EN LA MIRA

Se agota el tiempo para las definiciones en Chiapas

 

 

Por Héctor Estrada

 

El día de ayer comenzó formalmente la cuenta regresiva de los últimos 20 días para que los partidos o coaliciones determinen de una vez por todas a los precandidatos rumbo a la contienda por el gobierno de Chiapas, como parte de un proceso electoral que comenzó desde el año pasado pero mantiene a la entidad chiapaneca en el rezago de las definiciones.

Después de tanto letargo, deducciones e interpretaciones prematuras, el tiempo para las fuerzas políticas en Chiapas se está acabando. El 23 de enero es la fecha establecida por la autoridad electoral para dar inicio al proceso de precampañas rumbo al relevo de Manuel Velasco Coello. Antes de ese lumbral en el calendario electoral los partidos o coaliciones deberán haber definido ya a quien o quienes contenderán de manera interna por las candidaturas.

El tiempo de los jaloneos, guerras sucias internas y golpes bajos finalmente está a punto de concluir. Llegó el momento de las primeras grandes definiciones para aclarar el panorama electoral estatal. Y es que, a diferencia de otras entidades donde también habrá elecciones locales y las candidaturas lucen más claras, en Chiapas las definiciones se han postergado más de lo esperado.

Las presiones de Velasco Coello para imponer a sus candidatos ante la cúpula priista y la integrada por la coalición “México al Frente”, ante la oposición de poderosos grupos a nivel nacional para evitar que se hagan efectivos los caprichos del gobernador chiapaneco, han convertido a Chiapas en una zona de guerra campal llena de descalificaciones, violencia y un distanciamiento absoluto con el grueso de la ciudadanía.

En lo que respecta a la relación entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de México las cosas siguen tensas. El divorcio parece inminente, abriendo más posibilidades para que cada uno termine designando a su propio candidato. Todo con los riesgos que implica para el proyecto presidencial y la merma directa a las posibilidades de ambos por separado.

En el denominado “Chiapas al Frente” (símil de México al Frente en el plano local) las cosas no se ven bien. La rebatinga entre las cúpulas nacionales con los intereses locales de personajes como José Antonio Aguilar Bodegas y el propio gobernador Manuel Velasco tiene el asunto en medio de un laberinto que no apunta a tener pronta salida. El “Frente” en Chiapas está aún más fracturado que los partidos que hoy intentan conformarlo.

En Morena las cosas parecen más definidas, aunque los aires de posibles cambios de último momento no dejan de resonar. La aparente precandidatura y candidatura de Rutilio Escandón Cadenas luce inmutable desde lo superficial. Sin embargo, atrás están los fantasmas de un posible relevo repentino a manos de Zoé Robledo Aburto, en caso de que la posición en las preferencias simplemente no muestre avances significativos durante las siguientes semanas.

Pero los tiempos se han consumido y ya no queda tanto espacio para las indecisiones. Son aproximadamente dos semanas y media el lapso restante para tomar determinaciones definitivas rumbo a la contienda que está ya a la vuelta de la esquina. Después viene el reto verdaderamente importantes: intentar modificar la percepción ciudadana que se han generado ellos mismo durante los últimos años. Revertir finalmente la mala imagen, desconfianza y repudio que a pulso se han ganado… así las cosas.