HOSPITAL DEL ALMA

Por El Duque de Santo Ton

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Duque de Santo Ton:

Esto nos pasó el sábado 23 de septiembre, en el puerto de Veracruz. Estábamos de vacaciones y como estaba haciendo mucho calor, mi señora y yo decidimos salir a tomar unas cervezas al Centro Histórico, antes de cenar. Todo estaba muy bien, hasta que decidimos cambiar de lugar y entramos a un bar a seguir tomando unos tragos. Al entrar, notamos que el lugar estaba muy solo, por lo cual estábamos a punto de retirarnos, cuando empezaron a llegar más hombres y algunas parejas. Nos quedamos más tiempo y mi esposa empezó a mostrar más de la cuenta, ya que llevaba una falda blanca y una tanga color amarillo neón y eso le resaltaba con la luz negra de la decoración. Para esto, había dos meseros que estaban atendiendo el área en la que estábamos nosotros y uno de ellos no perdía detalle de verle la entrepierna a mi esposa, a lo cual le comente este detalle a ella. En ese momento pedimos otros dos tragos y mi esposa le agarró la mano al mesero y la sostuvo entre las suyas. Ella le preguntó a él que si le gustaba lo que veía, a lo cual él respondió que sí, dándole un beso en la boca, y le dijo que la esperaba en el área de los baños. Cuando se fue el mesero ella me preguntó que qué hacía y yo le dije que si quería ir a coger con él que lo hiciera,  y le di un condón. Sin esperar un momento más, mi señora se fue, tardó algo así como tres cuartos de hora. Cuando vi que venía de regreso con una gran sonrisa de satisfacción. Le pregunté que qué había pasado y ella solo me dijo: vámonos, estuvo muy buena esa cogida con el mesero. Jamás se me ocurrió reclamarle por su infidelidad, al contrario, creo que ese tipo de escapes oxigenan nuestro matrimonio ¿o tú qué opinas?

Serafín

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Serafín:

Tu mujer no te fue infiel. Tú estuviste de acuerdo en que tuviera sexo con un desconocido y hasta le proporcionaste el condón. Por lo demás, eso que dices de la oxigenación se me hace una verdadera porquería. La gente decente se comporta como gente decente o, de plano, no lo es.

 

Querido Duque de Santo Ton:

Uno de mis compañeros de clase en la universidad me parecía muy guapo pero también muy tímido, muy apocado para tratar a las mujeres. Encaprichada, me dispuse conquistarlo, hasta que lo conseguí y logré tener sexo con él. Yo soy muy impulsiva y me ilusiono muy rápidamente, por eso a las pocas semanas me puse demasiado intensa con respecto a mis sentimientos. Él, al principio, intentó corresponderlos, pero después se echó para atrás y terminó conmigo, creo que se sintió presionado u obligado a tener una relación muy formal demasiado pronto. Sin embargo, la otra noche platicamos, y llegamos a la conclusión de que nos seguimos gustando terriblemente y de que quisiéramos seguir viéndonos, compartir, tener relaciones, pero sin hablar de amor, es decir, no seremos novios, y me dijo que no quiere darme falsas esperanzas.  ¿Crees que podría aprovechar que le gusto mucho e intentar conquistarlo con sexo y una buena amistad?

Ara

Chiapa de Corzo

 

Querida Ara:

No seas arrastrada, mejor búscate otro que te aguante el trote.

 

Querido Duque de Santo Ton:

Desde que era niño me atraían los hombres y no las mujeres. Toda mi vida he intentado cambiar eso, pero no puedo. Me he acostado con mujeres pero no es lo mismo, es como si me exigiera tener sexo con ellas para ser “normal”. La verdad también intenté eliminar esa forma de sentir, porque creo que el ser homosexual es sólo vicio y no hay amor (me gustaría equivocarme porque yo sí puedo enamorarme de un hombre), a mí no me gusta lo promiscuo, podría estar toda mi vida con una sola persona. A las mujeres las respeto mucho, son seres muy bellos y he tenido relaciones sexuales con ellas, pero no he sentido lo mismo que con un hombre. ¿Por qué me pasa esto? Estoy muy angustiado.

Luis

San Cristóbal

 

Querido Luis:

No debes angustiarte por los deseos de tu cuerpo, al contrario, date cuenta de que son incontrolables y de que no puedes esconderlos, ya que cada vez que te guste un hombre, despertará en ti la hembra que llevas dentro. Me parece muy bien tu manera de pensar respecto de la promiscuidad y de que estés consciente de que la comunidad homosexual ocupa el primer lugar entre los grupos de alto riesgo en la transmisión de enfermedades por la vía sexual, especialmente el herpes y el Sida. Creo que lo mejor que puedes hacer es gozar de tus inclinaciones, siempre tomando las medidas profilácticas necesarias y tratando de buscar parejas con costumbres similares a las tuyas.

 

Duque de Santo Ton:

Me gusta mucho masturbarme mientras manejo mi coche. Claro que lo hago siempre muy discreto y de manera que nadie me vea. ¿Corro algún riesgo?

Joaquín

San Cristóbal

 

Querido Joaquín:

El mayor riesgo, y por el cual debes dejar de masturbarte mientras manejas, es que puedes chocar. Las manos deben de ir en el volante y los sentidos alerta. Cuando hay excitación, las sensaciones que se producen hacen que la mente pierda atención en más de un 50% y por lo tanto sea muy factible que provoques un accidente fatal, pues la visión se altera también. La masturbación es una práctica sana, pero debe tener sus reglas para que lo siga siendo.

 

Querido Duque de Santo Ton:

Llevo tres meses acostándome con el mejor amigo de mi marido. Siempre habíamos tenido una amistad muy estrecha, era genial esa amistad de dos parejas que hacen planes juntos, y hasta viajan. Ellos se divorciaron por una infidelidad de ella y él se refugió con nosotros, estuvo viviendo en nuestra casa unos meses tras la separación y mientras mi marido trabajaba pasábamos muchas horas hablando. Mi intención era simplemente animarlo, ser esa amiga que escucha y da apoyo, pero surgieron otros sentimientos al conocernos más. Intentamos mantenernos alejados, pero viviendo en la misma casa era complicado. Le dije que sabíamos que no podía ser, pero me dijo que las horas que pasaba conmigo le devolvían las ganas de vivir. Caí rendida ante ese hombre que tan mal la había pasado, al que tanto apreciaba y que se merecía un amor incondicional. Seguimos viéndonos aunque él ya no vive en nuestra casa. No sé qué hacer.

Jeanette

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Jeanette:

Ninguna infidelidad sexual es mala mientras la hagas con protección y se mantenga en secreto. Por muy aburrida que estés de tu esposo, estoy seguro de que estar a su lado es lo más conveniente para ti, pues lo menos que querrá el divorciado es volver a comprometerse. Así que, a cuidarse, a cerrar el pico y a darle que “es mole de olla”.