APUNTES Y RELATOS 22/03/17

Adiós Alejandra Barrales, ¿adiós PRD?

Por Antonio Betancourt

Por definición, un partido político es una entidad de interés público que promueve la participación de los ciudadanos en la vida democrática y contribuye a la integración de la representación nacional. En un partido, los individuos comparten intereses, visiones de la realidad, principios, valores y proyectos para alcanzar el control del gobierno o parte de él, y llevar a la práctica esos objetivos en común.

 

También contribuye a organizar y orientar la labor legislativa, articula nuevos intereses y preferencias de los ciudadanos, y es parte fundamental para estructurar el apoyo político a determinados programas socio-económicos. 

Lamentablemente ninguna de estas características posee ya el Partido de la Revolución Democrática (PRD), esa organización que fundaran destacados miembros de izquierda y luchadores sociales hace casi 30 años, y que hoy es menos que una representación popular.

Ningún partido en la actualidad sigue las directrices básicas al pie de la letra, pero es el PRD el que más ha defraudado a la sociedad mexicana. Nacido de la premisa de trasladar el poder al pueblo, se ha convertido en una cueva de ladrones que no solo buscan el poder por el poder mismo, sino que han hecho del saqueo e interés personal su bandera política.

Las traiciones entre las tribus, quienes nunca han logrado unirse en un mismo objetivo, son algo cotidiano, y lo tibio de sus liderazgos y el obtuso trabajo político han terminado por sepultar las escasas preferencias electorales.

En ese tono se mueve la dirigencia de Alejandra Barrales Magdaleno, un personaje con una carrera política mediocre, sin logros, sin ideas, que no logró cuajar proyecto alguno, y lejos de abonar a una solución que frene la crisis que los fragmenta y deshace, promueve la división que termina ahuyentando miembros de destacado peso político.

El conflicto con su coordinador en el Senado, Miguel Ángel Barbosa, quien pronto dejará el PRD para unirse a Andrés Manuel López Obrador, parecía una buena oportunidad para que la otrora líder sindical de sobrecargos de aviación mostrara sus cualidades conciliatorias —si es que las tiene—, pero desafortunadamente no fue así.

Si añadimos a este desastroso panorama la revelación de un departamento de lujo en Miami que adquirió la dirigente --que no declaro y que no concuerda con sus ingresos--, estamos entonces ante la estocada final de un partido que aunque tiene signos vitales, naufraga en un mar de egoísmos e ineptitudes.

Tanto Barrales como el PRD han perdido la ubicación de partido de izquierda que se supone surgió para luchar por la equidad y contra la injusticia, y será imposible que ambos salgan avantes de esta crisis.

PARA EL REGISTRO De las incoherencias del tirano Donald Trump y su familia. Mientras el mentiroso presidente de Estados Unidos busca cumplir una de sus promesas de campaña: que las empresas contraten a ciudadanos de su país y no a inmigrantes, su hijo Eric Trump busca llevar a 29 extranjeros para trabajar en su viñedo. De acuerdo con el periódico 'TheDailyProgress', el hijo del presidente estadounidense presentó su solicitud para contratar trabajadores a través del programa de visas H-2A, el cual permite a empleadores agrícolas contratar a extranjeros ante escasez de trabajadores nacionales. Gracias. Hasta mañana.

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