Lombricultura, práctica no desarrollada en Chiapas

Tuxtla Gutiérrez.- Comúnmente se ha catapultado a las lombrices como seres vivos que se relacionan con la suciedad, infección o basura, pero qué tal si esta especie es vista desde otra perspectiva, se trata del término denominado Lombricultura que, entre otras cosas, es un proceso totalmente orgánico y apoya al cuidado del medio ambiente.

 

En ese contexto, Luis Corzo Domínguez, con 73 años de edad y 15 de ellos realizando esta práctica, comentó que este proceso de lombrices rojas californianas para él es “amor a la vida” por el trabajo que realizan al mejorar la calidad de la tierra.

De acuerdo al portal www.manualdelombricultura.com, señala que esto permite “restaurar tierras que han sido devastadas por la erosión continua producida por ciertas explotaciones agrícolas, el uso continuo de fertilizantes artificiales, y muchos otros factores degradantes”.

Corzo Domínguez lamentó que el hombre en su trabajo “normal” de tala y quema de árboles ha devastado gran parte de la naturaleza para sembrar maíz o explotar los suelos y hace poco o nada para reestablecer la naturaleza que ha muerto.

Para alimentarse, las lombrices utilizan materia prima del frijol, material acuático como son los lirios, así como cáscaras o estiércol de ganado o cualquier material que sea biodegradable.

Mencionó que cuando ya está procesado el abono se les echa comida a las lombrices para que suban y se alimenten y es ahí cuando se retira la materia descompuesta que, posteriormente, se seca por dos días para completar el proceso.

“Las lombrices están en el piso y  ayudan a desintegrar la materia para que los árboles puedan absorber de mejor manera los nutrientes; a partir de ello nace el programa”, compartió.

El productor orgánico, quien luce un rostro lleno de arrugas, propio de la edad, y unas manos llenas de callos y endurecidas por el arduo trabajo, expresó que el cultivo orgánico da una buena calidad a la producción del tomate, café y frutas en general, por los nutrientes que produce el abono.

Con voz ronca y una sonrisa ecuánime, el originario de Sierra Morena del municipio Villa Corzo, expresó que fue su hijo quien de la Universidad de Chapingo trajo 20 especies, hoy cuenta con más de 24 kilos de lombrices.

Describió el espacio que alberga: tiene dos tanques con un metro de ancho por cuatro de largo y 80 cm de alto que albergan un número importante de lombrices para trabajar la tierra y volverla abono.

“En la producción yo cosecho diez mil litros de ácido, y saco hasta cuatro toneladas de abono que son vendidas al año”, narró mientras removía a las lombrices californianas en un traste de muestra.

Los conocimientos fueron adquiridos gracias a unos talleres impartidos por alemanes a la Unión del Ejido San Fernando de productores de café, les explicaron cuánto valor tiene el producir abono orgánico con lombrices.

Agregó que estas prácticas han pasado a nuevas generaciones, ya que sus hijos y nietos han aprendido a cultivar la tierra desde una visión y perspectiva diferente, lo que ha permitido ser el sustento familiar. Los compradores de este producto provienen de diversos municipios, desde  la presidencia de Villa Corzo, hasta la zona Frailesca.

Hasta el momento, Luis Domínguez es la única persona que se dedica completamente a realizar esta actividad, pese a que se han realizado prácticas y talleres para fomentarlo en su municipio.

No obstante, lamentó que no ha recibido apoyo alguno de las autoridades, “he hecho solicitudes a la presidencia pero no creen en el proyecto”, expresó e  invitó a laboratorios, organizaciones y universidades para acercarse y analizar los nutrientes y beneficios extras que ofrece esta práctica.

 

Promedió que las lombrices tienen un periodo de vida de 12 años con los cuidados pertinentes, destacó que para realizar este proceso también debe existir un techo porque existen enemigos como lagartijas, ratas, pájaros o gallinas que son cazadores natos de las lombrices. 

 

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