HOSPITAL DEL ALMA 21/03/17

Por El Duque de Santo Ton

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Querido Duque de Santo Ton:

Me gustaría mucho escribir en el periódico ¡Oye Chiapas!, pero no sé cómo hacerle para que consideren esa posibilidad. Yo soy el mejor periodista de sociales y espectáculos que hay en Chiapas y obtuve el puntaje más alto en el examen de admisión del Tecnológico de Monterrey, aunque en realidad estudié en la Balún.

 

Emilio

Tuxtla Gutiérrez

Querido Emilio:

Incluso teniendo tan ponderables virtudes, la verdad es que yo tampoco sé cómo.

Duque:

Quisiera verte en persona, porque ahí donde trabajas hay una persona que filtra toda tu información y dice qué día vas a publicar tal o cual cosa.

Ándalo

Tuxtla Gutiérrez

Querido Ándalo:

¿Y para eso quieres verme en persona?

Duque:

Mi mamá y mi papá se divorciaron hace como cinco años, y mi mamá estuvo alegando para yo me quedara a vivir con ella, porque mi papá quería que yo también me fuera con él. Al final, me quedé a vivir con mi madre, pero desde que nos quedamos solas, ella se volvió una histérica que nunca se arreglaba y que se la pasaba tomando vodka todo el día y nunca hacía la comida ni nada, hasta que conoció a un señor bastante guapo, con el que empezó a salir y a tomar. Al principio se daban besos en la sala y mi mamá me mandaba a mi cuarto, pero ahora el señor ya vive en la casa y también se la pasa echando trago con mi mamá todo el día. Duermen juntos y cuando están borrachos, él orina con la puerta del baño abierta sin tener respeto por mí y a veces hasta anda en trusa por toda la casa con una caguama y un cigarro de marihuana en la mano. A mí me da miedo porque como yo ya tengo catorce años, a veces creo que el tipo quiere tener algo conmigo.

Alicia

Tuxtla Gutiérrez

Querida Alicia:

Cuéntaselo todo a tu padre, pero añade detalles más morbosos para que se arme en serio.

Querido Duque:

Supe que alguien te pidió el correo electrónico de una señora muy ardiente, pero no he podido conseguir ese periódico donde salió. Era una señora insatisfecha que te escribía cosas muy morbosas y yo quisiera tener contacto con ella ¿me podrías dar el correo?

Felipe

Tuxtla Gutiérrez

Querido Felipe:

No sé a quién te refieres, pero yo no soy alcachofa de nadie.

Duque de Santo Ton:

Mi hermanita es tres años menor que yo, y me considera una retrasada mental. Dice que ya no es virgen y que ha tenido relaciones sexuales con muchos niños de su salón. Yo sigo siendo señorita a mis 18, y no sé cómo ayudar a mi hermana de 15. Dime.

Sofi

Tuxtla Gutiérrez

Querida Sofi:

No entiendo en qué quieras ayudar a tu hermana, porque una vez que se pierde la virginidad, se pierde para siempre. Tal vez estaría bien que la acompañaras a visitar a un ginecólogo porque una mujer sexualmente activa requiere consejos y revisiones médicas, independientemente de la edad que tenga, además de que debe conocer los métodos profilácticos que existen para prevenir enfermedades y para el control de la natalidad. 

Duque de Santo Ton:

Quiero ofrecer mis servicios de acompañamiento, tanto para hombres como para mujeres. Soy todo un profesional y la satisfacción es garantizada. 

Rafael

Tuxtla Gutiérrez

Querido Rafael:

No entiendo cómo se pueda ser profesional en la putería.

Duque:

Estoy enamorado de una de mis alumnas de la universidad, y he notado que ella no me ve con malos ojos. Ella, además de guapa, es muy inteligente por lo que pienso ponerle una calificación reprobatoria, para que cuando venga a reclamarme podamos entrar en contacto y tal vez de ahí pasemos a la cama ¿qué te parece mi táctica?

Mario

Tuxtla Gutiérrez

Querido Mario:

Es inconcebible cómo teniendo tan poca ética puedas dar clases en una universidad. Para empezar es una aberración fijarte sexualmente en tus alumnas, pues ellas tienen una relación de jerarquía contigo que la las vuelve vulnerables. Si a eso le agregas el poner trampas para que caigan en tus redes, lo único que puedo decirte es que deberías estar en la cárcel y no al frente de un grupo de estudiantes. 

Querido Duque:

En la televisión pasaron un programa sobre una presa del penal de Santa Martha, que está sentenciada por haber sido narcotraficante satánica. La acusan de conductas muy aberrantes como el canibalismo y la necrofilia, y yo no creo que haya sido capaz de hacer algo así, pero me acordé del caso de “La Mataviejitas”, esa señora que se dedicaba a asesinar ancianas. Según la nota roja, “La Mataviejitas” era luchadora profesional y fingía ser enfermera antes de ahorcar y destazar a sus víctimas. Si yo fuera productora de cine o escritora, ya hubiera hecho una obra sobre “La Mataviejitas” porque es un caso único en la historia del crimen a nivel mundial ¿te imaginas a una luchadora vestida de enfermera asesinando viejitas?

Marcela

San Cristóbal

Querida Marcela:

La mente humana no tiene límites y busca satisfacción donde menos uno se lo imagina. No es la primera vez que los viejos son objeto de sentimientos de amor-odio en personas enloquecidas. Para los nazis, la edad avanzada de ciertos judíos era un pasaporte inmediato y sin escalas a la cámara de gases y a la muerte. Para los griegos, la edad avanzada era un privilegio motivo de culto.

Querido Duque:

Si tuvieras que escoger entre vivir decentemente con el amor de tu vida (sin dinero) y en convertirte en objeto sexual (con todo el dinero que se te antoje gastar) ¿qué escogerías?

Clara

Tuxtla Gutiérrez

Querida Clara:

Siempre me iría del lado del dinero. Sin él no se puede ser feliz.

Duque:

Mi esposa y yo nos encontramos a una pareja de tuxtlecos en el aeropuerto Charles De Gaulle de París, un matrimonio de esos muy presumidos, y nos saludamos con cierto afecto y hasta nos tomamos juntos unos tragos que yo invité. A la hora de la verdad no les quedó más remedio que confesarnos que iban a tomar el mismo vuelo de Air France que nosotros con destino a la Ciudad de México para después conectar con un vuelo de Aeroméxico para Tuxtla; pero a diferencia de nosotros, ellos tenían boletos de clase turista. Mi señora y yo, como siempre, viajábamos en primera clase. Desde ese momento los sentí como avergonzados, sobre todo, cuando apoltronados en nuestros cómodos asientos forrados de piel los vimos desfilar con el resto de los pasajeros que tenían boletos de “coach”. Ya en el aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México no nos dirigieron la palabra ni en el vuelo de Aeroméxico ni en el aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez, pero oye Duque ¿yo qué culpa tengo de poder pagar lo que me gusta?   

Memo

Tuxtla Gutiérrez

Querido Memo:

Dada nuestra idiosincrasia chiapaneca, estoy seguro de que a esa pareja le ha de haber resultado muy incómodo viajar en “coach”, mientras ustedes disfrutaban de la primera clase de Air France que, como todos sabemos, es la mejor del mundo. Siento que al matrimonio ese le faltó un poco de clase para ocultar su malestar, pues, no por un viaje en clase turista van a dejar de ser quienes son, y no por viajar en primera clase a ustedes se les va a quitar lo indio, no sé si me explico. El asunto es no demostrar que estás vencido, aunque ya te hayan tumbado a hachazos. Y tú tampoco debes demostrar soberbia por la desgracia ajena y el bienestar propio, pues la vida es un tobogán, a veces arriba y a veces, abajo.