HOSPITAL DEL ALMA

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque de Santo Ton:

Tengo una amiga que tiene un afán insaciable de comprar de todo y tener más de todo. Cuando viaja, prefiere irse de compras a cualquier tienda que visitar lugares interesantes. Yo le he dicho que no sólo piense en tener más, porque además de acumular cosas que quizás nunca usará o las usará muy poco, se está perdiendo de muchas cosas valiosas. Pero ella no hace caso. Sigue acumulando y acumulando. Es incapaz, además, de dar a los demás, algo de lo que le sobra. ¿Qué pudo decirle para que entienda?

 

Aidé

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Aidé:

Con toda seguridad tu amiga vivió muchas carencias en la primera etapa de su vida y se volvió rica de la noche a la mañana. Esa manía compulsiva por comprar y guardar, es típica de quienes, en el fondo, tienen el perenne temor de perderlo todo, por lo mismo también es incapaz de compartir. Ni le hagas la lucha porque ese tipo de locuras no se quitan, mejor búscate otras amigas más refinadas.

 

Duque de Santo Ton:

Tuve mi primera relación sexual a los quince años y sufrí mucho, pensaba que la dolorosa experiencia de haber sido desflorada me iba a impedir volver a tener sexo, pero desde la segunda o tercera vez que me penetraron, me volví insaciable, me la paso pensando en hombres y ahora, que tengo 28, no me importa acostarme con quien sea, con tal de pasar un buen rato. El problema es que un compañero de trabajo me pidió que fuera su novia formal, porque le gusto para pasar el resto de la vida juntos y ser la madre de sus hijos.  Él no es feo, al contrario, tiene muy buen cuerpo y cara así como de angelito, pero sé muy bien que no le voy a poder ser fiel, yo nací para el sexo libre y así quiero seguir ¿tener hijos? No me interesa en lo más mínimo.

Lucía

Tuxtla Gutiérrez

 

Querida Lucía:

Tú no tienes ningún problema, al contrario, tus ideas son muy claras. La vida se te complicaría si te dejaras llevar por los convencionalismos y le dieras alas a ese hombre que piensa que no eres tan zorra. Mejor habla con él, explícale cómo eres, y luego llévatelo a la cama para que no se te escape vivo.

 

Querido Duque de Santo Ton:

Soy sexo servidora y lo digo a mucha honra, porque no es un trabajo fácil y gracias a él me gano el sustento y el de mis hijos.  Hace algunas semanas soñé con uno de mis clientes frecuentes. Hacía rato que no lo veía, por eso resultó más extraño cuando, hace algunas semanas soñé con él. Estábamos en una playa. El clima era bueno y el mar, con el azul intenso del Pacífico, lucía tranquilo. Estábamos ahí él y yo, metidos hasta la cintura en el agua, apenas sintiendo el vaivén de las olas. Se sentía bien en el sueño, pero entonces él se sumergió como un submarino y no salió nunca. Yo metí la cara debajo del agua, pero no había nada. Lo raro es que me pareció normal, como si un hombre al nadar pudiera desaparecer en el agua. Al despertar estaba tranquila, pero preguntándome por el hombre ¿Qué significará mi sueño?

Lucía

Arriaga

 

Querida Lucía:

Seguramente andas necesitada de dinero y tienes la esperanza de que ese hombre te solicite un servicio. Tu mente hace aparecer ese deseo en el sueño como si fuera realidad pero el inconsciente cumple su función de ubicarte en el hecho de que él no está. Por cierto que yo respeto mucho la prostitución, pero no me parece que ejercerla sea a mucha honra.

 

Duque de Santo Ton:

Tengo 39 años, soy soltero, trabajo en gobierno y me gusta y excita exhibirme desnudo. Siempre que puedo estoy desnudo en casa y abro las cortinas para que los vecinos puedan verme. Practico el cibersexo y tengo relaciones ocasionales, pero de un tiempo a la fecha, si no tengo a nadie mirando, me cuesta excitarme, incluso viendo temas eróticos. Ahora tengo pareja y me excita que me mire cuando me masturbo, pero en las relaciones normales a veces me cuesta mantener la erección. Incluso, he llegado a proponerle que alguien nos vea practicar sexo. Empiezo a preocuparme porque no lo controlo. ¿Debería buscar la ayuda de un profesional?

Raúl

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Raúl:

Por lo que me cuentas, tienes muy baja la autoestima y ello te impide relacionarte con normalidad. El exhibicionismo es una filia perversa perfectamente aceptada y que a muchos les encanta, pero si ya se te convirtió en un problema, sí te recomendaría que buscaras la ayuda de algún psiquiatra. No conozco tu físico pero a tus casi 40 dejar abiertas las cortinas de tu casa cuando estás en pelotas, ya no debe ser nada agradable para el vecindario en el que vives.

 

Querido Duque:

Soy una muchacha heterosexual; sólo he tenido relaciones sentimentales y sexuales con hombres, aunque he de decir que las mujeres me excitan mucho, muchísimo más. Tengo una fantasía muy recurrente en la cual yo poseo un miembro masculino, y tengo relaciones de todo tipo con una chica. Quiero aclarar que estoy contenta con mi cuerpo y me gusta ser mujer. Y tampoco me atrae la idea de usar un arnés, simplemente es lo que comento: mi mayor fantasía es tener genitales masculinos, sin dejar de ser yo, para usarlos con una muchacha. ¿Es normal?, ¿por qué fantaseo con eso? Emma

San Cristóbal

 

Querida Emma:

Fantaseas con eso porque aunque lo niegues eres lesbiana y prefieres comer tamales que comer tacos.

 

Duque de Santo Ton:

Aparentemente soy un hombre normal, tengo 25 años, estoy recién casado y espero un hijo, pero he llegado a la conclusión de que me gustan mucho los hombres transgénero, los hombres que se visten de mujer, realmente sueño con tener algo con uno y hasta dejaría que me penetrara o le hiciera un oral si él quisiera. Soy heterosexual,  pero creo que ya esto se me está saliendo de las manos, me gustan mucho los travestis.

Patricio

Tuxtla Gutiérrez

 

Querido Patricio:

De todo lo que me escribes, lo único que me apena es el hecho de que creas que eres heterosexual y se lo hagas creer a la mujer con la que te casaste. El hecho de que te atraigan los hombres con senos falsos y vestidos de mujer, no los vuelve a ellos menos hombres ni a ti menos gay. Eres homosexual y debes enfrentarlo para poder disfrutar de la vida sin herir a nadie.

 

Duque de Santo Ton:

Mis papás se divorciaron hace tres años y desde entonces yo vine a vivir con mi mamá. Soy soltera y tengo 22 años, estoy por terminar mi carrera, comenzaré el último semestre en la Universidad del Valle de México. Tengo un novio encantador y muy bueno, agradable, correcto, trabajador y de muy buen cuerpo. Desde el divorcio, mi mamá y yo nos volvimos muy unidas. Ella es muy jovial y entretenida. Hemos compartido parte de nuestras vidas personales, pero desde principios de este año mi mamá ha empezado a tratarme más como su amiga que como su hija. Me ha contado la historia de sus travesuras sexuales de la época en que estaba soltera, lo que me ha sorprendido mucho. Pero lo peor es que ahora me pide que le diga detalles de mi vida sexual con mi novio. Yo no tengo grandes secretos, pero no me gusta ni pensar en la idea de compartir con mi madre los detalles de mi relación con mi novio. Cuando le digo que no quiero hablar de ello, me dice que soy una “mojigata” y me pide que “me abra” con ella, que es con quien debo tener más confianza.

 

Sofía:

Te concedo toda la razón. Todos tenemos una vida íntima que preferimos guardar en secreto o compartirla con quien se nos da la gana. Seguramente tu mamá quedó afectada por lo del divorcio y necesita un hombre o un tratamiento psiquiátrico que la consuelen.