EN LA MIRA

El madruguete de Aguilar Bodegas al PRD en Chiapas

 

 

Por Héctor Estrada

 

Tremendo conflicto se ha desatado entre el ex priista José Antonio Aguilar Bodegas y la dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y los intereses representados por esa fuerza política rumbo a la elección del candidato que representará a la incierta coalición “Por Chiapas al Frente” donde las divisiones, la abrumadora intromisión de externos y la falta de acuerdos en las cúpulas nacionales han generado un complicado escenario local.

Y es que este viernes, contra todas las apuestas y estrategias de amedrentamiento, Aguilar Bodegas no sólo realizó su registro como precandidato al gobierno del estado por el PRD, sino también anunció su afiliación a ese partido, aún sin la venia del propio presidente estatal, César Espinosa Morales. Una acción que generó la inmediata reacción del líder perredista de Chiapas.

Espinosa Morales salió de manera inmediata ante los medios de comunicación, no únicamente para oponerse el registro de Bodegas, sino también para declararlo como “persona no grata” dentro del partido político que dirige. La situación resultó una verdadero “juegos de locos” que pareció incomprensible para el grueso de la población. Por que ¿cómo fue posible el registro de Aguilar Bodegas por un partido cuya dirigencia estatal se encuentra totalmente en su contra?

La respuesta es realmente sencilla. La negociación y operación se realizó de manera directa con la dirigente nacional del PRD, Alejandra Barrales, y los intermediarios locales que acercaron a Aguilar Bodegas a la lideresa. El influyente grupo que se opone desde hace años al proyecto de Manuel Velasco y su “sucesión heredada” aplicó tremendo madruguete a quienes ya operaban desde el interior del PRD estatal el paso libre para Eduardo Ramírez Aguilar.

Eso podría explicar de cierta forma la repentina y nueva investigación iniciada en contra de Bodegas desde la propia Fiscalía General del Estado de Chiapas. La estrategia de amedrentamiento aplicada desde el gobierno del que José Antonio Aguilar formó parte hace apenas unos meses no es fortuita. Las amenazas de ese tipo no son gratuitas, pues e trata de mecanismos habituales cuando alguno de los subalternos se niega a obedecer instrucciones “superiores”.

¿Entonces podría estarse confirmando un rompimiento definitivo entre Bodegas y Manuel Velasco, después de recientes años de servilismo y complicidad? Las circunstancias apuntan a una afirmativa. La postura de César Morales sobre el procedimiento realizado por el ex secretario del Campo expresa un evidente descontento por parte de los intereses que representa. Aguilar Bodegas está finalmente oponiéndose al proyecto alternativo de Eduardo Ramírez Aguilar y, por lo tanto, también al de Velasco Coello. 

Los intereses de algunos que ya no tienen cabida dentro de los partidos políticos en los que aún militan tienen breve fecha de caducidad que inminentemente causará rupturas. A la espera está la decisión final del presidente estatal del Partido Verde Ecologista de México en Chiapas a quien ya no le queda mucho tiempo para definir su rumbo o perderse entre el “revoltijo preelectoral” que se complica con el paso de los días… así las cosas.