EN LA MIRA 04/04/17

Moreno Valle y su fracaso presidencial en Chiapas

Por Héctor Estrada

Ya más mermado en su poderío, aún sin el respaldo de las principales figuras panistas locales y acompañado de la desacreditada dirigente blanquiazul estatal, por enésima ocasión, el ex gobernador del estado de Puebla, Rafael Moreno Valle, visitó el estado de Chiapas como parte de su gira nacional para promover su postulación  a la candidatura del Partido Acción Nacional (PAN) para la Presidencia de la República, como un objetivo personal que se ve cada vez más complicado.

 

El evento organizado por la presidenta del PAN en Chiapas, Janette Ovando Reazola, con financiamiento discrecional emanado de Casa de Gobierno, sirvió como radiografía simple de la mermada situación del ahora presidente de la Comisión Política del PAN (Rafael Moreno), ya fuera del Gobierno de Puebla y muy rezagado con respecto a sus adversarios directos Ricardo Anaya y Margarita Zavala.

Aunque muy nutrido de personas movilizadas por la dirigencia estatal de Acción Nacional, el denominado encuentro con la militancia del PAN en Chiapas distó mucho del evento realizado hace alrededor de cuatro meses en las instalaciones del Poliforum Mesoamericano, en el que la cargada gubernamental para engordar la fiesta resultó demasiado evidente. Tanto así que el acto (bajo distintos pretextos) ya no pudo ser realizado en el Centro de Convenciones (bajo control gubernamental) como durante los últimos eventos de ex mandatario estatal.

Y es que lo tantas veces advertido parece estar sucediendo finalmente a las aspiraciones de Rafael Moreno: su salida del gobierno de Puebla ha mermado inevitablemente su poder y peso político dentro de una carrera presidencial tan pesada como la que hoy se cocina dentro del blanquiazul. El incipiente puesto partidista otorgado por Anaya y su innegable influencia sobre GaliFayad ya no representan tanto para los grupos internos e intereses poderosos dentro del panismo nacional, por lo menos no tanto como para otorgarle la candidatura presidencial.

Sus posibilidades presidenciales cada vez se alejan dentro de la contienda panista y quienes antes lo apoyaban desproporcionadamente ahora simplemente han decidido reducir sus apuestas sobre él. Las encuestas pagadas por propios y extraños lo colocan ya lejos de Ricardo Anaya y mucho más de Margarita Zavala. Se convirtió a la larga en un producto político que, pese al despilfarro presupuestal en publicidad, simplemente “no pegó”. El grueso de la población simplemente no lo identifica.

Finalmente, lo que ha sucedido en la entidad chiapaneca puede dar una pista de  los errores que hoy tienen al ex gobernador poblano en el último sitio de la terna blanquiazul. Rafael Moreno aposto mal a la hora de seleccionar a sus operadores estatales. Si eligió en los demás estados como eligió en Chiapas estaba inevitablemente perfilado al fracaso. 

Confiar en “liderazgos” como el de Ovando Reazola era apostarle al vacío. Fue una apuesta sin garantías, basada en espejismos, carente de representatividad real y muy lejos de las militancias que empoderan candidaturas presidenciales. Y Moreno Valle está consciente de eso. Sabe que se equivocó y por eso ha cambiado estrategias, conformándose con quienes (para bien o para mal) han estado detrás de sus candidatura, casi frustrada.

Hoy quienes antes se coaligaron para impulsar un proyecto común dentro del PAN parecen ser también compañeros del fracaso inevitable: Janette Ovando con una desastrosa dirigencia estatal que pronto podría terminar de manera abrupta, Moreno Valle con una candidatura presidencial que nada más no cuajó y el gobernador chiapaneco, Manuel Velasco Coello, se quedó sin candidatura presidencial y  con apuestas destinadas al fracaso… así las cosas.