HOSPITAL DEL ALMA 23/03/17

Por El Duque de Santo Ton

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Las únicas cuatro veces que me he sentido enamorada  en mi vida, ha sido de hombres que resultaron ser homosexuales y que, por razones obvias, no sentían lo mismo por mí, aunque uno de ellos me llegó a querer como a una hermana.

Así descubrí que los hombres heterosexuales no me gustan, no tengo química con ellos, no me atraen. Esto no quiere decir que yo sea lesbiana, me gustan los hombres, pero los hombres gay, de hecho a veces he tenido fantasías de dos machos haciendo el amor y termino súper excitada, no sé qué me pasa.

Angélica

Tuxtla Gutiérrez

Querida Angélica:

Lo que te pasa es que eres una lesbiana marca ACME pero te niegas a reconocerlo. La atracción que sientes hacia las mujeres te aterroriza y entonces canalizas tu sexualidad hacia los hombres que, sin serlo, tienen las  actitudes femeninas que tú adoras. Ahora bien, no tiene nada de malo que te guste un hombre gay, el problema es que tú jamás llegarás a gustarle como otra cosa que no sea una amiga o, en todo caso, una hermana. 

Querido Duque de Santo Ton:

Se me hace mucho atrevimiento de mi parte escribir estas cosas, a sabiendas de que se van a publicar en un diario, pero es que me gusta tanto lo que usted escribe, que no he resistido la tentación. Mire señor Duque, yo soy una señora relativamente mayor, de posición desahogada, casada, con hijos y tres preciosos nietos. No me imagine como a una anciana, ya que tengo cincuenta años de edad, que si bien son muchos para una mujer, todavía conservo algo de la belleza que alguna vez tuve, porque me cuido bastante, como bien y hago mucho ejercicio. El motivo de mi consulta, mi apreciable señor, es preguntarle si es normal el hecho de que a mi edad, sienta unas ganas incontenibles de tener sexo. Desde hace muchos años mi esposo y yo no tenemos intimidad, pero él es el único hombre con el que he dormido en mi vida. Mis hijos me regalaron en Navidad una computadora laptop, y me la paso horas y horas viendo fotografías de hombres desnudos, buscando satisfacción, pero, por el contrario, mi calor aumenta y tengo que satisfacerme yo sola. Me siento incómoda al descubrir mi secreto ante usted, pero por más que se lo confieso al sacerdote y comulgo; cuando me quedo a solas lo primero que hago es encender la computadora para buscar fotos y videos de hombres desnudos y hasta de coitos. Ya no sé qué hacer porque entre más vieja me vuelvo, más deseos de tocar hombres y de ser penetrada siento ¿necesitaré consultar a un psiquiatra?

Yolanda

Tuxtla Gutiérrez

Querida Yolanda:

Tú no necesitas un psiquiatra, lo que necesitas son unas buenas sesiones de sexo placentero. Trata de olvidar un poco los deberes que te impone tu religión, no pienses ni en tu marido ni en tu familia, y entrégate de lleno a los placeres de la carne, dale a tu cuerpo lo que te está pidiendo a gritos, y no te midas en cuanto a las posibilidades de disfrute que el sexo ofrece. Piensa que si no es ahora no será nunca. El masturbarte viendo la computadora solamente va a conseguir ponerte más neurótica de lo que ya estás, lo que necesitas es un hombre de carne y hueso. Si me lo autorizas puedo mandarte las direcciones electrónicas de algunos galanes que me han escrito para pedirme que les ayude a conocer a alguien como tú. Y no te estoy hablando de hombres maduros, sino de jovencitos de 18 ó 20 años, que son los indicados para el apetito sexual que sientes ¿total? Después te confiesas y aquí no ha pasado nada. Eso sí, recuerda que en el sexo con desconocidos cualquier precaución es poca.

Querido Duque de Santo Ton:

Me casé hace cinco años y mi esposo me llevó a vivir a Monterrey y por lo tanto casi no veo a su familia, ya que todos los que la integran viven en Tuxtla; pero las pocas que nos juntamos, todos ellos me hacen sentir mal, sobre todo mi suegra y mis cuñadas: lo critican todo, para ellas la vida se basa en la belleza y la moda, nada importa más que el aspecto  físico. Yo no digo que eso carezca de importancia, pero también existen otros valores que ellas no toman en cuenta Por respeto y por no discutir con mi marido no digo nada, pero estamos llegando al punto de que me tratan como si fuera su criada, y lo que más me duele es que mi esposo no me defienda.  

Alejandra

Monterrey

Querida Alejandra:

Todas las familias tienen “secretos”, investiga el pasado de tus suegros, escrudiña en la vida de sus hijas y si no te atreves a escupirles sus verdades  a la cara, porque se nota que eres una cobarde, empieza a contarle a todo el mundo la vida íntima de esas personas que sin derecho se sienten superiores a ti.  Es importante que en la intimidad te quejes francamente con tu marido sobre el comportamiento de sus parientes y si persiste en la actitud de no defenderte, niégate a tener sexo con él hasta que cambie. No hay hombre que resista la ofensiva de las piernas cerradas.

Duque:

Antes que nada te felicito por tu columna. Déjame decirte que es lo primero que leo en cuanto tengo un ejemplar del ¡Oye Chiapas! a la mano. Te deseo muchos éxitos, tanto personales, como profesionales. Aprovecho tu espacio para solicitar amigas que deseen tener sexo con un hombre casado pero con mucha potencia y bien conservado. No busco amor, sólo placer. Saludos.

Archila

Arriaga

Querido Archila:

Gracias por escribir a este hospital, pero me parece que te quedaste corto en decir qué es lo que buscas y cómo eres. Si quieres que alguna lectora te escriba tienes que ofrecerle algo que llame su atención ¿no te parece? Aunque de todas maneras publico tu mensaje tal cual.

Duque:

Tuxtla me parece un lugar horrendo para vivir, no existe ningún atractivo ni ambiente cultural ni nada que se le parezca. El clima es sofocante, a causa del caño a cielo abierto existe una gran cantidad de mosquitos que además de molestos ahora resultan hasta transmisores de enfermedades propias de África ecuatorial. Por si fuera poco, los tuxtlecos son alzados, muy pagados de sí y desconocen lo que es la cortesía y la educación.

Nadia

Tuxtla Gutiérrez

Querida Nadia:

Si tienes esa opinión de nuestra ciudad y de nosotros mismos ¿qué haces aquí?  

Hola Duque:  

Te saludo primeramente, y quiero felicitarte por tu sección. Me gusta mucho, es una de las secciones que más me agradan. Quisiera, si tú me lo permites, por supuesto, decir a tus lectores que a veces me sorprende todo lo que la gente expresa de sus semejantes. Yo pienso que todos tenemos derecho a opinar, pero siempre sin lastimar u ofender a otros. He leído mensajes que me han dejado con la boca abierta. A la vez, quiero pedirle mil disculpas a todos los que lean esto, si alguna vez yo he llegado a ofenderlos o a humillarlos.

Edgar

Tuxtla Gutiérrez

Querido Edgar:

Gracias por tus opiniones, pero creo que en lugar de escribir al Hospital del Alma debes ir a confesar tus pecados a la iglesia de tu preferencia, la culpabilidad te impide vivir tranquilo.

Querido Duque:

Estoy muy triste porque nadie ha respondido a los mensajes que he enviado al Hospital del Alma. No sé si no le intereso a nadie o nadie cree que exista alguien como yo. Soy muy complaciente en todo, me gusta servir y que me ordenen. Soy obediente y me dejo de todo y de todos.

Rafael

Tuxtla Gutiérrez

Querido Rafael:

Apenas y recuerdo tus mensajes, pero sinceramente he olvidado tus ofertas y tus deseos ¿podrías ser más explícito?, ¿buscas sexo o buscas chamba?