Punto de Cruce: La Biodiversidad de Chiapas... (3)

La Biodiversidad de Chiapas como Corazón de Mesoamérica

Por Froilán Esquinca Cano

Esta estrategia ganó muchos adeptos ya que ofrecía una amplia gama de actividades conservacionistas y de desarrollo sustentable, estas incluyen: protección de parques, manejo de zonas de amortiguamiento, planeación regional, empresas privadas de exportación de productos agrícolas sustentables y otras que fueron respaldadas por los 8 gobiernos mesoamericanos ya que provee un Marco Lógico para la planeación de la conservación dentro de sus países y fronteras y porque las organizaciones internacionales han expresado un sólido respaldo por el concepto en la forma de asistencia técnica y financiamiento. Al mismo tiempo, el Corredor Biológico Mesoaméricano, se encuentra basado en fundamentos científicos muy consistentes ya que realmente Mesoamérica, juega un papel importante como puente entre el Norte y Sudamérica con las regiones biogeográficas Neártica y Neotropical, concibiendo el mantenimiento de una galería de hábitats para especies desde Panamá hasta México y la conservación del corredor de diversidad biológica más importante del hemisferio, que permite el flujo de germoplasma de formaciones de plantas y animales, garantizando así la evolución biológica.  Esto se encuentra soportado por una red de investigadores e instituciones que garantizan el conocimiento y uso sustentable de la biodiversidad como el Instituto Nacional de Biodiversidad de Costa Rica (INBIO) y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).

El punto de partida es la relación que se establece entre zonas pobres y marginadas con medio ambiente degradado. Estas zonas se caracterizan por estar habitadas por indígenas y grupos vulnerables.

En México, diferentes investigadores e instituciones han propuesto una serie de regionalizaciones del territorio con el fin de abarcar y entender los diferentes ecosistemas que se presentan en el país.  El vínculo existente entre diversidad cultural y biológica confirma la necesidad de reconocer el rol fundamental de toda la población en la promoción del desarrollo sustentable en Ecoregiones de alto valor nacional y global.  Se estima que 97% de las Ecoregiones de mayor valor en el mundo están habitadas por grupos etnolinguísticos minoritarios.

En el continente americano el 64.5% de los grupos étnicos reconocidos habitan Ecoregiones con alto valor global.

La población indígena en México puede alcanzar hasta un 12% de la población total, de acuerdo a estudios realizados por diversas instituciones, se tienen identificados en México a 62 idiomas indígenas que superan 100 variantes dialectales.

Como vemos, se han desarrollado varias metodologías para clasificar al medio natural de México, a través de criterios diversos, teniendo en su mayoría un rasgo común, que la mayoría toma como base el tipo de vegetación. Sin embargo, para realizar una evaluación del estado de conservación de el tipo de vegetación. Sin embargo, para realizar una evaluación del estado de conservación de América Latina y el Caribe, un grupo de especialistas desarrolló un sistema jerárquico de regiones naturales terrestres, distinguiéndose 5 tipos principales de habitats y estos a su vez divididos en un total de 191 Ecoregiones.

Para efectos de un mayor entendimiento a lo largo de este texto, es importante definir el concepto de Ecoregión, siendo está, un ensamblaje geográficamente definido, constituido por comunidades naturales que: a) comparten la gran mayoría de sus especies y dinámica ecológica; b) tienen condiciones ambientales similares, y c) sus interacciones ecológicas son críticas para su persistencia a largo plazo. Esto implica que sus límites no corresponden con los límites geopolíticos, ni a los límites de un área boscosa, sino más bien, a factores biogeográficos.

Una Ecoregión es una unidad viable de conservación y es aquí donde el concepto de manejo integrado se vuelve fundamental y el enfoque participativo se convierte en el medio más eficaz para alcanzar consensos duraderos respecto a los recursos naturales. Sin embargo, para que esto ocurra, los interesados y los funcionarios de las agencias de desarrollo regional, gobiernos locales y estatales, deben reconocer que la sustentabilidad de los recursos naturales es un problema que abarca más de su ámbito geográfico y que todas las partes deberán compartir tiempo, recursos y gestiones para el bien común.

Con el fin de priorizar las regiones de trabajo para la conservación e implementar acciones que permitan mantener los recursos hídricos y garantizar la permanencia de importantes ecosistemas terrestre, se definieron regiones prioritarias hidrológicas, donde se identifican las cuencas. Ya que la cuenca, sea en forma independiente o interconectada con otras, es reconocida como la unidad territorial más adecuada para la gestión integrada de los recursos hídricos. Se crean mayores situaciones de conflicto con relación al aprovechamiento de agua en lugar de evitarlas, minimizarlas o solucionarlas.

La validez de usar el espacio conformado por una cuenca o cuencas interconectadas, como territorio base para la gestión integrada del agua ha sido enfatizada y recomendada en todas las grandes conferencias internacionales sobre los recursos hídricos (CEPAL, 1998c). Así, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua (Argentina, 1977), se recomendó que los países considerarán, como cuestión urgente e importante, el establecimiento y fortalecimiento de direcciones de cuencas fluviales, con miras a lograr una planificación y ordenación de esas cuencas más eficientes e integradas respecto de todos los usos del agua. En la conferencia Internacional sobre el Agua y el Medio Ambiente “El Desarrollo en la Perspectiva del Siglo XXI” (Dublín, Irlanda, 1992), se recalcó que la “Gestión eficaz establece una relación entre el uso del suelo y el aprovechamiento del agua en la totalidad de una cuenca hidrológica o un acuífero y que la entidad geográfica más apropiada para la planificación y gestión de los recursos hídricos es la cuenca fluvial”.