Trump no ve más allá de sus intereses personales: Obispo

Santiago López

San Cristóbal de Las Casas

El obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Felipe Arizmendi Esquivel, consideró lamentable y preocupante la decisión de Donald Trump, de excluir a los Estados Unidos del acuerdo firmado en París por casi 200 países de todo el mundo, para proteger el planeta ante tanta contaminación que se produce y que está matando la vida animal, vegetal y humana.

 

“Trump aduce razones meramente económicas para proteger el empleo y los sistemas de producción de su país, sin importarle el daño que causa a toda la humanidad. Tiene una visión egoísta, auto-centrista, economicista y, en definitiva, anticientífica e inhumana” destacó el obispo.

“Cuando a alguien el dinero le ciega el alma, ya no ve más allá de sus intereses y puede convertirse en un desastre para todos nosotros. Esperamos que haya personas sensatas en su país que le impidan cometer tantos atropellos a los derechos humanos colectivos”, añadió.

En su mensaje del fin de semana, indicó que también entre mexicanos hay personas con las mismas actitudes, pues tiran árboles, sin reponerlos, pensando en su necesidad económica, para obtener dinero, sin importarles la comunidad, los hijos, las generaciones futuras, el bien social.

Hizo saber que existen métodos ecológicos y seguros de explotación maderera, cuando se promueve la siembra y el cultivo de árboles, para producir maderas que son necesarias, pero sin dañar el medio ambiente, pues tiran árboles no para vender madera, sino para sembrar maíz o frijol, y así remediar su pobreza y alimentar a su familia. 

“Lo hacen por necesidad. Sin embargo, no advierten que, al talar árboles sin un proceso racional, exponen a la madre tierra a quedarse sin protección. Vienen las lluvias y se llevan toda la tierra cultivable, que va a dar a los ríos, que se hacen cafés o chocolatosos por toda la tierra que llevan, y a los pocos años, ya no queda tierra para sembrar, sino sólo piedras y arena”, sumó.

Arizmendi Esquivel, alertó que la desertificación progresiva de las montañas se puede comprobar al borde de carreteras de San Cristóbal a Tuxtla, o Comitán a otras partes, donde “acabaron los árboles; durante algunos años pudieron sembrar maíz y frijol; pero ahora sólo quedan piedras, desierto, destrucción, muerte y soledad. ¿Eso quieren dejar a sus hijos?”.

En San Cristóbal detalló, en la zona sur, están tirando árboles para hacer viviendas sobre las montañas, “pero se están deslavando los cerros y afectando el medio ambiente. No hay autoridad que regule el crecimiento de nuestras ciudades. ¿Cómo les darán servicios a quienes vivan en esos cerros?”.

Finalmente llamó a ser responsables con el medio ambiente, “para proteger la vida de todas y todos. No hay que tirar basura por todas partes, sino ser responsables de la vida comunitaria”.