¿Requiere México una nueva Constitución?

Segunda parte

 

Por: Mtro. Julio César Cué Busto

 

Teniendo como realidad actual que nuestra Constitución es de las llamadas incompletas, esto porque se dificulta la confrontación de ésta con las leyes secundarias o reglamentarias, en el caso de que exista.

 

En otras ocasiones nos enfrentamos a artículos demasiados extensos en donde tenemos que los parámetros de legitimidad constitucional de nuestro universo jurídico son exageradamente dispares y por eso queda claro que padecemos una constitución incompleta.

Se está viviendo hambre en muchas partes del territorio nacional, pues ya sabemos que toda cantidad o adjetivo, atribuido a los que viven en la miseria extrema, es reducido con lo que se pudiera asegurar como cantidad verdadera o fuera de toda duda, considero que la cantidad de mexicanos que viven de manera paupérrima, es superior a las cifras que manejan los organismos oficiales o no oficiales, aunque en alguna forma estén alcanzando sus metas.

Basta observar como algunos de nuestros conciudadanos se ponen a revisar los depósitos de basura, para recuperar algo comestible, hasta donde sea posible, para saciar el hambre de ellos y de su familia, eso es la verdad y no hay que espantarse, hay que reconocerlo.

Otro punto importante en México que ha cobrado auge en nuestros días es la prostitución infantil, se empezó a hacer camino hace décadas, y los menores han descubierto que prestándose a “servicios sexuales”, pueden sobrevivir en esta sociedad que les niega la posibilidad de alimentos y sobrevivencia.

Observando que inclusive se les pudiera catalogar como menores que aparentemente saben lo que hacen pero que no tienen otro recurso de manutención, esto lo vemos claramente en los llamados niños de la calle.

Insisto no se debe de espantar la ciudadanía, puesto que no hacen nada la misma para remediar esa situación. Esto no es inventado, basta ir a la Plaza principal de la ciudad de Tapachula para ver el movimiento descarado de la prostitución infantil, o en los famosos Portales del centro de la ciudad y Puerto de Veracruz, para observar como descaradamente niñas o niños con el disfraz de vendedores de chicles también se prostituyen.

Es desastroso tener que estar en una sociedad sin conciencia, en donde las personas de edad avanzada y que no tienen recursos para sostenerse, tienen que pedir limosna en las calles, sin dejar de lado también el problema real de los retrasados mentales que pululan en las calles, sin ningún control por parte de las autoridades de todos los niveles, pues querer dar competencia gubernativa por clasificación a los efectos de la miseria que impera en nuestro país, es un error garrafal, la responsabilidad es de todos.

Existen infinidad de parámetros para descubrir la dificilísima posición económica de una gran parte de la población de México y eso es real, como lo es ver madres cargando sus bebes en los camiones de transporte urbano, cantando para pedir una ayuda económica.

No nos engañemos, hay un alto muestrario de nuestra población, que vive de la limosna, entre ellos niños arrastrándose entre pedacería de vidrios haciéndole de noveles faquires o payasitos, a todos ellos la pregunta sería ¿les funciona la constitución actual?

De eso se compone una parte vulnerable y olvidada de nuestra población, por supuesto hay muchas más, y en la mayoría se observa la corrupción en todo su apogeo, qué hace la sociedad para evitar todo eso que es cotidiano en nuestro vivir, qué hacen nuestras autoridades, tanto ejecutivas, legislativas y judiciales, en todos los niveles, la sociedad en su conjunto. No hace nada, esa es la cruda realidad, los esfuerzos, ni siquiera pueden quedar en esa denominación de esfuerzo.

Maneja el Dr. Diego Valadés, con una sencillez dogmática, la necesidad de imponer controles al poder político constituido en México, manifestando en su libro El Control del Poder “Falta, empero, un nuevo esfuerzo constructivo para explicar el fenómeno del poder en todas sus manifestaciones, lo que sólo podrá realizarse cuando se enuncie una teoría general del Estado, el derecho y la democracia. En este punto, desde luego, será necesario examinar la interacción entre los controles políticos, jurídicos y sociales. Se trata de un amplio espacio para la reflexión al que deberá acompañar la definición de un nuevo instrumental de controles constitucionales.”

El tema que expuso en su amplia vida académica, así como en uno de sus libros el Dr. Carpizo sobre el dilema entre el Presidencialismo o Parlamentarismo, en el sentido de cuál es la mejor opción para México, nos manifestó que “existe actualmente preocupación o profunda preocupación por diversos temas políticos-constitucionales, en algunos sectores de la sociedad mexicana. Uno de ellos se refiere al sistema de gobierno: si de nuestro presente sistema presidencial debemos transitar a uno parlamentario. Es decir, existe la inquietud real de conocer si nuestro sistema presidencial es el más adecuado para el México de hoy y para el de los años venideros.”

 

Los académicos nos ilustran sobre las diversas posibilidades políticas de organizar un gobierno, y a veces dan su punto de vista, de cuál sería lo ideal para el México contemporáneo, lo que debe quedar claro es que la decisión de elegir el cómo queremos ser gobernados, es una decisión mayoritaria y como tal se debe tomar consultando a todos los mexicanos.