Debaten cara a cara; faltan 41 días para la elección

El formato del segundo debate presidencial permitió que, por primera vez, los aspirantes confrontaran sus posturas frente a frente y ante un auditorio ciudadano

Nota y foto: Excélsior

TIJUANA.

Un pleito que fue subiendo de tono salió a relucir durante el segundo debate presidencial, cuyas preguntas fueron hechas por seis de los 42 ciudadanos asistentes al gimnasio de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).

 

Por primera vez, desde que se realizan debates presidenciales en México, los candidatos se confrontaron cara a cara en varias ocasiones.

El formato permitió que pudieran acercarse y no permanecer estáticos en su lugar y fue justamente en uno de los momentos en los que Ricardo Anaya se aproximó a Andrés Manuel López Obrador, que este último aprovechó para espetar: “¡Voy a cuidar mi cartera…. No vaya ser!”, situación que dejó al descubierto el pleito, ya cantado, entre ambos.

Después vinieron los calificativos que cada uno usó para referirse a sus contrincantes.

El ejercicio organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE) reveló las posturas de cada candidato en torno a la relación con Estados Unidos, el trato a los migrantes, la brecha salarial y las exportaciones.

Candidatos encaran debate más intenso

AMLO y Anaya se enfrascan en discusiones sobre inversión, comercio internacional, Atlanta y estudios; Meade critica a López por Nestora

Dividido por las preguntas de seis de los 42 ciudadanos ahí presentes, el segundo debate presidencial dejó al descubierto el pleito, ya cantado, entre Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya.

—¡Voy a cuidar mi cartera…. No vaya ser!, soltó el candidato de Morena cuando el abanderado del Frente PAN-PRD-Movimiento Ciudadano se acercó a entregarle una gráfica sobre la inversión en sus días de Jefe de Gobierno capitalino.

El independiente Jaime Rodríguez Calderón sacó enseguida el asunto de la familia del frentista:

—Tiene a sus hijos en Estados Unidos, lanzó el Bronco.

—Eso es falso, reviró Anaya.

Terminaba así el tramo correspondiente a la pregunta del joven Luis Ángel Amador Pérez, quien les pidió a los cuatro candidatos explicar las acciones que pondrían en marcha para reorientar las exportaciones mexicanas ante la política proteccionista de Estados Unidos.

—Lo primero que debemos hacer es destetarnos de los gringos, sostuvo el gobernador de Nuevo León con licencia.

López Obrador abrió con la idea de que “la mejor política exterior es la interior” y puso el acento en el fortalecimiento de la economía: “Que haya trabajo para que la gente no tenga necesidad de emigrar”.

Anaya aprovechó para criticar la visita de Donald Trump a Los Pinos cuando era candidato, calificándolo como un error histórico del gobierno: “Yo voy a ser un Presidente que sí actúe con dignidad”.

León Krauze buscó un poco de profundidad, característica que él y Yuriria Sierra  se habían propuesto darle a este ejercicio.  Y le solicitó al candidato de Morena un parámetro para medir el respeto en la relación con Estados Unidos, recordando que el mandatario de ese país le ha llamado corrupto al mexicano.

López Obrador respondió que en ese caso le daría la razón a Trump…

—¿Y el parámetro medible? – insistió Krauze.

—Que haya honestidad, que el gobierno mexicano sea honesto… Que no seamos candil de la calle, oscuridad de la casa, definió el de Morena.

Krauze le planteó enseguida el hipotético escenario de una guerra comercial si los vecinos del norte frenaran las importaciones mexicanas de aguacate en represalia al fin de la compra de maíz estadunidense.

—No va haber guerra comercial, vamos a entendernos, sostuvo López Obrador, quien dijo estar 25 puntos arriba en las encuestas, hecho que, remarcó, explica por qué los demás se centraban en atacarlo.

Vino entonces el momento más incómodo para José Antonio Meade: la pregunta de Krauze de si se tardó demasiado en nombrar embajador de México cuando fue canciller.

“Fue una sorpresa la elección, enfrentamos un escenario complejo… Fuimos claros en enfrentar su racismo”, se defendió.

En seguida el moderador inquirió si el presidente Enrique Peña se equivocó al recibir a Trump en Los Pinos. Y lo interrumpió para pedirle una respuesta binaria: sí o no…

—Dados por los resultados, y juzgados por los resultados, no, sostuvo el exsecretario de Hacienda..

A Anaya le tocaría explicar cómo endurecería el trato con Trump, si, le recordó el moderador, hasta Macron en París buscó congraciarse con el duro mandatario.

El panista citó al padre del moderador: “A los tiranos se les enfrenta”. Y volvió a su propuesta de poner todos los factores bilaterales en la mesa de negociación. “El respeto tiene que ser de ida y vuelta…”

¡MENTIROSO!… ¡FARSANTE!

El pleito AMLO contra Anaya subió de tono con la segunda pregunta, a cargo de Diego Domínguez en torno a la brecha salarial entre México y Estados Unidos.

Meade se repuso en seguida para señalar que las promesas de incrementar por decreto el salario mínimo de los abanderados del Frente y de Morena competían con las ideas económicas de los tiempos del presidente José López Portillo.

Yuriria Sierra les había preguntado si sus plataformas van por economías cerradas o proteccionistas.

López Obrador tomó la primera réplica de esa tanda para responderle al frentista:

—Anaya es un mentiroso (…) Tú estás acostumbrado a mentir (…) ¿Sabes cómo se llama tu libro? Las mentiras de Anaya, señaló el exjefe de Gobierno capitalino al insistir que en su gestión hubo 37 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa.

La tensión subió.

—Aquí el farsante es López Obrador…. Conozco ese numerito, ese numerito incluye la venta de Banamex y Bancomer… Ahora resulta que estás muy orgulloso… Responde con claridad (…) O no sabes porque te limitas a las tarjetitas que te dan tus asesores.”

Sin perder su rol del bromista del encuentro, El Bronco aderezó: “Estoy divertido aquí con el pleito… Y así van a pasar seis años. Abusados. No voten por ellos”.

LA SOMBRA DE NESTORA SALGADO

Ya en el bloque de seguridad fronteriza y crimen transnacional, la señora Teresa Reynaga contó lo que se vive tras la malla fronteriza: abusos de los ladrones y los policías contra los migrantes.

Meade lanzó uno de sus mejores golpes de la noche en contra de Morena al dar lectura al presunto diálogo que una secuestradora habría tenido con una de sus víctimas al solicitar el rescate.

El priista aclaró que así habló Néstora Salgado, “una secuestradora que está libre por una  falla de la policía” y que ahora es candidata al Senado por el partido de López Obrador. “Eso, Andrés Manuel, queda en tu conciencia”, cerró.

La moderadora pidió sin muchos resultados que los candidatos centraran sus propuestas en el daño de la Triple A: armas, asesinatos y aduana, y el que genera la Triple T: trata, tráfico de drogas y crimen transnacional.

Y es que los interrogados traían sus frases hechas.

—Me tocó hacer el primer protocolo de armas, contó el excanciller.

—Les llamaré a los gobernadores y a los alcaldes. Ey, pónganse las pilas, prometió Rodríguez Calderón.

—Aquí se está hablando de crimen, pero lo que más daña es la mafia del poder, reiteró AMLO, quien insistió en que la clave estaba en atender las causas de la pobreza.

—Coincido en que hay que atender las causas, pero propones una cantidad de disparates, López Obrador, comentó Anaya al señalar que el de Morena ignoraba que su propuesta de una vía férrea para contenedores ya existía.

Y en vez de defender a Néstora Salgado, el abanderado de Morena tronó contra el panista:

“Anaya es un demagogo, un canallita… Los dos, Anaya y Meade, pertenecen a la mafia del poder, los dos han llevado al país a la inseguridad y la violencia… Les vamos a ganar a los dos”.

SERéNATE, ANDRéS MANUEL

Yuriria Sierra pidió al panista que aclarara si está o no a favor de la legalización de la mariguana con fines recreativos y medicinales.

El frentista comentó que había que abrir el debate y analizar el problema con criterios técnicos.

La periodista le comentó entonces que su planteamiento era entonces similar al del presidente Peña.

—Por supuesto que yo no propongo lo mismo que Peña Nieto… Primero, Andrés Manuel, serénate, como dices tú”, respondió Anaya.

“No creo en lo absoluto que legalizar una droga vaya a reducir los problemas de violencia”, precisó.

En la réplica, Meade se fue contra el panista y el de Morena: “Puntualizarle a Andrés Manuel, demagogo él y Ricardo, y dentro de las muchas cosas que ha dicho incorrectas es compararnos, no somos iguales los que aquí estamos, el único que tiene una vida limpia de 20 años sin ningún escándalo, que puede explicar cómo vive, que puede acreditarlo viendo a los ojos a sus hijos y a los ciudadanos, soy yo. Te pido respetuosamente, Andrés, que no nos metas en la misma canasta”, dijo el candidato del PRI.  

La cuarta pregunta, de Teresa Mercado, relacionada con el maltrato que México da a los migrantes centroamericanos, permitió a López Obrador anunciar que, de ser Presidente, establecería aquí el Instituto Nacional de Migración y de algo parecido, dijo,  “a una alianza por el progreso, que incluya a Canadá, Estados Unidos, a México y a los países centroamericanos”.

Anaya tomó la ruta sentimental y dijo que se le ponía la piel chinita cuando mira los matrimonios de haitianos que llegaron huyendo a esta ciudad y se han integrado a la vida mexicana.

El excanciller fue al detalle: “Si nosotros logramos cambiarle el rostro a la frontera sur, si logramos bajar gas, podemos convertir ahí la frontera sur y Centroamérica en la siguiente gran historia de desarrollo del mundo”.

NOS QUEDÓ UN PENDIENTE…

Y aprovechó el cierre de ese segmento para arremeter: “Nos quedó pendiente yo creo en este bloque un tema muy relevante, que es lavado de dinero y que también impacta en la inseguridad, tema que Ricardo conoce bien del otro lado de la ecuación y un tema que Andrés Manuel conoce bien, porque sigue sin podernos transparentar cómo ha vivido”.

Vino después la quinta pregunta en manos de Gerardo Osuna sobre la frialdad en la defensa de los migrantes y el qué harían los presidenciables para revertir el vacío.

Entonces Anaya se desquitó: ”Cuando yo veo esto que está pasando con nuestros migrantes digo: Carajo, dónde está el gobierno mexicano. Yo sí voy a estar del lado de los migrantes”.

López Obrador dedicó entonces a subrayar la idea de que Mede y Anaya eran parte de lo mismo: “… Los dos se pusieron de acuerdo para aprobar que se le entregara a una fundación, Juntos Podemos, de Josefina Vázquez Mota, mil millones de pesos, él era Canciller y él también era dirigente de lo que yo llamo el PRIAN…”

“Me parece verdaderamente vergonzoso que José Antonio Meade compare lo que está sucediendo ahora con Trump con lo que estaba pasando con Obama…”, arremetió el frentista y volvió a la alfombra roja que Peña le puso al republicano en Los Pinos. 

Meade se le fue a la yugular: “Se necesita ser muy cínico para no conocer de Atlanta más que donde vivía la familia sin haber visitado una sola vez a los consulados o a los migrantes”.

ES PEOR LA HIPOCRESÍA

“Hay una cosa que es peor que los engaños y es la hipocresía. Van dos veces que se refieren a Atlanta, lo que no dice José Antonio Meade es que él se fue a estudiar a Estados Unidos pagado por el gobierno mexicano y lo que tampoco dice López Obrador es que su hijo estuvo estudiando en España, pues no que muy nacionalista; los dos son unos hipócritas”, se defendió Anaya.

López Obrador cerró el pleito cantado con un “Es Ricky Riquín, Canallín, Ricky Riquín Canallín”. Alegó que los estudios de su hijo no tenían nada qué ver con lo sucedido en Atlanta con la familia Anaya. Y mostró la portada de la revista Proceso de esta semana.  Anaya sacó otra cartulina con portadas dedicadas a Meade y a Lopez Obrador.

El de Morena grito: “Es un corrupto, Yo creo que ya se le acabó su teatrito”.

—Andrés Manuel es un gran empresario, es un gran empresario de la política, maneja un partido que tiene a su disposición en los últimos tres años, más de tres mil millones de pesos, lo manejan sus hijos…, recriminó Meade, quien recordó que el tabasqueño “tiene un médico que ni Obama y tendría que explicarnos también cómo lo paga”.

Lopez Obrador defendió su edad como sinónimo de experiencia y dijo que su salud está al cien.

—Sí, el problema Andrés Manuel no es tu edad en lo absoluto, el problema es que tus ideas son muy viejas (…) tampoco me parece en lo absoluto un problema que no entiendas inglés, el problema Andrés Manuel es que no entiendes el mundo. Ese sí es un problema, cerró Anaya.

Pleito cantado. Y todavía falta el tercer debate.

Quedaron pendientes las propuestas para Venecia Zendejas, quien pidió compatir  sus alternativas para reinsertar a los migrantes deportados por Trump.