ENTRELÍNEAS

Alcalde en capilla

 

 

Por JORGE CEBALLOS

 

El pasado sábado, circuló un comunicado de prensa del partido Podemos Mover a Chiapas, en el, solicitan la instalación de un Consejo Municipal en El Bosque, y la inmediata destitución del alcalde Martín Díaz Gómez, esto derivado de un desajuste financiero, lo cual ha generado un clima de ingobernabilidad en aquel lugar.

El hecho quizá no tendría mayor relevancia si es que, quien pidiera la remoción del alcalde no fuera el dirigente del partido político que lo postuló hace dos años: Enoc Hernández Cruz, es quien solicita la intervención del Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del Estado.

En este espacio, hemos criticado en otras ocasiones la actitud que asume Enoc Hernández, sin embargo, el denunciar a un alcalde emanado de su partido, provoca una buena señal, aunque con ello no quiere decir que se ha convertido en la panacea y un ser purificado, por el contrario, ojalá y siga denunciando a quienes hacen mal uso del dinero público.

De la denuncia hecha por Enoc Hernández, nosotros le damos dos lecturas: la primera que los días del alcalde Martín Díaz Gómez están contados, porque de entrada el fundador de Podemos Mover a Chiapas, no actuaría sin la venia o consentimiento de Manuel Velasco Coello, quien podría pensarse está enviando un mensaje en contra de quienes en su gobierno se han enriquecido a base del desvío del presupuesto.

La segunda lectura que le damos, es que, puede tratarse de un mensaje a aquellos alcaldes que viendo y sintiendo cerca el final del actual sexenio, se quieren salir del redil para irse a gozar de lo mal habido, traicionando a Velasco Coello quien ha sido su impulsor y benefactor.

Ahora, sería por demás benéfico que los dirigentes de los demás partidos políticos, sin importar siglas o colores, comenzaran a desligarse de los personajes que apenas en el 2015 impulsaron y que han salido con las uñas muy afiladas y se han atrevido a meter la mano en el cajón para robarse los recursos públicos.

Roberto Albores Gleason, en su momento como dirigente del PRI, tuvo la oportunidad de denunciar los desaseos administrativos de gente como Mario Guillén Domínguez, alcalde de Comitán, o Neftalí del Toro en Tapachula, Enrique Arriola, y muchos más que simplemente llegaron al poder público para enriquecerse a costa del erario.

Pero de estos dos aspirantes a gobernador, no se ha escuchado levantar la voz para defender el dinero público y arremeter contra quienes están hinchándose las bolsas con el presupuesto.

No podemos olvidar que hace un par de semanas, Alejandro Culebro Galván, en su papel de titular del Órgano de Fiscalización Superior, dio a conocer que existen alcaldes que han incurrido en desvíos de recursos, sin embargo, ningún dirigente partidista se ha desligado de esos personajes o cuando menos han señalados quienes son los más devastadores para la vida pública de Chiapas.

Y los dirigentes partidistas, no han denunciado porque simplemente hacerlo, es como darse un balazo en la frente, porque estamos a unos cuantos meses de que inicien las campañas políticas y lo que más les conviene a ellos, es no perder votos y posiciones, porque de esa manera, seguirán teniendo espacios de poder.

Dejemos en claro algo: Enoc Hernández Cruz denunció a Martín Díaz Gómez, porque simplemente eso levantará sus bonos, ninguno de sus homólogos lo ha hecho y calculó el momento exacto para dar el golpe mediático.

Si la clase gobernante actual, quiere dar un golpe de timón certero, lo primero que tiene que hacer es castigar a los que han abusado de la confianza y se han llevado hasta la cubeta, aunque eso signifique perder votos y ponerse entre la espada y la pared.

Lo malo es que, el próximo año, a muchos chiapanecos se le olvidarán los oprobios causados por políticos ladrones, y se corra el riesgo de que Chiapas siga a merced de gente sin escrúpulos que buscarán llegar al poder para seguir saciando sus instintos de dinero, mientras que a los ciudadanos se los siga cargando patas de cabra.

Lo anterior lo decimos, luego de escuchar a muchos periodistas y líderes de opinión quienes aseguran que el gobernador no será otro más que alguien emanado del PRI, o mejor dicho de la cuadra oficial, esa que encabeza Manuel Velasco Coello, de ahí que en la mayoría de los partidos no haya gente nueva y los que se vislumbran están identificados con el mandatario.

Causó ruido

La aparición del senador Zoé Robledo Aburto a lado de Andrés Manuel López Obrador en un vídeo grabado en Jalisco, puso a muchos con los pelos de punta, porque ven al parlamentario con una que otra posibilidad de estar en la boleta.

Al menos esa fue la sensación que permeó en una rueda de prensa encabezada por Zoé el día de ayer, en la que varios de los comunicadores asistentes le preguntaron si él será el candidato a gobernador.

Astutamente Robledo Aburto, contestó que no son los tiempos y que, el acompañamiento que hizo al líder nacional de Morena y virtual candidato presidencial, está más apegado al interés que existe de que haya internet libre en carreteras, hospitales, plazas públicas y escuelas, porque es una necesidad que existe en la actualidad.

¿Quieren más?

Un nuevo hecho de violencia se registró ayer en Tuxtla Gutiérrez, un empresario fue víctima de la delincuencia, balearon su camioneta, se salvó gracias a que la unidad contaba con blindaje.

Esto nos viene a dejar un mal sabor de boca, viene a demostrarnos también que la situación sigue descomponiéndose y que las autoridades siguen creyendo en la preñez de los pajaritos y que los perros se amarran con longaniza.

Por lo visto no tienen un plan de acción para inhibir la inseguridad que se está desatando en el Estado, prefieren seguir vendiendo espejitos para que la ciudadanía crea que vivimos en la entidad más segura.

Manuel Velasco o el Congreso del Estado, debería llamar a cuentas a José Luis Llaven Abarca y de una vez por todas poner en marcha un plan para evitar que Chiapas se descomponga en materia de seguridad, si de por sí con los conflictos sociales existe un problema grave, imagínese con la presencia de tanto delincuente.

Desafortunadamente ni el Congreso y mucho menos el gobernador, aceptarán que la inseguridad es un problema que se está enfrentando, porque eso sería despertar del letargo y abrir los ojos a la realidad y sobre todo sería quedar más mal con los chiapanecos.

Mientras nuestras autoridades guardan un silencio insultante, los ciudadanos normales, siguen viviendo con el Jesús en la boca, rogando no ser víctimas de los delincuentes, quienes en Chiapas ven un paraíso para delinquir por lo cuadrado que han resultado sus gobernantes para hacerle frente a un problema que debe preocupar a todos. Hasta la próxima.