Editorial (09/feb)

100 años de la Fuerza Aérea Mexicana

El pasado 5 de febrero se conmemoró el Centenario del nacimiento de la aviación Militar en México. Fue un día como ese hace cien años en el puerto de Veracruz cuando el Presidente de México don Venustiano Carranza, Jefe del Ejército Constitucionalista, firmó en el cuartel de Faros el acta que se considera como el nacimiento de la Fuerza Aérea Mexicana.

Antes, en 1910, se había realizado el primer vuelo en la República Mexicana.

Lo hizo don Alberto Braniff, de ascendencia irlandesa, un 8 de enero del año 1910, despegando de los llanos de Balbuena en la capital de la República justamente desde la Hacienda de su propiedad, terrenos que ahora pertenecen al actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la ciudad de México. Este vuelo, que es el primero que se hizo en toda Latino América, lo realizó el señor Braniff a bordo de un aparato Voisin biplaza, de origen francés, que su propietario había llevado a México en Barco desde el país galo, donde aprendió a volar.

Este primer vuelo se realizó durante 19 segundos a una altura de 25 metros sobre los 2,240 metros que ya tiene la ciudad de México. El avión fue arreglado y puesto en óptimas condiciones para volar por el piloto Juan Guillermo Villasana López.

Antes de la firma de don Venustiano Carranza en Veracruz, que formalizaba el nacimiento de la Fuerza Aérea Mexicana, a principios de 1912 se llevaron a cabo los primeros vuelos de los aeroplanos comprados por el Presidente Francisco I. Madero, el primer presidente de México en viajar en un aparato aéreo. Se trataba de aparatos adquiridos a la compañía Bleirot, los que habrían de ser pilotados por jóvenes enviados a Estados Unidos por el Presidente Madero a estudiar aviación. Los aviones llegaron a Ciudad Juárez e inmediatamente fueron dispuestos para las fuerzas del General Victoriano Huerta los que, después de 4 días de pruebas, se enviaron para combatir al Rebelde Pascual Orozco. Un año después, quien lo hubiera pronosticado, ya convertido en el Chacal, Huerta habría de asesinar al Presidente Francisco I. Madero y al Vicepresidente José María Pino Suárez, desatando a los demonios que habrían de producir un millón de muertos en la primera revolución del siglo XX en el Planeta, aún antes que la Revolución Bolchevique encabezada por Vladimir Ilich Ulianov, Lenin.

Nuestras fuerzas armadas producen desde hace tiempo, en fábricas de la SEDENA, el armamento y el parque que utilizan. La actual Fuerza Aérea Mexicana no fue la excepción. 

Durante la Revolución Mexicana se utilizaron los primeros aviones fabricados por nosotros. Es el TNCA-TH, que quiere decir Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas. Tiene un motor Astac de 80 caballos de potencia y hélice Anáhuac, de madera. Fueron totalmente fabricados en México. Eran de madera y manta. El mismo piloto fungía como artillero, que debía arrojar granadas desde su asiento y por propia mano, haciendo toda la maniobra correspondiente, como quitarle el spoiler al obús para después lanzarla. 

Francisco Villa utilizó aviones para apoyar a la División del Norte. El General Roberto Fierro fue un gran impulsor de la aviación en México. La Escuela de Aviación de Zapopan fue el semillero en donde se formó el escuadrón 201, que participara en la Segunda Guerra Mundial. A su término, fueron los pilotos militares los que apoyaron fuertemente al desarrollo de la aviación comercial en nuestro país.

El 10 de febrero de 1944, la Fuerza Aérea Mexicana fue reconocida en la Constitución.

La Fuerza Aérea Mexicana es un arma nacional que nos llena de orgullo a todos los mexicanos. Bienvenida la celebración de su primer centenario y los próximos centenarios que habrán de venir. 

Desde esta página editorial enviamos un saludo a la Región Militar Aérea en Tuxtla Gutiérrez, a todos sus oficiales, a sus soldados y a su personal de tierra. Muchas felicidades.

Carreras Universitarias

La Reforma Educativa habrá de dar sustento a la especialización de las carreras existentes en la Educación Superior y a la innovación para la creación de nuevas, en función de la demanda de personal profesional y calificado que las reformas estructurales habrán de requerir para su desarrollo. La carrera de Pedagogía de la UNACH, por ejemplo, por voz de sus especialistas, ha encontrado un nicho aceptable en los diferentes niveles de la educación para incorporarse como maestros calificados para la enseñanza media. Un licenciado en Pedagogía se vuelve un excelente candidato de calidad para impartir clases de muy buen nivel en las secundarias y preparatorias del estado, en donde además se estaría revalorando la calidad educativa necesaria para que los estudiantes de enseñanza media puedan optar por su inclusión en las carreras de Educación Superior después, por supuesto, de pasar el examen de admisión respectivo. Pero los profesionales de otras carreras técnicas, científicas y humanísticas, también se vuelven cuadros profesionales de atracción para optimizar la formación de la Enseñanza Media. Además, los Consejos Técnicos y las Juntas Académicas de las facultades universitarias habrán de tener mucha actividad en los próximos meses y años en el diseño de nuevas carreras, diferentes y atractivas, que el crecimiento nacional habrá de exigir con la implementación de las Reformas Estructurales. Con ellas, surgirán nuevas necesidades profesionales que las universidades habrán de hacer frente para generar un nuevo profesional que la modernidad requiere. En este terreno hay un gran trabajo que realizar en las Instituciones de Educación Superior en Chiapas.

Comunicación al servicio del pueblo

El nuevo México que necesitan las nuevas generaciones, deberán de encontrar en los medios de comunicación electrónicos e impresos, un aliado fundamental en su formación extra curricular, necesaria para ver con optimismo a todo lo que nos rodea. El ejemplo del Sistema Chiapaneco de Radio y Televisión está muy a la mano. Fue diseñado para llevar a diferentes rincones del estado, en las horas que los diferentes sectores de la población escuchan o ven los medios, asuntos que tienen que ver con su formación diaria, desde el aprendizaje para enfrentar al mundo diariamente, hasta la distracción sana para el solaz y el esparcimiento. Hacer esto, es contribuir a la búsqueda de una sociedad mejor para Chiapas, como el Sistema lo hace. Hacer lo contrario es conducir al público cautivo a una desinformación enferma, perdiendo la invaluable posibilidad y oportunidad de servirle a la sociedad en su formación a todos los niveles. Comunicarse con el pueblo, es servirle. Lo contrario es engañarlo.