HOSPITAL DEL ALMA 03/05/18

 

Por El Duque de Santo Ton

 

 

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Querido Duque:

 

Me gustaría que me dijeras qué posturas sexuales se pueden hacer si ambos en la pareja son obesos. ¿Qué puedo hacer si me duele cuando me penetra? A mi novio muchas veces le duele la espalda y la ingle, además de que se le baja la erección al ponerse preservativo y si dejo de tocarlo ¿Qué podemos hacer?

 

 

Irma

 

Tuxtla Gutiérrez 

 

Querida Irma:

 

Lo primero que tienen que intentar es bajar de peso, porque con esos inconvenientes el gordo se te puede morir de un infarto al tratar de penetrarte. Sin embargo, bajar de peso es muy difícil o imposible para muchas personas, por lo que les sugiero evitar posturas que los pongan frente a frente, pues las panzas de ambos siempre serán un obstáculo para conseguir el contacto venéreo. Les sugiero que intenten posiciones en las que tú le des la espalda o te sientes sobre su miembro. Otras opciones son, por ejemplo, que tú te recuestes con la cabeza hacia la cabecera de la cama, pero él con la cabeza hacia los pies de ésta haciendo que los genitales se junten al centro de la cama, ya sea de lado, de frente o bien, por detrás. No creas que yo he tenido la experiencia, todo me lo contó el primo de un amigo. 

 

Duque de Santo Ton:

 

Padezco problemas de erección desde hace más de un año, y eso me hace sentir muy mal. Siempre había tenido un gran apetito sexual y una muy buena relación con mi pareja. Ahora, esta situación me preocupa y sobre todo me deprime mucho. He comenzado a tomar un producto a base de plantas (un tipo de complemento alimenticio) y quiero ver si me puedes recomendar algún remedio más eficaz. Guillermo

 

San Cristóbal 

 

Querido Guillermo:

 

En problemas como el tuyo la herbolaria no da resultados a corto plazo, lo que tú necesitas es un medicamento alopático que incide directamente en la libido y la presión sanguínea, por lo que si los ingieres debe ser bajo la estricta supervisión de un médico.

 

Querido Duque:

 

 

Me siento mal porque mi pareja y yo tenemos mucha diferencia de edad y cuando salimos juntos la gente comienza a murmurar, supongo que por esta diferencia, ya que aunque él no aparenta la edad que tiene, sí se ve mayor que yo. Quiero dejar a un lado los prejuicios y tratar de ser feliz, sin importar lo que diga la gente, pero no sé qué hacer, lo quiero mucho y de él no tengo ninguna queja. Es súper lindo, me trata muy bien, trata de complacerme en todo, y sexualmente me deja lacia, lacia, porque he comprobado que es muy bueno y sobre todo sé que me ama, a diario me lo demuestra.

 

Karla

 

Coita 

 

Querida Karla:

 

Mientras el viejo, que diga, tu novio, te tenga bien alimentada y satisfecha, deja que la gente murmure. Piensa que con chismes o sin ellos, te la pasas bien y en una de ésas el don te nombra su heredera universal. 

 

Querido Duque:

 

Tengo 42 años, no soy casado, pero sí he tenido varias novias y he tenido relaciones sexuales con todas, pero un día me puse a ver videos de travestis y me empezó a gustar cómo lo hacían, hasta el punto de que contraté uno y me penetró. El problema es que me gustó y me gustaría hacerlo otra vez, pero  sí me siguen gustando las mujeres, aunque  los travestis me excitan, cuando los veo pienso en sus senos, sus nalgas y sus penes. Eso me excita mucho, lo curioso es que no me llaman la atención los hombres. ¿Me podrías sacar de mi duda?

 

Genaro

 

Tuxtla Gutiérrez 

 

Querido Genaro:

 

Aunque no especificas cuál es tu duda, me imagino que te refieres a si eres homosexual, bisexual o si tienes otra etiqueta. Las preferencias y costumbres sexuales se han vuelto tan sofisticadas, que los especialistas están vueltos locos creando nuevas categorías según los gustos de los seres humanos. Yo lo único que puedo decirte es que si te gustan los penes y que los hombres te penetren (aunque sea disfrazados de mujer), independientemente de lo que seas, de entrada ya eres puto. 

 

Querido Duque:

 

Pertenezco a una familia increíblemente conservadora y estricta. Creo que a raíz de eso soy muy tímida, se me dificulta hacer amigos, mirar a los ojos a la gente, contestar el teléfono me da pánico, salir de mi casa se me hace cada vez más difícil porque siempre siento que haré algo estúpido o inaceptable. Esto me está causando problemas en la escuela puesto que no soy capaz de pedir ayuda a la cara o por teléfono, o simplemente hablar, de hecho. Siempre siento que debo colgarme de alguien para sentirme segura; la única cosa con la que parece no haber reglas es con el uso de la computadora y teléfono los cuales uso para escapar de mi realidad y aparentemente no es algo bueno puesto que hablo sola en exceso y tengo más de un amigo imaginario.

 

Regina

 

Tuxtla Gutiérrez 

 

Querida Regina:

 

No eches la culpa de tus locuras a esos amigos imaginarios ni a tu familia. Padeces un severo problema mental que debe ser atendido de inmediato. 

 

Duque:

 

A mí siempre me ha gustado usar jeans ajustados, me encanta sentir la mezclilla presionando mi cuerpo, los muslos y las nalgas, principalmente. El caso es que en “La Parisina” descubrí un tipo de mezclilla muy suave y firme, y una señora me confeccionó varios pantalones con doble costura reforzada atrás. Nunca había usado modelos así y sentí como la costura se me incrustaba entre las nalgas, haciendo que mis glúteos se levantaran y respingaran. Me encantó salir con ellos a la calle y de más está decir que llamaron mucho la atención. La reacción de los transeúntes era descaradamente obscena, tanto de hombres como de mujeres. El hecho es que llegué a casa de una amigo que es muy deportista (levanta pesas) y se impresionó con mis pantalones nuevos. Me observó con mucha atención por todas partes y luego me pidió permiso para deslizar sus dedos sobre mi apretado pantalón. Esto me produjo una sensación muy extraña y placentera. Repentinamente, se instaló frente a mí, haciendo como que me iba a abrazar, bajó sus manos, me atrapó de las nalgas y me levantó del suelo (ya dije que es levantador de pesas), mientras hacía comentarios sobre lo ajustado y suave que eran mi jeans. Lo malo fue que al levantarme, obviamente sus manos separaban mis nalgas y la costura del medio quedaba expuesta. De repente escuchamos un ruido muy fuerte, como un chirrido, y ambos nos dimos cuenta que eran mis pantalones que se habían roto y la verdad yo no llevaba calzoncillos. Lo curioso es ambos quedamos medio excitados ¿Por qué sería?

 

Alan

 

Tuxtla Gutiérrez 

 

Querido Alan:

 

Tú amigo y tú quedaron excitados porque a los dos les gusta el arroz con popote y coquetean con el sadomasoquismo. A él le gusta dominar y a ti ser dominado.