HOSPITAL DEL ALMA  05/06/15

Por el Duque de Santo Ton

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Querido Duque de Santo Ton:

La otra tarde fui a visitar a mi mamá en la colonia Vistahermosa, cuando desde mi camioneta pude ver a un hombre indígena que le estaba pegando salvajemente a una mujer mucho más joven, también indígena. La pobre muchacha, bañada en sangre, trataba de esquivar los puñetazos pero el hombre estaba ensañado con ella y la jalaba también del cabello. Me detuve en seco y desde mi asiento de mi camioneta le pregunté al tipo que qué sucedía, que por qué trataba así a la joven. Muy grosero, el indio me contestó que no me metiera, que la niña era su mujer y que mejor me fuera a chingar a mi madre. Le dije que iba a ir a traer a la policía y a mi marido para que lo metieran a la cárcel y a la muchacha le pregunté que cuál era la casa en la que trabajaba para avisarle a su patrona pero ella no me contestó. Busqué por toda la colonia a un policía pero no lo encontré y le hablé por celular a mi marido para que fuera ayudarme pero él me dijo que dejara de buscarme problemas. Entonces marqué al número que se supone tiene el gobierno municipal para emergencias pero nadie pudo venir en mi auxilio. Decepcionada me fui a ver a mi mamá y me tomé un whisky con ella para calmar los nervios.

 

Mariana

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Mariana:

A veces eso es lo único que nos queda hacer: beber un whisky.

 

Duque:

Mi marido estuvo insiste e insiste en que me tiñera yo el cabello de rubio cenizo y yo no quería porque soy de piel morena, pero para darle gusto accedí y me lo tuvieron que decolorar. Ya entrado en gastos, se sinceró y me pidió que me tiñera el vello púbico del mismo color del cabello de la cabeza y entonces yo me negué Duque, porque eso ya es enfermedad ¿verdad?

Karina

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Karina:

Además de enfermedad te va a arder muchísimo si te decides a cambiar el tono de tus partes íntimas.

 

Duque de Santo Ton:

Mi hija es una niña hermosa, la más bonita de su salón, una verdadera chulada. Sin embargo, la muy imbécil insiste en llevarse con lo peorcito de su escuela, cuya colegiatura me cuesta más de lo que seguramente tú ganas en dos meses con tu hospital del Alma y yo soy muchacha de servicio en una casa ¿Cómo le hago para hacerla entender qué es lo que le conviene?

Eva

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Eva:

¿Cómo quieres que tu hija se comporte como una señorita si tú eres una auténtica criada?

 

Querido Duque de Santo Ton:

Soy un hombre de posición económica desahogada y respetable condición social. Juego golf todos los fines de semana y mi esposa es una de las damas más caritativas de todo Tuxtla Gutiérrez. Los dos vamos a misa los domingos con nuestros hijos, pero como vulgarmente se dice, hay un “pero” en mi vida. Ese “pero” es una de mis secretarias, una jovencita muy morena, casi negra, que no sabe usar la computadora ni tiene idea de la ortografía ni, mucho menos, de la cortesía, pero que es un fogón en la cama. Tengo relaciones sexuales con ella desde que entró a trabajar conmigo hace más de dos años, cuando todavía no cumplía los dieciocho y era virgen. Además de su cuerpo, lo que más me gusta de ella es que no me pide nada, no me exige y se conforma con lo que yo quiera darle. Cuando la cito en algún lugar llega y se va en combi, ni siquiera me pide para su taxi. Además es muy complaciente, le entra a todo, y yo la he enseñado a disfrutar de los placeres de la carne en lo que eso significa, por todas las vías, idóneas o no. Le tengo prohibido que tenga novio o que salga con otro hombre que no sea yo, y estoy seguro de que me cumple, me tiene ley. Claro que ni de loco la cambiaría por mi esposa, que es una mujer con clase, pero ya le agarré gusto a mi vicio moreno.

José Antonio

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido José Antonio:

¿Cómo no le vas a agarrar vicio a lo que haces? Tratas de conjurar el paso del tiempo chupándole la juventud a esa niña que no por niña tiene que ser santa, pero para mí que las relaciones subterráneas no pueden prolongarse mucho tiempo porque, tarde o temprano salen a la luz causando  el caos. Creo que deberías otorgar una gratificación generosa a esa chica por haberte dedicado tan deliciosos momentos en la cama y decirle adiós antes que se haga ilusiones falaces o intervenga su familia ¿total? ese tipo de secretarias son muy reemplazables, y tal vez hasta salgas ganando con el cambio, como si cambiaras de modelo de carro, lo nuevo siempre tiene su encanto. No dejes de jugar golf ni de ir a misa ni de broma, eso si te caería mal.

 

Querido Duque:

Sin darme cuenta me hice novia de uno de los herederos más ricos de Chiapas, y lo que yo pensaba que sólo era un juego culminó con que él ya me pidió en matrimonio. Su familia no está muy contenta porque aunque soy de buen apellido, no tengo dinero que me respalde: mi papá es un jubilado del gobierno, que recibe una miseria quincenal y mi madre es ama de casa, pero no tienen fortuna, aunque conocen a mucha gente conocida. Yo acepté la propuesta de matrimonio porque creo que es la única oportunidad que me va a ofrecer la vida para huir de la miseria, pero jamás he tenido relaciones sexuales con mi novio, al que siempre le he dicho que soy virgen, aunque, la verdad, dejé de serlo desde que estudiaba la secundaria. Ya estoy en las despedidas de soltera y no le he confesado nada a mi novio, pero yo creo que si vamos a empezar una nueva vida en común debemos hacerlo sin mentiras ¿no crees?

Güera

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Güera:

Ni se te vaya a ocurrir abrir la boca antes de tiempo, porque se te cae el negocio. Tú cásate y si quieres confesar algo, hazlo hasta que tengas un anillo de brillantes en el dedo y una residencia con alberca a tu nombre. Trata de que la fiesta y toda la parafernalia de la boda sean muy llamativas para que cuando tu esposo, ya siéndolo, se entere de la verdad, se vea forzado a perdonarte y no darle importancia al asunto, para no quedar en ridículo ante los ojos de los demás. Así que ya sabes: de la cintura para abajo nada, hasta que los hayan casado un juez y un padre.

 

Duque de Santo Ton:

Mi muchacha es muy mona pero le encanta el “robo hormiga”. Se lleva un poco de todo, desde comida hasta platos de la vajilla que era de mi abuelita. No sé qué hacer porque por más que busco no encuentro ninguna recomendada.

Celia

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Celia:

Si encontrar sirvienta en estos tiempos es un milagro, encontrarla honrada y recomendada es un sueño imposible. Mejor pon el clásico letrero de “Solicito sirvienta” en la puerta de tu casa y ruégale a Dios que te mande algo bueno, que te haga el milagro.

 

Duque:

Desde que me casé, a fines de los años cincuenta, me he dedicado a coleccionar alhajas finas. A estas alturas de mi vida tengo un buen capital invertido en oro, platino y piedras preciosas. Todo está, claro, a resguardo en la caja de seguridad de un banco. No tuve hijas y mis sobrinas son tan corrientes, que seguramente no apreciarán el justo valor de mi colección. Mi esposo dice que, poco a poco, vaya yo sacando mis joyas y las deposite en un banco de Estados Unidos o de Suiza, pues en Latinoamérica uno nunca sabe cuando se “nacionalizarán” las cosas y a mí me daría mucho coraje que me quitaran algo a lo que le he dedicado toda mi vida.

Eugenia

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Eugenia:

Perdóname la confianza, pero estoy asombrado ante tu egoísmo. Aunque tus sobrinas sean una bola de gatas no dejan de llevar tu sangre, aunque, claro, no por eso les vas a regalar tus joyas. Sacar dinero, piedras y metales preciosos del país por miedo a una devaluación, es una medida precautoria propia de quienes no sienten amor por su patria.

 

Señor Duque:

Aunque soy sirvienta, estoy muy convencida de mi fe adventista y por eso no trabajo los sábados, que son días que dedico a glorificar al Señor. Mi patrona lo entiende y me lo permite, pero quiere que a cambio de eso trabaje los domingos y días festivos como el día de la Virgen de Guadalupe, lo cual me parce un abuso para mí como empleada doméstica.

Sandra

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Sandra:

Por lo general en los trabajos se descansa el domingo, pues ese día los católicos, que en México son mayoría, están obligados a ir a misa; pero si tú ya santificaste el sábado, no veo el inconveniente para que trabajes el domingo. Ahora bien, yo tengo entendido que en las religiones protestantes o evangélicas está prohibido adorar a la Virgen de Guadalupe, por lo que tomarte su día no sólo me parece injusto sino una marranada de tu parte.

 

Duque:

Aunque soy un hombre realmente feo, sin clase y sin educación, mi familia siempre ha tenido mucho dinero, por lo que al momento de casarme no tuve problemas para desposar a una de las niñas más bonitas de Tuxtla, muy decente, con un gran apellido y muchas amistades, pero sin dinero. Creí que esa desventaja me ayudaría a controlarla, pero el tiro me salió al revés. Desde un principio hizo que comprara una gran casa y la pusiera a su nombre, tuvo un hijo tras otro hasta completar cuatro, y acostumbró a la familia a un tren de vida altísimo. El inocente fui yo, Duque. Cuando menos me lo esperaba, ella tramitó un divorcio necesario porque yo ya tenía otra mujer con hijos. Me acusó de bigamia y me sacó una millonaria pensión para mantener el nivel de vida al que estaba acostumbrada. Ahora vive como princesa, sin la obligación de tener sexo conmigo y yo veo a mis hijos muy de vez en cuando, porque con eso de la bigamia tengo las visitas muy restringidas. Debo reconocer que mi ex esposa fue muy inteligente porque ahora el que vive en una colonia popular con una mujer barata y con hijos feos soy yo, mientras que ella habita en un barrio residencial y poco a poco va forjando su propia fortuna, cuando fui yo el que la sacó de la miseria. No es justo.

Martín

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Martín:

En tu caso es muy difícil hablar de justicia o injusticia, porque, para empezar, fuiste tú el que planeó aprovecharte de la falta de dinero de tu ex mujer, para tenerla en tu cama y para que tus hijos llevaran su apellido. La vida es extraña, pero a la larga o a la corta, coloca a los desubicados en su lugar.

 

Duque:

Tengo que decirte que  cada vez que un hombre guapo se me queda viendo yo me pongo muy caliente y me gusta que todo termine en cama, pero tengo que contenerme pues mi comportamiento casi siempre es notorio y mi esposo a veces hasta me pega. No sé qué he hacer, te juro que he estado a punto de meterle mano a los amigos quinceañeros de mis hijos cuando vienen a la casa ¿cómo puedo hacer para no ser tan caliente si me gusta mucho ser así?

Teresa

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Teresa:

Si te gusta mucho ser así ¿para qué cambiar? Mejor ten mucho cuidado.

 

Duque de Santo Ton:

Mi novio es un sangrón, no le caen bien mis amigos ni le gusta que salgamos con los suyos, sólo quiere estar en mi casa viendo películas o partidos de futbol. Yo lo quiero mucho y estoy encantada con él, pero me aburre, tengo una edad en la que a las muchachas nos gusta que nos saquen a lucir, a conocer lugares y gente, pero por más que hago, el hombre nada más no se levanta del sillón. Quisiera que me aconsejaras qué hacer.

Bertha

San Cristóbal

 

Querida Bertha:

Lo que tú necesitas es conseguirte otro novio. Ese tipo te está utilizando como refugio para no enfrentar al mundo. No dejes que te hunda en su fobia social, el mundo está lleno de hombres y de seguro podrás encontrar uno más adecuado para ti.

 

Querido Duque:

Tengo 13 años de edad y estoy en tercero de secundaria. En mi escuela hay un niño flaco y muy moreno, creo que es de la Costa. Es muy delgado, tiene la piel oscura y los dientes muy blancos, así como crespo el cabello. A mí no me gusta porque además es muy chocante, pero un día en clase de deportes, estaba yo descuidada y de pronto él me metió las manos por debajo de la blusa y me empezó a acariciar los senos. Al principio quise gritar pero luego lo empecé a disfrutar y lo dejé juguetear con mis pezones. Me besó en la boca, y cuando terminó me dijo que ya sabía que a mí también me gustaba la reata. En lugar de enojarme, aquel incidente me excitó muchísimo, pero él ya no ha vuelto a tocarme, ni siquiera me voltea a ver, pero yo quiero que se repita la experiencia y estoy a punto de pedirle sin compromiso que tengamos un rato de placer ¿me estaré volviendo loca?

Meche

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Meche:

 

Estás descubriendo los placeres de la carne. Lo que hizo ese negro contigo lo pueden hacer otros muchachos más decentes, respetuosos y cariñosos, aunque se nota que te gustó el maltrato y eso me preocupa.