Tratamiento con imanes, la “panacea” para evitar ingesta de medicamentos

tratamiento con biomagnetismo

Por ENRIQUE GUTIÉRREZ

Tuxtla Gutiérrez, Chis.- Desde su aparición, hace tres décadas, la cura con imanes representó para las industrias farmacéuticas no sólo locales, sino del extranjero, un “golpe duro” para sus bolsillos. Hoy, la historia que un día comenzó el doctor poblano Issac Goiz, es una realidad, e incluso especialistas de la medicina se han convencido de que esta forma de sanarse es mejor que tomar pastillas y otros tratamientos que laceran el organismo humano.

En una entrevista, el terapeuta chiapaneco Jean Paul Herrera Toledo, cuyo consultorio está en el fraccionamiento Mactumactzá, frente a la Arena Metropolitana de esta ciudad capital, subraya que el biomagnetismo médico es una medicina moderna, es decir una terapia natural, misma que previene y cura todo tipo de males, por lo que permite evitar cirugías, y sobre todo, la ingesta prolongada de medicamentos. 

Para el especialista en la materia, los resultados que se obtienen son impresionantes, pues gente enferma de VIH, cáncer, diabetes, hipertensión, próstata e incluso problemas de estrés, depresión y ansiedad, son sanados en periodos que, a veces, no rebasan ni cinco sesiones.  

Aclara que el biomagnetismo se ha posicionado a tal grado que cada vez más las personas se convencen de que esta forma de aliviarse es la mejor vía para no deteriorar más su cuerpo, “pues esto es sencillo: se trata de equilibrar el PH (potencial de hidrógeno) de nuestro organismo hasta alcanzar su neutralidad”.

Agrega: “Esta comprobado científicamente que en un PH neutro no hay enfermedades, mientras que en un ambiente ácido viven virus y hongos, y en un medio alcalino, bacterias y parásitos. Al recuperar el balance mediante la terapia, se elimina la posibilidad de tener enfermedades”.

Eso sí, recomienda, quienes ya sanaron o están en proceso de, tienen que ser cuidadosos con su alimentación, por lo que lo importante es eliminar aquellas comidas grasosas o productos lácteos, sobre todo los que no están pasterizados, para que no recaigan.

Egresado del Centro de Investigación de Biomagnetismo Médico, SC, afirma que de los casos que ha visto, uno de los que le sorprendió fue la recuperación de un paciente de más de 60 años, quien sufría de la próstata; “no se necesitaron muchas terapias para que sanara, estaba bastante mal y cuando se sacó estudios el resultado era tremendo, pues la próstata estaba en perfectas condiciones, como si nada le hubiera pasado”.

De hecho, recuerda Jean Herrera, el médico que trató a ese paciente “quería conocerme, saber qué le había hecho o qué le había dado para que ya no tuviera nada, y le dije que con gusto le explicaba de lo que se trataba”.

Aclara que el costo por terapia “no sangra la economía de los pacientes”, “puede venir quien lo desee, desde niños hasta ancianos, a excepción de quienes tengan marcapasos, o fueron tratados con quimioterapias o radiaciones, además de las embarazadas”.