Continúan intimidación y amenazas a desplazados

Rodrigo Aguilar visitó la parroquia de Chalchihuitán y el campamento de Pom, donde pudo conocer la situación en que se encuentran

 

 

Santiago López

San Cristóbal de Las Casas

 

El obispo de la Diócesis de esta ciudad, Rodrigo Aguilar Martínez, corroboró que sí se escuchan disparos y existen actos de intimidación en la zona dónde se encuentran los desplazados de Chalhihuitán, esto durante la visita que realizó a la parroquia de ese municipio y al campamento de Pom, por lo que pidió a las autoridades un desarme inmediato.

“Es necesaria la ayuda humanitaria, pero más que nada es el desarme, porque todos tienen miedo de perder la vida, todavía se oyen balas, estando allá, pasó una camioneta y alguien gritó de manera obscena, señal de que hay gente prepotente que quiere aplastar a los desplazados, por lo que es importante resolver el problema y se promuevan proyectos de desarrollo en la zona”, mencionó.

Aguilar Martínez dijo que los desplazados le expresaron su preocupación por que la situación no se ha resuelto y se encuentran desesperados porque ya son varios meses que se encuentran fuera de sus hogares, además de vivir tiempos de incertidumbre por los que retornaron, ya que no hay seguridad de que vayan a ser atacados.

El prelado relató los pormenores de su vista, donde llamó su atención la facilidad con que los niños se acercaban a él, “esto demuestra que son niños muy amados en sus familias, cuando un niño es querido en el hogar tiene esa confianza de acercarse, claro, sabían que era el obispo quien los visitaba, pero seguía siendo un desconocido”.

Asimismo, se dijo conmovido por el recibimiento, donde percibió que todos le entregaron su corazón, “me pusieron la vestimenta, lo cual fue muy agradable pues nos encontrábamos a dos grados, fue un momento muy reconfortante también para la parroquia que enfrenta el problema de los desplazados que al mismo tiempo representan la cuarta parte de la población del municipio.

“Tomamos el desayuno, luego nos trasladamos a dónde están los desplazados, en ese momento estaba la brisa y veía a unos niños y adultos descalzos, con ropa muy delgada; pese a la tristeza y la aflicción que comentan, el hambre, el frío, las enfermedades, el dolor porque no se resuelve el problema, la actitud hacia mí era de esperanza y cariño”, describió.

Finalmente, reiteró el llamado a las autoridades de los tres órdenes de gobierno para que lleven a cabo labores de desarme en la zona y la estabilidad social vaya volviendo por el bien de todas las comunidades indígenas.