HOSPITAL DEL ALMA 28/03/17

Por El Duque de Santo Ton

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Hola Duque:

Mi esposa quiere que nuestra hijita se llame Andrea, pero yo me opongo porque además de asqueroso, el nombre se me hace como de sirvienta.

 

René

Tuxtla Gutiérrez

Querido René:

Tienes razón ese nombre es indecente, realente suena a criada y en Italia se lo ponen a los hombres. Manda a tu esposa a volar y ponle a tu hija el nombre que mejor te parezca, que para eso eres el hombre de la casa.

Querido Duque:

Acabo de cumplir 30 años, y aunque soy soltero, tengo una gran experiencia en cuestiones de sexuales. Por razones de trabajo, me cuesta mucho relacionarme personalmente con las damas, por eso te suplico que me ayudes a encontrar mujeres que tengan entre 18 y 50 años de edad y deseen vivir experiencias extremas. Todo el mundo dice que soy  guapo y yo me doy cuenta porque me acosan tanto hombres como mujeres. Soy muy limpio, siempre uso métodos profilácticos para evitar embarazos y enfermedades de transmisión sexual, es decir, soy un hombre de confianza porque tengo mis principios y soy muy honrado. Eso sí: no acepto: jotos, putos, travestis ni nada de mampada.

Alejandro

Tuxtla Gutiérrez

Querido Alejandro:

Con mucho gusto voy a echarte una mano, pero déjame decirte que la mayoría de las veces, los lectores que más rechazan relacionarse en la cama con otros hombres, en el fondo son los que más lo desean y por lo general terminan haciéndolo. Esas negativas tratan de ocultar sus verdaderos ardores.   

Señor Duque de Santo Ton:

Estaba bien contenta porque mi marido me compró un Audi 2017 para mi uso personal, pero acabo de descubrir que me pone los cuernos y sospecho que por eso me regaló el carro.

Sandra

Tuxtla Gutiérrez

Querida Sandra:

No lo sospeches, es seguro que tu esposo te regaló ese auto para calmar su culpabilidad. Sin embargo, no hagas berrinches porque de todas maneras te van a seguir poniendo los cuernos y hasta el marido vas a perder. Mejor hazte “pato” y sigue recibiendo los regalos del infiel e hipócrita de tu marido.

Querido Duque de Santo Ton:

Estoy confundida porque mi esposo insiste en que quiere verme coger con otro hombre y yo, la verdad, lo quiero mucho a él, y muchas veces sigo su fantasía y le digo que lo voy a pensar pero cada vez es más insistente y me ha hecho imaginar miles de situaciones que ya me confunden y me ponen a pensar en hacerlo, pero pienso que eso solo debe ser así ,solo una fantasía, porque ya no se qué pensar ya que me lo pide con muchísima insistencia.

Miroslava

Tuxtla Gutiérrez

Querida Miroslava:

Tienes que pensar muy bien en esa perversión que tiene tu marido, porque tal vez en lugar de querer verte coger con otro hombre, en el fondo lo que quiere es ver a otro hombre coger contigo, y usarte a ti como anzuelo para pescar al macho y como tapadera para ocultar su putería.  

Duque:

No me lo vas a creer, pero conocí a una gringa en Cancún, con la que me fui a la cama desde la primera noche. Desde el principio noté que era una experta en las artes de amar, pero cuando estábamos en pleno “chaca, chaca”, ella se untó una sustancia lubricante y me metió un dedo por donde ya te imaginarás. De inmediato quise protestar pero ella me explicó, en inglés, que era una práctica muy normal para masajear la próstata con el objeto de que pudiera venirme más abundante y placenteramente, lo cual, efectivamente, ocurrió ¿estaré en peligro de convertirme gay?

Matías

Tuxtla Gutiérrez

Querido Matías:

No, de ninguna manera. Eso del dedito en el hoyito tiene la explicación científica que te dio la gringa. El ano es la única manera de llegar a la próstata y estimularla. No obstante se trata de algo poco usual entre los mexicanos, ya que se implica una parte de su anatomía más sagrada que la misma Virgen de Guadalupe. Lo que no me pareció correcto, aunque no me importe, es que te metiste a la cama con una gringa desde el mismo momento en que la conociste. Eso te puso en riesgo de contraer desde la sífilis o el herpes, hasta el SIDA. Ten más cuidado cuando vayas al antro.

Duque de Santo Ton:

Mi caso es el siguiente: tuve mi primera relación sexual hace dos semanas con mi amigo con derechos (del cual nunca me he sentido enamorada) y bueno, días después me sorprendió y me sugirió que fuéramos algo más que amigos, pero me negué. Debido a esto, la amistad con derechos terminó, pero seguimos hablando como si nada.  Y bueno, comencé a sentir el síndrome de abstinencia; me sentía furiosa, deprimida y sobre todo muy caliente. Todo el tiempo pensaba en sexo. Masturbarme no era la solución, pues me dejaba peor así que ni lo hacía.  Bueno, el caso es que últimamente me siento muy atraída por una compañera de la universidad (antes de mi primera vez la veía y nada, me sentía normal), pero cuando nos juntamos para algún trabajo me siento muy nerviosa, no puedo dejar de pensar en ella, se me corta la respiración cuando la tengo cerca, y así. Nunca en mi vida me había sentido así por otra chica. ¿Qué creen que pueda ser eso? 

Elenita

San Cristóbal

Querida Elenita:

Eso no es otra cosa que lesbianismo, tortillismo o el famoso arte de tallar pelucas.

Querido Duque:

Mi hermana y yo fuimos sin pareja a una boda y ya estábamos dispuestas a quedarnos sentadas toda la noche, hasta que un amigo de mi papá me sacó a bailar. Le dije que sí por compromiso, porque a mí no me atraen los hombres viejos, y estuvimos en la pista un buen rato, hasta que el grupo musical empezó a tocar las “de cachetito”. En ese momento le di las gracias y ya me iba a ir a sentar a mi lugar, cuando él, sin preguntar nada, me tomó por la cintura y me hizo seguir bailando. No te puedes imaginar la sorpresa que me llevé cuando descubrí que el señor tenía “su cosa” dura, dura, y me la restregaba sin pudor. Al principio sentí asco, pero después me di cuenta de que me estaba gustando, y que el olor de la loción del señor me encantaba. De pronto el grupo dejó de tocar, se encendieron las luces y el locutor anunció que se iba a servir la cena. Volvimos a nuestros asientos, pero el tipo no volvió a sacarme a bailar y ni siquiera se despidió de mí.

Lorena

Tuxtla Gutiérrez

Querida Lorena:

Lo bueno es que a ti no te atraen los hombres viejos.

Señor Duque:

La próxima semana me voy con mi esposo a la Ciudad de México, pues vamos a cumplir 25 años de casados y él me va a cumplir el sueño de toda mi vida: me va a comprar un abrigo de piel de leopardo. Ya estuve revisando el catálogo y el que me gusta cuesta una millonada, pero 25 años de casados son 25 ¿verdad?

Aracely

Tuxtla Gutiérrez

Querida Aracely:

Si en los lugares en los que hace frío es una estupidez usar ropa fabricada con la piel de animales en vías de extinción, en Tuxtla Gutiérrez, una ciudad tropical, es un acto aberrante y que denota tu falta de mundo y de educación.

Querido Duque:

Voy a pasar la Semana Santa en Acapulco y ya me compré unos bikinis divinos. Mi mamá dice que me tengo que depilar algunos vellos púbicos para que no se vayan a salir a la hora de la hora, pero creo que es una exagerada porque yo soy casi lampiña.

Marilú

Tuxtla Gutiérrez

Querida Marilú:

No creo que tu madre exagere, más vale prevenir, que dar el arañazo en el momento menos apropiado.