EN LA MIRA

11 desplazados muertos ante indiferencia y mentiras del gobierno del estado

 

 

Por Héctor Estrada

 

Como ya se había advertido, la resolución del Tribunal Agrario terminó siendo insuficiente para dar solución al conflicto armado entre los municipios de Chenalhó y Chalchihuitán donde la violencia, la ingobernabilidad y la indiferencia suman ya 11 muertos, cientos de enfermos y miles de personas desplazadas que siguen sin poder regresar a sus hogares.

La crisis humanitaria que enfrenta este región de la entidad chiapaneca es un problema que se agudiza con el paso de los días, mientras las autoridades enfocan sus esfuerzos a ocultar y minimizar los hechos lastimosos. No se ve salida inmediata, ni capacidad real del gobierno para resolver la situación, pero sobre todo para garantizar la seguridad y bienestar de los más de cinco mil desplazados forzados.

La última víctima de la crisis humanitaria fue Raymundo Luna Pérez, un joven de apenas 18 años que desde el pasado 3 de diciembre vivía una terrible agonía tras haber ingerido herbicida ante la desesperación e impotencia de ver a su familia y pueblo entero en la peor situación posible. Y es que, la crisis emocional dentro de los pueblos indígenas afectados también juega un riesgo latente a contrarreloj.

Observadores de organismos de derechos humanos que trabajan en la zona de conflicto, confirmaron que a las 16:00 horas, Luna Pérez pereció en el cuarto donde su familia lo mantenía desde hace varios días, solo cubierto con una cobija y con medicinas que le dio el hospital de Las Culturas de San Cristóbal de las Casas. Los padres de Raymundo, Mariano Luna Gómez y María Pérez Pérez, perdieron el 3 de julio del 2015, a su otro hijo, Salvador Luna Pérez, de 16 años de edad, que fue muerto a tiros en las inmediaciones de la franja territorial en disputa.

Con el deceso de Raymundo suman un total de 11 muertes, entre mujeres, ancianos y niños, víctimas de la violencia, el hambre, la carencia de medicamentos y las inclemencias del tiempo. Chenalhó y Chalchihuitán son el peor ejemplo de los errores e ineficiencias políticas donde la visceral lucha del poder por el poder mismo ha sido más importante que la vida, tranquilidad y estabilidad de los pueblos.

La resolución a favor del municipio que gobierna Rosa Pérez no abonó en nada a la pacificación del conflicto. Más allá de las razones jurídicas, en el plano estrictamente político, la sentencia federal terminó dándole la razón al partido que gobierna Chiapas, fortaleciendo las intenciones del Partido Verde Ecologista para imponerse en una zona de añeja tradición priista. Finalmente el origen del problema se mantuvo en las mismas circunstancias.

Por eso el agradecimiento desbordado de Rosa Pérez a Manuel Velasco tras la noticia de la resolución. La emoción imprudente terminó traicionando a la alcaldesa verde cuyas primeras palabras fueron de gratitud al ejecutivo estatal por el final de un proceso jurisdiccional que se supone fue resuelto sin ninguna injerencia externa. Son ejemplos burdos de las razones por las que el conflicto simplemente no parece tener salida inmediata.

El conflicto en Chalchihuitán y Chenalhó ya no tiene más tiempo. La demora está cobrando la vida de inocentes que hoy pagan las más caras facturas de los caprichos y revanchas políticas dentro de un gobierno desastroso por el ángulo en el que quiera observarse… así las cosas.