Chapo Guzmán-Orden presidencial

Por: Mtro. Julio César Cué Busto

 

Qué gran diferencia entre el actual presidente de la república, Lic. Enrique Peña Nieto, y el sexenio anterior; hoy el titular del ejecutivo da como tarea prioritaria la recaptura del afamado narcotraficante Chapo Guzmán, lo cual es lo correcto, y lo principal, gira la instrucción directa a la Procuradora General de la República, Lic. Arely Gómez González, en el sentido de que “REALMENTE HAGA UNA INVESTIGACIÓN A FONDO”, lo cual significa que no invente culpables, y la titular la está cumpliendo ya que no puede haber dos verdades históricas del mismo hecho, y menos versiones oficiales diversas.

La liberación del resto del personal del Centro Federal de Readaptación Social número 1 que se encontraba en calidad de presentados, es un acierto a favor de la justicia, los mismos fueron dejados en libertad bajo reservas de ley; esto es, si posteriormente encuentran pruebas que los incriminen solicitarán las órdenes de aprehensión correspondientes.

 

No se debe meter a la cárcel a personas sin pruebas. Lo que se hizo “tradicionalmente” en un establecimiento carcelario donde se presentó alguna fuga, fue ordenar que se consignaran a todos los involucrados, empezando por el director general, sin importar que fueran inocentes o culpables; era el sacrificio humano en todo su apogeo.

Felicidades al Señor Presidente. Ha dejado un precedente extraordinario en la justicia mexicana. En el sexenio anterior, por ocultar una fuga a nivel federal sacrificaban a quien fuera, para poder presumir que en el Sistema Penitenciario Federal no tenían ninguna fuga, y acallaban conciencias con complicidades jurisdiccionales, cuando entre otras, en Islas Marías, las fugas disfrazadas de “remontados” aumentaban considerablemente.

Dejemos a un lado el “sospechosismo” y enfrentemos la realidad. Lo que se maneja como datos supuestamente fidedignos en los medios informativos relacionados a la fuga de Joaquín Guzmán Loera, la mayoría son falsos, las autoridades carcelarias federales deben mirar para adelante y prever futuras fugas, ya que tienen todavía en sus instalaciones muchos personajes que cuentan con apoyos externos de sus organizaciones criminales.

Las instalaciones de máxima seguridad de México ya están, por lo menos, digamos antiguas y desgastadas, el hecho innegable es que el Chapo escapó. Iniciar campañas estériles queriendo que quemen en la hoguera a tal o cual funcionario no va a representar nada, exigir que metan a la cárcel a otros empleados del centro penitenciario donde se dio la fuga o de los mandos centrales, es querer curarse en salud e intentar darle espectáculo a la sociedad mexicana.

¿Qué va a pasar a futuro? Lo que estamos viendo en estos momentos es inaceptable: que tras de casi siete años liberan a la ex policía federal Lorena González Hernández, relacionada con el secuestro y asesinato del hijo del

empresario Alejandro Martí, por pruebas insuficientes.  Nuestra justicia es desastrosa, pues en otro juzgado estaban juzgando a otra persona confesa desde 2010 por los mismos hechos por los que tenían procesada a González Hernández.

Eso es lo que hay que evitar, que por presiones irracionales se cometan injusticias y se castigue o sancione a inocentes, la justicia es darle a cada quien lo que le corresponde. La Procuradora ya dio muestras de entereza y respeto de la legalidad, lo que sea que encuentre en la investigación ministerial debe servir para la recomposición del Sistema Penitenciario Federal. 

Es una realidad inocultable la corrupción total en la que se encuentran muchas de las instalaciones carcelarias en México, desde municipales, estatales, Distrito Federal y en menor significación en las instalaciones federales, y eso es lo normal, la lucha contra la corrupción es permanente, la tentación es humana y como tal no desaparece.

La fórmula es clara, busquemos soluciones, no culpables; las políticas, estrategias y protocolos, pero sobre todo, los mecanismos de inteligencia fallaron, por eso insisto, levantar las miras, todavía quedan muchos problemas en las cárceles mexicanas, atendámoslos.

Lamentablemente, todo lo proyectado en las iniciativas que están en discusión en las cámaras hay que replantearlas, ya que todo cambió. No es que se tengan que desechar, pero sí se deben ajustar para poder enfrentar con capacidades diversas a las actuales, a una criminalidad diferente, pero no más preparada que las instituciones. No podemos reconocer que nos enfrentamos a mentes criminales superiores a las institucionales, eso no es cierto.

 

Las capacidades institucionales en cuanto a personal humano de las áreas de seguridad rebasan en muchos a las estructuras criminales, el problema es de presupuesto, no podemos estar atenidos al apoyo de otro país por no tener en México la suficiente tecnología de punta para dos cosas: una que fugas como la del Chapo se repita, y lograr la ubicación y recaptura de un personaje de los alcances económicos como el líder del Cartel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera.