Ciencia y Tecnología

 

 

Cada vez que haya en nuestro país un acontecimiento que tenga que ver con la Ciencia y la Tecnología, tengan por seguro que este periódico y su editorial habrán de dar cuenta del suceso.

 

Lo hará porque los que pergeñamos este inter diario que aparece ya los lunes, miércoles y viernes, que pronto habrá de ser diario, estamos convencidos que el futuro de la Nación habrá de descansar en estas dos disciplinas que nos darán herramientas de alta competitividad para con las naciones que se miden con nosotros.

El desenvolvimiento de la Ciencia y la Tecnología en nuestro país representa la parte final de una cadena de interrelaciones educativas que se inician desde el SENDI, desde el jardín de niños, en donde arranca la cadena de formación real del futuro científico o técnico mexicano que habrá de enfrentarse ante la competencia de verdad en un mundo actual de alto desarrollo e innovación que agrega todos los días conocimientos nuevos al servicio de la transformación de lo que nos rodea para darle al ser humano una mejor forma de vida.

Por eso es tan importante esa cadena formativa y por eso es importante la puesta en marcha de la reforma educativa que pretende, entre otras muchas cosas, capacitar profesionalmente a los educandos para poder llegar al resultado esperado: que el estudiante de enseñanza básica, media, media superior y superior esté bien preparado, que redunde en la formación profesional del futuro nacional, depositado en los que habrán de ser los profesionales que lleven las riendas del país.

El lunes pasado, el Presidente Peña Nieto entregó el Premio de Investigación de la Academia Mexicana  de Ciencias. Resaltó el primer mandatario el compromiso del gobierno de la República con la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Dijo Enrique Peña Nieto estar comprometido en transformar a México en una sociedad del conocimiento. “Estamos promoviendo, dijo, la generación y utilización del conocimiento, particularmente de carácter científico, para acelerar el desarrollo integral del país. Por ello, “más del 30% de las líneas de acción del Plan Nacional de desarrollo está sustentado en la Ciencia, la Tecnología y la Innovación”, afirmó el Presidente de la República.

Daba gusto ver en la entrega de los premios a un sinfín de muchachas y muchachos mexicanos, todos formales y bien presentados, todos jóvenes, galardonados con el premio que otorga la Academia Mexicana de Ciencias. Todos con un futuro promisorio por delante; todos doctores; todos miembros del Sistema Nacional de Investigación en donde la mayoría de ellos, sin duda, son egresados de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional. No dudamos en decir que en ellos está el futuro de México. Nos imaginamos dentro de una década o dos, con muchos otros jóvenes más, especializados en las universidades del mundo en Ciencia y Tecnología de punta, trabajando para nuestro país en proyectos fundamentales para el desarrollo nacional. Ese es el México que queremos. Un país con una juventud bien formada, capaz de sostener el futuro del país y la competitividad necesaria.

 

Se fueron dos grandes

 

Partieron el mismo día. Vivian separados por miles de kilómetros, en diferentes continentes pero unidos en lo fundamental, en pensar acerca del hombre y su futuro.

Uno, Gunter Wilheim Grass, escritor y artista alemán, galardonado con el Premio Nobel de Literatura, así como con el Premio Príncipe de Asturias.

Otro, Eduardo Germán María Hughes Galeano, Eduardo Galeano, nacido en el seno de una familia acaudalada de migrantes italianos cristianos, fue un gran  escritor y periodista Uruguayo, el primer gran retratista de la desigualdad en América latina través de su libro, ya clásico: Las Venas abiertas de América Latina, un extenso ensayo escrito en 1971 en donde analiza al continente Latino Americano desde los colonizadores hasta la época contemporánea. Galeano se centra en la destrucción de los recursos naturales y las consecuencias políticas que trae consigo.

Gunter Grass, hijo de un protestante y de una católica pero educado bajo el rito cristiano, nació en Ciudad Libre de Danzig, que perteneció a Polonia y murió hace algunas horas en Lubeck, Alemania. Llamó muy fuerte la atención como escritor con su novela  El tambor de hojalata que da cuenta de su infancia en la Alemania, novela por cierto que la cinematografía la convirtió en película clásica alemana de gran éxito de taquilla, todavía. Otras novelas de la misma época: El gato y el ratón y Años de perro, también describen la vida alemana en la segunda mitad del siglo pasado.

Eduardo Galeano fue un extraordinario periodista. Empezó el oficio desde que era un adolecente, haciendo caricatura política con el seudónimo de Gius que lo conservó siempre en su oficio de monero. Dirigió prácticamente los mejores diarios de su país, de los que tuvo que salir al exilio, primero a Argentina, luego a Cuba y a España por sus convicciones de izquierda y por la época en los que los dirigió que fueron época de dictaduras. Dirigía el influyente semanario Marcha que tuvo que abandonarlo para salir por el Río de la Plata al exilio argentino so pena de ser pasado por las armas a manos de la dictadura. En Argentina dirigió la revista Crisis que la tuvo que abandonar porque los escuadrones de la muerte lo condenaron.

Gunter Grass ha sido un escritor fundamental en la vida literaria y civil de Alemania y de Europa tras la segunda gran guerra. Fue notable su participación en el Grupo 47, que aglutinó a jóvenes escritores alemanes destacadísimos que se reunían dos veces al año a leer fragmentos inéditos de sus obras, enfrentándose a la crítica de sus colegas. Este grupo 47 y sus críticas dieron voz incluso en Europa, a una nueva generación de escritores. Grass tuvo una actividad intensa política durante toda su vida. Criticó con dureza la represión de obreros en la Alemania del Este -RDA-, a comienzos de los años cincuenta: Los plebeyos ensayan la revolución, se llamó su libro al respecto. Siempre fue cercano al partido socialdemócrata y ayudó a Willy Brandt en sus campañas, registradas en su Diario de un caracol. Se opuso siempre, a la caída del muro,  a una unificación apresurada de las dos alemanias: Unificación insensata, se llamó su ensayo al respecto.

Eduardo Galeano recibió por la Universidad Veracruzana el Doctorado Honoris Causa. Fue un amante del futbol, al grado de escribir al respecto con especial pasión. Es el pionero latino americano de los narradores que incursionan por este deporte que enloquece al mundo, haciendo literatura de extraordinaria calidad.

Son pues, dos grandes que han partido a  otro lugar.

Lo significativo es que haya sido el mismo día.