En la Mira 20/01/17

Por Héctor Estrada

El inútil aumento al salario mínimo 

Como se advirtió, entre la inflación, los masivos recortes laborales, los programas de austeridad y las reducciones a muchos salarios, el tan “cacareado” aumento al Salario Mínimo aplicado por el gobierno de Enrique Peña Nieto terminó convirtiéndose en una medida inservible e inútil que ningún efecto positivo ha tenido en los bolsillos de los mexicanos.

 

Y no es para menos, con el aumento en el precio de la gasolina y los reajustes presupuestales a partir del 1 de enero de 2017, el propio Banco de México pronosticó que la inflación durante todo el presente año sufrirá un importante repunte; una escalada de precios y crisis que ha comenzado a hacerse efectiva desde los primeros días de enero.

De esta manera, aun cuando en diciembre se anunció un aumento al salario mínimo (que pasó de 73.04 a 80.04 pesos), el poder adquisitivo de las familias mexicanas ha registrado un fuerte desplome durante las últimas semanas. En entidades como Chiapas la situación parece agudizarse más con la serie de medidas gubernamentales carentes de sensibilidad social.

De acuerdo a datos sobre salario mínimo, inflación y precios de productos básicos registrados por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, el poder adquisitivo de los mexicanos se ha reducido en un 11.1 por ciento,  sólo en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto (2013-2016).

Según el registro de precios en México de finales de 2016, cuando el salario mínimo era de 73.04 pesos, la Canasta Alimenticia Recomendable, que incluye alimentos para una familia de hasta dos adultos y dos menores, tenía un costo acumulado de 218.06 pesos por día. Esto quiere decir que un trabajador que gana el mínimo sólo podía comprar un 33% de los alimentos básicos necesarios, y hoy las cosas están peores.

En enero de 2013, cuando Peña Nieto tomó protesta como presidente de México, el salario mínimo era de 64.76 pesos y la Canasta Alimenticia tenía un precio de 171.86 pesos. Así, aunque en términos nominales hay un aumento de 12.8% en el salario mínimo, como los precios incrementaron hasta el cierre del año pasado en un 26.9% debido a la inflación, en realidad, alcanza para menos.

En Chiapas la situación apunta a ser más complicada para miles de familias que ahora ni siquiera cuentan con una fuente de ingresos. Los recortes laborales y la reducción de salarios perfilan a convertir el 2017 en uno de los años más complicados por la población chiapaneca, donde la economía no ha podido recuperarse desde hace al menos cuatro años.

El pésimo desempeño gubernamental para garantizar la paz social y el fracaso de las políticas públicas en materia de desarrollo económico tienen sumida a la entidad en uno de sus peores momentos. El gobierno de Manuel Velasco ha fijado sus objetivos en el enriquecimiento de cúpula y la planeación sistemática para garantizar la continuidad de su equipo de trabajo dentro del gobierno del estado a costa de los que sea, incluso del pueblo de Chiapas.