Desplazados piden un lugar dónde vivir

desplazados piden un lugar donde vivir

Por: ENRIQUE GUTIÉRREZ

Han transcurrido más de 20 días desde que alrededor de 150 desplazados de varios municipios de las regiones Centro, Altos y Fronteriza permanecen instalados en el Parque Central de esta ciudad capital, en demanda de que las autoridades resuelvan su situación y les brinden una tierra dónde vivir en paz.

 

Al respecto, en una entrevista exclusiva, Gabriel Hernández, pastor evangélico e integrante de la iglesia “Jesús es el camino”, aseguró que esperan que pronto se haga justicia en favor de los más de 300 comuneros desalojados de sus viviendas en las comunidades Yashtinín, en San Cristóbal de Las Casas; Buenavista Bahuitz y Rosario Bahuitz, en Las Margaritas; Chilil, en Huixtán; Matamoros, en Venustiano Carranza, además de Comitán y Altamirano.

Aclaró: “Queremos que se les haga justicia, ellos reclaman algo que no está fuera de su derecho, sólo piden un lugar dónde vivir libremente, sin tener que escuchar amenazas, de que les cortarán el agua, los niños que, por ser cristianos, les quiten ese derecho a la educación, esa es la razón”.

Lamentó que “esas personas que están en las comunidades, las que según hacen valer la ley, pues que se les haga saber que somos libres de profesar la fe que uno quiere, el delito es no participar en las fiestas tradicionales (católicas), donde hay que cooperar para las mismas, esa es la razón por la que nuestros hermanos son golpeados, encarcelados, despojados”.

En estos días de permanecer en la intemperie en espera del respaldo de las autoridades, infantes y mujeres, incluso algunas embarazadas, tienen que soportar los cambios climáticos, es decir, a veces frío o el calor, lo que pone en riesgo su salud, además de que es agotador, consideró.

“Nosotros no usamos las armas, el machete, pero hay un Dios, y el que se mete con los hijos de Dios, ¡cuidado!; por eso pedimos que se haga justicia, porque no son pocos, son cientos quienes claman tolerancia, ayuda”, expuso.

Por último, dijo que continuarán con sus acciones como jornadas de oraciones, entre otras, hasta obtener una respuesta a sus demandas, la más apremiante, un espacio dónde vivir, “no se pide más, sólo un hogar, humilde, pero donde haya paz”.