Teléfono móvil, gran distracción hoy en día: obispo Arizmendi

El obispo de la Diócesis de San Cristóbal señaló que se debe educar en el uso de este avance de la tecnología 

Santiago López

San Cristóbal de Las Casas

El obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Felipe Arizmendi Esquivel, destacó que el teléfono móvil está causando distracción entre la población, incluso entre los mismos sacerdotes, por lo que invitó a ser educados en el uso de este avance de la tecnología.

 

“Se ha hecho una obsesión compulsiva estar enterados de todo y al instante. Pierdes la paz y la tranquilidad si no tienes el celular al alcance de tu mano. Algunos tienen hasta dos. No hay momentos para el silencio. No te educas para la paciencia de esperar los tiempos oportunos. No te importa la persona que tienes junto a ti”. 

Arizmendi Esquivel señaló que ante el uso del teléfono móvil se interrumpe la comunicación personal y cercana, muchas veces con una gran falta de respeto, para distraerse con mensajes a veces intrascendentes y superficiales. 

“El nerviosismo te invade y la división te inquieta. Es muy bueno saber al instante lo que pueda pasar a alguien de tu familia, pero no se acaba el mundo si, por atender a otras personas y tus obligaciones, tardas un poco en enterarte”.

En su mensaje de media semana, contó que en días recientes, al estar en asamblea plenaria episcopal, tratando asuntos de importancia, varios sacerdotes estaban atentos a sus teléfonos móviles, recibiendo y contestando mensajes que les llegaban, “dividida su mente y disperso su corazón”.

Aclaró que por una parte, estaban presentes en la discusión de cuestiones a resolver, pero por otra, pendientes de problemas que no podían dejar de resolver en sus diócesis, o quizá sólo entretenidos en tantos mensajes que llegan por estos medios, “muchos de ellos sin trascendencia, pero que distraen y entretienen”.

Añadió que en muchas reuniones, sean pastorales, entre amistades, e incluso espirituales, sucede lo mismo, al estar discutiendo situaciones que se presentan y buscando soluciones, lo cual requiere concentración, no deja de sonar el celular de algunos, distrayendo a todos.

“Muchos ya lo tienen sólo con vibrador; pero eso mismo les distrae, pues les inquieta qué mensaje les haya llegado. No se logra la misma concentración. No ha faltado un sacerdote que, estando en el confesionario, se distraiga con su celular y no dé toda la atención debida a quien tiene enfrente. Y mucho peor, que no lo apaga al celebrar la Eucaristía”, sumó.

Arizmendi Esquivel, pidió educarse para saber usar el celular, dándole el tiempo necesario, “pero no hacerse su esclavo, como si no se pudiera vivir sin él. Hay que estar disponibles para atender lo que se ofrezca, pero sin obsesiones por el inmediatismo. Es muy laudable estar prontos para servir a quien nos llame, pero es compulsivo perder la calma por no saber esperar el momento de responder”.

 “Desde luego que no todos estamos en las mismas circunstancias. Hay personas que lo necesitan a todas horas, pues deben estar pendientes de muchos asuntos que deben resolver de inmediato, o tan pronto sea posible”, refirió.

Para finalizar, indicó que algunos saben esperar, descansar y sobre todo respetar a quien tienen cerca; “hay que darse tiempo para dialogar en familia, sobre todo a la hora de los alimentos. Hay que tomar acuerdos para abstenerse del celular en determinados momentos y tiempos, y así no dañar la armonía familiar, tan importante y necesaria. Y dejar en las manos providentes de Dios nuestra historia y lo imprevisible”. 

“Se ha hecho una obsesión compulsiva estar enterados de todo y al instante. Pierdes la paz y la tranquilidad si no tienes el celular al alcance de tu mano”

Felipe Arizmendi Esquivel

Obispo de la Diócesis de San Cristóbal