Copa América: cómo Uruguay se convirtió en la pesadilla del fútbol argentino

(BBC)
 

El fútbol uruguayo y el argentino son una pareja que va de la mano desde los albores del fútbol.

Sin entrar en cuestión de género, esta relación le ha dado personalidad y carácter al juego del balón a ambas orillas del Río de la Plata.

 

Por un lado está la magia argentina de Diego Armando Maradona y la de su heredero, Lionel Messi.

Del otro aparece la imponente figura de Obdulio Varela, su gran referente, el hombre que simboliza la garra del fútbol uruguayo.

La garra y la magia navegan entre Montevideo y Buenos Aires en mayor o menor medida, pero la manera de vivir la pasión del fútbol es la que termina por igualar a dos países tan diferentes en recursos naturales y población.

Esta noche saltarán ambos equipos a la cancha en La Serena, en un duelo por el grupo B de la Copa América, torneo en el que las estadísticas muestran una paridad total: 13 victorias para Argentina, 13 para Uruguay y cuatro empates.

En términos futbolísticos surge la pregunta de cómo puede un país de poco más de tres millones de habitantes plantar cara y superar a otro que cuenta con 40 millones de almas.

Más difícil de aceptar para Argentina es que ese David del balón sea la República Oriental de Uruguay, que ha sido su dolor de cabeza histórico y de vez en cuando reaparece como una espina para mortificar su fútbol.

La debacle de Santa Fe

Argentina llegó a su Copa América hace cuatro años con la obligación de ganarla, casi dos décadas después de haber celebrado su último título como selección absoluta.

Su empate en el partido inaugural contra Bolivia comenzó a pintar de celeste el horizonte, algo que se hizo realidad tras igualar contra Colombia y terminar segunda en la fase de grupos.

Fue inevitable la cita con Uruguay en cuartos de final, como lo fue el triunfo uruguayo en la definición por penales tras acertar todos sus tiros y aprovechar el fallo de Carlos Tévez.

Esa victoria en el estadio Brigadier General Estanislao López, en Santa Fe, allanó el camino para que la Celeste quedará en solitario como el país con más títulos del fútbol sudamericano, 15, uno más que Argentina.

Entre mundiales y olimpiadas

Según el sitio oficial de la FIFA, Uruguay y Argentina se han enfrentado en 180 ocasiones en partidos de la selección masculina adulta, con una ventaja para Argentina en el número de victorias (84 contra 55) y goles a favor (292 por 217 en contra).

Pero esta diferencia desaparece cuando nos concentramos en las fases finales de los torneos más importantes del calendario, como la ya mencionada Copa América.

En la Copa del Mundo, por ejemplo, ambos países suman dos títulos, mientras que en los enfrentamientos directos hay una victoria por lado.

Argentina la consiguió por 1-0 en 1986, previo al espectáculo de Maradona y el título conseguido en México.

La de Uruguay fue en la final del primer Mundial, en 1930, cuando remontó en el segundo tiempo para imponerse 4-2.

Ese partido se disputó cuando comenzaba a cambiar la balanza de poder en el Río de la Plata, después de una década de hegemonía charrúa.

En los 14 años desde la primera Copa América hasta el Mundial, Uruguay sumó seis títulos continentales por cuatro de Argentina, que fue la víctima en las seis finales ganadas por su clásico rival.

A esto se suma los dos títulos olímpicos que agregó Uruguay a su palmarés en 1924 y 1928, este último venciendo en la final precisamente a la Albiceleste.

Combustible futbolístico

Pero fue en esos años donde creció una rivalidad que se mantiene hasta hoy, en la que sobre un rectángulo y durante 90 minutos se miden 11 jugadores, de igual a igual, sin importar el tamaño del país o cuántos habitantes tiene.

El argentino Raúl Fain Binda, autor de "El Blog de Lalo" en BBC Mundo, se refirió a este histórico duelo.

"Yo siempre me sentí identificado con el fútbol uruguayo, de la misma forma en que me siento identificado con el pueblo de ese país", explicó reviviendo las diferencias y similitudes entre ambos países y su fútbol.

"Cuando hablo con un uruguayo tengo la impresión de hablar con un argentino más sereno, hasta 'provinciano': lo digo en el sentido positivo, yo soy provinciano".

"Y viendo a futbolistas uruguayos tengo una impresión semejante, aunque el uruguayo típico se diferencia porque es un cultor obsesivo de 'la garra' charrúa, algo natural si una nación futbolera de población reducida está rodeada por dos países gigantescos (entre Argentina y Brasil)".

Para Fain Binda el fútbol uruguayo no "es la espina que mortifica" al fútbol argentino, "sino una espuela que estimula, porque su presencia ha sido más positiva que negativa."

 

El partido de esta noche en la Copa América de Chile no tiene en principio la trascendencia de tantos duelos históricos entre Argentina y Uruguay, pero mientras el mundo del fútbol espera un triunfo del equipo liderado por Lionel Messi, hay tres millones y medio de voces que están confiadas en celebrar un gol con un grito que nace del alma "¡Uruguay nomá!".