comitán se declaró libre e independiente tanto de España como de la Capitanía General de Guatemala de la que dependió Chiapas de 1531 a 1821. El 3 de septiembre del mismo año, Ciudad Real, capital de Chiapas, proclama la independencia de la provincia tanto de España como de la Capitanía General de Guatemala y solicita su incorporación al naciente imperio mexicano. Mientras se daba la incorporación definitiva de Chiapas a México se integró una Junta Suprema Provisional la que gobernó la provincia hasta su federación a México. Esta fue la única ocasión en que los chiapanecos se gobernaron así mismos; es decir, fue la primera vez en que ejercieron el poder desde 1528 en que fueron conquistados por los españoles.

De 1824 a 1857 se dio una disputa por el ejercicio del poder político y económico en Chiapas entre federalistas y centralistas, entre liberales y conservadores; de 1863 a 1865, entre imperialistas y republicanos; de 1865 a 1892, entre terratenientes de los altos de Chiapas y los de tierra caliente; de 1892 a 1914, entre terratenientes y hacendados del Departamento de Las Casas y los del Departamento de Tuxtla y de Chiapa por la sede de los poderes del Estado; y de 1914 a 1920, entre carrancistas y mapachistas rebeldes, es decir, entre revolucionarios y contrarrevolucionarios que luchaban por detentar el poder para ejercerlo en beneficio de la “familia” chiapaneca. Finalmente triunfa la contrarrevolución en Chiapas y su líder, general Tiburcio Fernández Ruiz, es electo como gobernador del Estado.

 

Las primeras formas de lucha política.

Entre los años de 1925 a 1946 se dan las luchas más encarnizadas por detentar el poder político en Chiapas: con golpes bajos, insultos y balazos resolvieron sus diferencias políticas e ideológicas los diversos grupos de poderes regionales. Se pronunciaron los discursos más incendiarios, fogosos, pero propositivos. En 1925 se dio la lucha electoral más sangrienta entre el general Carlos A. Vidal, candidato del Partido Rojo y don Luis Ramírez Corzo, candidato del Partido Azul que tenía el apoyo amplio y abierto del general Tiburcio Fernández Ruiz, Gobernador Constitucional del Estado; mismo que culminó con la balacera del 12 de octubre, en el que resultaron muertos algunos simpatizantes de ambos partidos, entre ellos don Patrocino Blanco y don Federico Esponda. Las elecciones la ganó el Gral. Vidal, mismo que ordenó la construcción del parque “12 de Octubre” en la capital del Estado, en memoria del fatal acontecimiento electoral.

En 1928 se da una lucha electoral entre los recalcitrantes partidarios del mapachismo-obregonismo y el callismo, encabezado en Chiapas por el Ing. Raymundo E. Enríquez, partidario del constitucionalismo y dirigente campesino, mismo que fue ampliamente apoyado por el general Rafael Cal y Mayor, jefe del movimiento zapatista en Chiapas. Enríquez recibió todo el apoyo del general Plutarco Elías Calles. Finalmente triunfa el candidato de la simpatía del gobierno federal: Ing. Raymundo E. Enríquez (1928-1932). Al año siguiente (1929), 9 de los 16 diputados del H. Congreso del Estado, enemigos políticos de Enríquez, lo acusan de malversación de fondos ante la Secretaría de Gobernación. El gobierno federal calificó de sedición la conducta de los diputados, por lo que, una vez desaforados, fueron consignados a las autoridades del fuero común. El Ing. Enríquez, partidario y fundador en Chiapas (1929) del recién creado Partido Nacional Revolucionario (PNR), pudo terminar su periodo gubernamental sin ningún tropiezo. Con la aparición del PNR terminó la era de la violencia para asaltar al poder por parte de grupos electoreros caciquiles. Pero también, a partir de esta fecha, los poderes legislativo y judicial perdieron su autonomía en beneficio directo del poder ejecutivo; para decirlo más claro: los tres poderes en su conjunto quedaron mediatizados y sujetos a la voluntad del gobierno del centro; es decir, sin autoridad suprema, sin libertad y sin autonomía, tan sólo se le reconoció la soberanía nominal. 

 

El gobernador contra el presidente

Posteriormente, en 1936 se libra la madre de todas las batallas electorales: la que sostuvieron el Dr. Samuel León Brindis y Efraín A. Gutiérrez, que terminaron con varios asesinatos; el primero fue apoyado y financiado por el gobernador coronel Victórico R. Grajales (1932–1936) y el segundo por el presidente general Lázaro Cárdenas. Después de varias escaramuzas verbales y periodísticas, y algunos tiroteos aislados entre los simpatizantes, finalmente el candidato fue impuesto (1936–1940) por el gobierno federal, para ello tuvo que declarar la desaparición de poderes en Chiapas. Fue el 22 de septiembre de 1936 cuando el Senado de la República Mexicana desconoce al gobierno que encabezaba el coronel Victórico R. Grajales por su simpatía al Gral. Plutarco Elías Calles y por pretender imponer como gobernador del Estado al Dr. Samuel León Brindis.

La época del “Vidalismo” (1925–1927), el “Enriquismo” (1928–1932) y el “Grajalismo” (1932–1936), concluyó con la desaparición de poderes en el Estado. Surgieron nuevos políticos que formaron otros equipos. Un importante grupo de políticos tuvo que emigrar a la capital de la república por miedo a las posibles represalias políticas de sus contrincantes o enemigos políticos. La emigración de políticos fue una característica constante de la política chiapaneca, que afortunadamente desde 1936 ya desapareció. En 1938 el antiguo PNR se transforma en el Partido de la Revolución Mexicana (PRM).

En 1940 surge el “Pascacismo”, corriente de influencia del gobernador Dr. Rafael Pascacio Gamboa (1940–1944) que se prolongó hasta 1946, fecha en que fue desconocido el gobierno de don Juan M. Esponda, por los disturbios habidos en Tapachula en que perdieron la vida varios ciudadanos tapachultecos, entre ellos la señorita María Herrán Ramos. En este año, el PRM se transforma en el Partido Revolucionario Institucional (PRI). En 1948, el gobierno del centro realiza un “ensayo democrático” en Chiapas y mediante un plebiscito interno se selecciona al candidato del PRI a la gubernatura del Estado. En este proceso de selección participaron: el Gral. Francisco J. Grajales, Ing. Gil Salgado Palacios, Lic. Julio Serrano Castro y Bernardo Palomeque Cruz. Los resultados, inducidos por los encargados del plebiscito, favorecieron al general Francisco J. Grajales. Las oficinas del PRI fueron apedreadas por los simpatizantes del Lic. Julio Serrano Castro en protesta por los resultados, que en realidad habían favorecido al Ing. Gil Salgado.

Desde la época de la federación de Chiapas a México, la lucha por alcanzar el poder ha sido breve para algunos y prolongada para otros. Samuel León Brindis, Salomón González Blanco, Julio Serrano Castro, Gil Salgado Palacios, Abelardo de la Torre Grajales, Juan Sabines Gutiérrez y Roberto Albores Guillén, fueron de los pocos eternos políticos que lucharon durante años para alcanzar la gubernatura del Estado; sin embargo, Julio Serrano Castro, Gil Salgado y Abelardo de la Torre Grajales nunca pudieron alcanzar su objetivo.

La lucha de los grupos políticos de Chiapas se caracteriza por la ambición del poder, de la ambición por toda forma de poder, particularmente del poder político. Por la ambición desmedida, enfermiza y paranoica de muchos políticos que no escatiman los medios ni las formas para alcanzar el poder y ejercerlo en su beneficio.

El ejercicio del poder político en Chiapas siempre se ha tenido que hacer con la venia del poder federal. Cuando algún titular del poder ejecutivo del Estado se ha salido de la línea presidencial, o ha existido algún inconveniente político o ideológico, inmediatamente han sido removidos de su cargo. Tales fueron los casos de Joaquín Miguel Gutiérrez (1830), José María Sandoval (1840), José Gabriel Esquinca (1864), Reynaldo Gordillo León (1912), Luis P. Vidal (1927), Victórico R. Grajales (1936), Juan M. Esponda (1947), Salomón González Blanco (1979), Elmar Harald Setzer (1994), Eduardo Robledo Rincón (1995) y Julio César Ruiz Ferro (1998). Esto explica, en parte, la gran cadena de gobernadores en Chiapas.

De 1824, fecha de la federación de Chiapas a México, al año 2000, sólo se tienen registrado 35 procesos electorales para la selección de gobernador. Los primeros siete gobernadores constitucionales fueron electos (elección parlamentaria) por mayoría de votos por el Congreso del Estado; los siguientes doce gobernadores fueron electos indirectamente (elección indirecta) por medio de electores secundarios, y los últimos dieciséis fueron electos (elección directa) por el voto popular, directo y secreto.

En resumen, de 1824 al año 2000 se eligieron 35 gobernadores, de los cuales 26 deberían gobernar 4 años cada uno y 9, seis años. Sin embargo, en la práctica fueron electos 35 gobernadores constitucionales, más 100 interinos, 18 provisionales, 7 sustitutos, 6 encargados y uno designado directamente por don Porfirio Díaz en 1864. En total, en 176 años de vida republicana hemos tenido 166 gobernadores. La mayoría de ellos fueron terratenientes o hacendados, que administraron la hacienda pública como la de una gran finca o hacienda ganadera. Sólo unos cuantos fueron sumamente cultos, pero a muchos les interesó más su imagen personal que el bienestar de la sociedad. El domingo 20 de agosto del año 2000, los chiapanecos eligieron al Gobernador Constitucional del Estado número 35, Lic. Pablo Salazar Mendiguchía, mismo que le corresponde el número 167 del total.

Durante el siglo XX hubo 17 gobernadores constitucionales: Tiburcio Fernández Ruiz, Carlos A. Vidal, Raymundo E. Enríquez, Victórico R. Grajales, Efraín A. Gutiérrez, Rafael Pascacio Gamboa, Juan M. Esponda, Francisco J. Grajales, Efraín Aranda Osorio, Samuel León Brindis, José Castillo Tielemans, Manuel Velasco Suárez, Jorge de la Vega Domínguez, Absalón Castellanos Domínguez, José Patrocinio González Garrido, Eduardo Robledo Rincón y Pablo Salazar Mendiguchía.

 

El hecho de que en Chiapas triunfara la contrarrevolución en 1920 y a la tremenda movilidad de gobernadores, casi uno por año, es lo que le ha impedido desarrollarse y el que aún exista pobreza, marginación, analfabetismo, hambre y miseria. Chiapas es, pues, uno de los estados más pobres de la república mexicana, con problemas estructurales y superestructurales, a pesar de sus enormes recursos humanos y naturales, y su ubicación estratégica de frontera sur. Todos estos problemas dieron lugar a la aparición del EZLN en 1994.

Joaquin Miguel Gutierrez

Pablo Salazar Mendiguchía

Carlos A. Vidal

José Diego Lara

Tiburcio Fernandez Ruiz

Florinda Lazos

Raymundo Enriquez

Samuel León Brindis

Casa de Gobierno

Manuel Velazco Suárez

Juan Sabines Gutiérrez

Jorge De la Vega Domínguez

José Patrocinio Gonzáles Garrido