HOSPITAL DEL ALMA 14/10/16

Por El Duque de Santo Ton

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Duque:

Llevo casada 30 años pero cuando mi marido, que pasa de los 50, se toma unas copitas de más, se siente todo un galán de telenovelas,  comienza a coquetear con cuanta muchacha se le pone enfrente.

Está viejo, pero no es feo y se viste muy bien, se le nota el dinero, así que muchas coscolinas jalan con él. Yo, que no soy pendeja de nadie,  ya le puse un hasta aquí, pero siempre me sale con que no se acuerda de nada y así.  Hace poco fue a la boda de una de sus primas en Ocosingo, a la que yo no pude asistir, pero llegaron a mis oídos que estuvo bailando toda la noche con una enfermera. Lo encaré y me dijo que era una prima y que no pensara mal. ¿Qué hago?

Laura

Tuxtla Gutiérrez

Querida Laura:

Después de 30 años de casados no creo que ni tu esposo ni tú se sientan atraídos sexualmente el uno por el otro, así que deja que el hombre viva su crisis de la edad madura. Trata de conquistar a las muchachas porque eso lo hace sentir que todavía puede hacerlo, pero tú bien sabes que si le hacen caso es por su dinero. No tiene caso tirar por la borda un hogar sólido por boberías, a menos que a ti también se te antoje juguetear con  niños en la cama, en cuyo caso lo mejor sería que cada uno se fuera por su lado a vivir lo que no vivió en su tiempo. 

Duque de Santo Ton:

Mi mejor amiga estaba a punto de casarse, pero terminó con su novio antes de la boda y entonces él me busco a mí para que yo intercediera, pero acabamos en la cama, primero, y enamorándonos, después. Es un muchacho realmente lindo y muy cumplido. Me propuso matrimonio a mí y yo acepté, pero cuando se enteró mi amiga me hizo un gran escándalo y hasta me aventó una copa de vino en la cara una vez que nos encontró en un restaurante. Yo no sé qué le pasa a la tipa si ellos ya habían terminado. Estoy muy enojada por la humillación y no sé cómo desquitarme.

Lourdes 

Tuxtla Gutiérrez

Querida Lourdes:

Aunque tu amiga ya hubiese terminado con su prometido, tú eras su confidente y no debiste haberte involucrado con el ex novio pues abusaste de su fe. Tal vez si antes de pasar a la acción le hubieras preguntado a ella si no tenía inconveniente, no hubieras terminado por parecer la zorra que seguramente todos piensan que eres. Mejor ya no hagas nada que, al fin y al cabo, ya pescaste marido.

Querido Duque:

Mi esposo siempre fue un hombre muy piadoso, incapaz de faltar a misa. De hecho era tal su gana de ayudar a la gente en el nombre de Dios, que se involucró con unas misiones que dirigía una monja cuarentona, que era hija de una rica familia de empresarios de la Ciudad de México. Poco a poco a él le tocaba hacer más cosas y como es tan guapo y encantador, lo usaba la monja para que consiguiera recursos para su asociación. Una vez, la monja le dijo a mi esposo que tenía que acompañarla a Monterrey para platicar con unos posibles benefactores. Cuando regresaron a Tuxtla, mi esposo, entre lágrimas y pidiéndome perdón, me contó que la monja lo hizo quedarse en el mismo cuarto de hotel con ella en Monterrey, y que casi lo obligó a tener sexo todo el tiempo que estuvieron allá. Me decía que estaba en pecado mortal, que Dios no lo iba a perdonar, pero yo lo tranquilicé diciéndole que si estaba arrepentido Nuestro Señor tendría clemencia con él, porque Dios es amor, no venganza.

Silvia

Tuxtla Gutiérrez

Querida Silvia:

Sobre el destino que Dios tenga deparado para el alma de tu marido por tener sexo con una monja no puedo opinar, porque, después de todo, no creo que la monja lo haya obligado con una pistola a bajarse los calzones. Ahora, eso del arrepentimiento no me deja muy convencido porque en lugar de llorar por su falta hubiera sido más fácil vencer la tentación. En fin, que Dios lo perdone y perdónalo también tú, porque, en estos tiempos y con tanta mezcolanza, no creo que te vaya a ser muy fácil encontrar a otro marido “guapo y encantador”.

Señor Duque:

Uno de mis sueños más queridos era viajar a la Ciudad de México para conocer Chapultepec, La Feria, la Basílica, SixFlags México, la Torre Latinoamericana, el Metro y esas cosas bonitas que vemos en la tele. Lo malo es que cuando mi hermanita y yo nos subimos al Metro había muchísima gente, no te imaginas cuanta, nunca había visto tantos apretujones. Yo casi no podía respirar y sentía el calor y el sudor de los demás cuerpos. En eso, un bulto duro, duro se empezó a restregar sobre mi trasero. Horrorizada, me di cuenta de que era el pene de un pasajero que viajaba atrás de mí. Empecé a insultarlo, pero el hombre no dejaba de hacer sus cochinadas. En cuanto llegamos a la siguiente estación y se abrieron las puertas, el señor salió corriendo y antes de hacerlo me dio una cachetada para humillarme. Yo estaba que me moría de tanto llorar y mi hermanita estaba espantadísima. Lo peor es que al llegar a nuestro destino, me di cuenta de que con mi pudor, el agresor se llevó también todo nuestro dinero, que yo llevaba en un monederito en la bolsa trasera de mi pantalón. No vuelvo a ir al Distrito Federal, te lo juro.

Lilia

Tuxtla Gutiérrez

Querida Lilia:

Eres muy dramática ¿total? el hombre no te hizo nada que no se pueda olvidar, salvo robarte tu dinero. A lo demás no le des importancia y regresa a la Ciudad de México cuantas veces quieras, pero, por favor, sé más maliciosa y no demuestres que eres provinciana porque podrías volver a tener una experiencia igual de fea o peor.

Señor Duque:

Lo que pasa es que hace un tiempo yo vivía en Tuxtla, ya ve que una quiere prosperar y en la capital del estado siempre hay más oportunidades. El caso es que yo rentaba un cuarto en la “24 de junio” y al poco tiempo conocí a un chavo que se hizo pasar por una buena persona, y me dijo que para que no pagara yo renta me fuera a vivir con él y con su prima, ahí mismo en la “24 de junio”. Para no hacértela larga, acepté y los primeros días la convivencia era muy bonita, de buenos amigos, pero luego me di cuenta de que ellos tomaban mucho y me orillaron a lo mismo. Pero un día empezamos a tomar y no te miento, después de la segunda copa todavía me sentía bien, pero luego el muchacho me dio otra copa más, y de ahí perdí el sentido. Cuando volví en mí, tenía al hombre encima y me estaba haciendo el amor. Entraba y salía de mi cuerpo con violencia, y cuando notó que abrí los ojos me preguntó “¿te gusta cómo te lo hago?” Pero yo no sentía nada, sólo mucho sueño. Al día siguiente le pregunté al hombre que qué había pasado, y él me respondió que nada, que estaba yo loca. Sin embargo, él se fue del cuarto en el que vivíamos y yo empecé a sentir mi cuerpo diferente, ya no era yo la misma. Entonces le platiqué a la señora donde yo trabajaba, y ella me dijo que me habían violado. El caso es que ahora, que ya me regresé a vivir a La Concordia, tengo un novio al que quiero mucho, como no tienes una idea. Por eso mismo le dije que me violaron cuando vivía en la “24 de junio”, pero nunca que le dije que yo vivía con ese tipo y yo creo que si se entera me va a cortar. Tengo miedo de perderlo ¿qué hago?

Tony

La Concordia

 

Querida Tony:

Tienes miedo a confesar a tu novio que el hombre que te violó fue un tipo que vivía en el mismo cuarto que tú, tal vez porque en el fondo el violador te gustaba, pero en realidad no tenías sexo con él, y se aprovechó de tu embriaguez para abusar de ti. Si ya le dijiste que te forzaron, no creo que sospeche de ti por haber dormido bajo el mismo techo. Mira chula, en estos casos lo mejor es no andarse con cuentos y decir la verdad pelona para que puedas dormir tranquila.

Querido Duque:

Yo viajo mucho a Europa vos, pero en lugar de acostumbrarme al “jet lag”, cada vez me pega más duro. A mí me encanta ir a París y de hecho me quiero ir a vivir para allá, pero mientras lo hago, seguiré viajando ¿cómo le hago para combatir el “jet lag”?

Herlinda

Tuxtla Gutiérrez

Querida Herlinda:

El “jet lag” es una mezcla de cansancio y otros síntomas provocados por un viaje en el que se cruzan distintos usos horarios. Nuestro organismo no está programado para pasar violentamente del día a la noche y viceversa. La acción de la luz del sol, sobre todo la melanina, atraviesa los neurotransmisores, lo que puede provocar trastornos físicos agudizados por el propio cansancio que produce un viaje de estas características. Bebe mucha agua e intenta dormir durante el viaje. Come muchas veces y poca cantidad. Si puedes llevar frutas y verduras frescas, cómelas en vez de la comida que te sirven en el avión. Lleva ropa cómoda. Intenta pasear por el avión. Usa lentes de sol, así engañas a tu reloj interno. Cuanto antes te adaptes al nuevo horario, mejor. Algunos viajeros utilizan somníferos. No te recomiendo este tipo de remedio sin la autorización de tu médico. Algunas personas creen que el alcohol ayuda a dormir y lo toman durante el vuelo. Esto es un error, ya que además de deshidratarse más todavía, el alcohol afecta de forma negativa los ciclos del sueño y a la larga puede prolongar los síntomas del “jet lag”.

Querido Duque de Santo Ton:

Quiero terminar con mi novio. Me da pena porque sé que él está muy enamorado de mí, pero yo acabo de conocer a mi alma gemela, un muchacho soltero y de buena familia con quien quiero estar siempre, además de que cuando estamos en la cama me hace sentir que me transporta al Cielo. La verdad yo acepté a mi novio, al que quiero cortar, solo por pena, porque su ex novia lo había traicionado y yo también yo estaba sola, pero la verdad nunca me ha gustado, ni vestido ni encuerado. No estoy enamorada ni me atrae su físico, simplemente me da pena y quiero cortarlo, pero él soporta todos mis caprichos y no me niega nada. No sé hasta cuándo durará esta situación, ahora estoy saliendo y acostándome con los dos, pero no quiero que el muchacho que acabo de conocer se entere y termine dejándome y pensando lo peor.

Nerea

Tuxtla Gutiérrez

Querida Nerea:

Aunque suena excitante eso de tener dos parejas sexuales y una sea sumisa, mejor termina con tu novio para evitarte problemas. Vivimos en una sociedad que no soporta los excesos como el tuyo. Mejor quédate con quien te sientas a gusto.

Querido Duque:

Tengo un problema con mi esposo, que se ha vuelto demasiado desconfiado conmigo, al grado que me pidió eliminar mi cuenta de Facebook. Todo comenzó cuando un día un amigo comentó una de mis fotos con palabras bastante cariñosas y yo le respondí agradecida. Mi marido vio eso y se molestó mucho, además me pidió bloquearlo y eliminarlo de mis contactos que, a criterio suyo, buscaba más que una simple amistad. Eso no quedó ahí, pues después me dijo que eso era una puerta abierta para que lo engañe y me exigió que cierre mi cuenta de Facebook. ¿Qué hago?

Rebeca

Tuxtla Gutiérrez

Querida Rebeca:

Aclararle a tu esposo que no puede controlar tu vida, que  debe confiar en ti, pero si sigue de necio mejor cancela tu cuenta de Facebook, que es solo sirve para perder el tiempo  y no vale la pena que arriesgues tu matrimonio por algo tan estúpido.